Conozco a Rayo desde que tengo siete años, hace unos 35. México 1984. Durante nueve años acudió a mi casa al menos dos días a la semana. Se convirtió en uno más de la familia. La familia creció con los amigos de mis hermanas que por ahí pasaron. Y yo, el menor, tras tres hermanas, me acostumbré a tener amigos mayores. O más bien, de todas las edades.
Si una persona mayor podía ser un buen amigo mío, implica que esa persona supo tender un puente hacia abajo. Con una persona menor. Y el puente nos conectó a ambos. Pero en algún momento, nosotros debemos intentar abrir ese puente generacional de la amistad. Es entonces cuando nos damos cuenta de que no somos simplemente una generación, o una promoción, sino mucho más que eso. Es la primera noción de comunidad, de colectivo, que nos une a varias generaciones dentro de las estructuras noramadas de nuestro entorno: el barrio, la escuela, el edificio, la privada, la ciudad, el país, el continente, el mundo, el planeta, la nave nodriza.
Nos encacillamos rápidamente en el sitio en el que nos dijeron que nos estacionaramos un momento. Alguien con poder nos lo inculcó, y nosotros lo aprendimos. Desaprenderlo sería mucho más complicado. Ese proceso es que nos toca relanzar. Por la virtud de volver hacia atrás. Como si nuestra misión fuera regresar al pasado que ya vivimos. Y libramos.
Imagine la liberación. Estar ya libre de pecado.
Eso lo ofrece el catolicismo. ¿Eso lo ofrece el catolicismo?
Alguien no versado en la lengua ticatalana no entendería la semántica gramaticad de esa dualidad del lenguaje con el que pretendemos comunicar esto, o aquello. Y en ese ritmo está la vaina. Y usted puede leerme. Y comprarme. Yo también estoy a la venta. Ahora. No antes. Este día se va contar hacia atrás. Este es su primer minuto. Son las 00:01. O más bien, bien dicho pues, sería: es la 00:01 minuto. Singular. La singularidad sagrada. El primer minuto del día. No es nada trivial, soplapollas subnormal.
Uno debe saber cuándo decir este insulto en la renovada capital de las nueve ciudades capitales, la mera mera patatera, New Barcino, en su despedida hacia las antípodas de este balón azul que llamamos tierra, y que ocupamos todos, como seres humanos, independientemente de lo que pensemos, podríamos tomar una vía determinada propia que inclusive nos permitiría encumbrarnos en nuestro plan definitivo para destapar el pedo cabrón. Ya, güey. Ya llegamos.
Esta es la cuarta transformación. Estos nueve días seguidos. En buen pedo. En buena vibra hacia el infinito y no tener que decir más allá.
Paaaam, papaaaaaaaaam, paaaam, papaaaaaaaaam.
Let’s talk about world world two. What were you doing when you were wearing makeup as the world was quarrelying the nazis. Think of it. It is the highest you are going to be able to get to: what you see in bastard doing good in an industry where some goons with guns would try to take to you down today.
Persecusion session.
I will get paid 99€ for each of those session.
Because you can buy it here.
It really was meant to be two. As of a second button I call for your easiest guilt: to buy.
So. So you are guilty. You buy. You fall into the marketing marihuano. And you are in there in a world you loath exists. You and them. Your nemesis. You know.
Both sides read the same way. But each undestand their own bias. Antagonists glorious. This kind of literature came in through the wall into our minds and fucks with us everytime in every coitus going on as we tend into a glance of eternity into the other, lover, as thy nakedness opens truly apeling to the grace of each of us, as we are, in front of your nakedness too, with no violence, just us: you and me.
The intimate situation of opening our souls to love. Your body on to another one. Don’t don’t judge. Don’t push it, dude. Seriously, did you undestand what I’ve just told you just know. I want no doubt in your head, you prick. Back the fuck off. What the fuck is in your mind. Priest. Dick. Raper. Macho. Any of the nine types. We are not going to judge every dick ever seen, cause maybe we’ve all been dicks. Some more than others. But you know dicks ever since they start to run shit up against us: the rest. Who the facist in the class. We had this homework in my elementary schooling in Miguel Ángel de Quevedo: Héroes de la Libertad.
Si quieres hablar de libertad ven y consigue tu aval de nuestra educación en seres libres y plenos. En ese estado de gracia en el que superan sus expectativas en un plano secuencia de una película que les hace ver que están sumergidos en un poema épico moderno que nos lleva a estar enjuiciados por el poder de los nuestros maestros del poder: los putos amos. Lo gringos contra sí mismo. La comedia más hilarante desde que el francés aquél lo escribió para la gracia de los que hablan y lo leen en en francés, Marcel Proust. En busca del tiempo perdido. A la sombra de las muchachas en flor. Sexto Piso. Lo sublime lo publican los sublimes. A estos, yo, guardo pleitesía. Somos la tribu. Y esta tribu hace tiempo que piensa lo que opina. Edita libros para abrirnos la puta mente. Pero que leerlos. No basta con comprarlos. Que también. Lo primero.
El marketing ticatalán siempre tuvo un picante distinto que también se podía saborear en los restaurantes del grupo. Mi imperio de restaurantes en los que la experiencia multiversal se paga con la sintonía de este preciso momento de comer, beber, reír a carcajadas de esta programación de los próximos 99 minutos hacia la explonsión mental colecitva de 99 individuos libres, igualitarios, iluminados hasta el saber máximo en el que de pronto todos flotamos como en sitio en Andorra en el que la montaña y unas burbujas me hicieron sentir la noción alerta de estar conectados con la Tierra entera, y nuestro cuerpo, gentil, se ve dignificado hasta la paz a la que aspiramos llegar al menos en este sublime estado de bienestar. Feliz, repirás. Sonreís. Soñás. Volás. Vení. Vení.
Un ticatalán sabe que debe aprender lo otro. Lo que no sabe. Lo que no conoce. Como el caga tió para los ticos. O la salsa para los catalanes.
Un mae como yo ya era algo antes de ser español. Es más. Todavía ni pasaporte tengo. No es una cosa menor. No soy un polizonte. Pero casí. Vengo de abajo. Tan sólo hace unos días dejé de ser inmigrante. Legal. Bueno, legal. Legal legal. ¿Quién es legal? En este país. Vamos a vernos a la cara. ¿Qué tan chido es nuestro pinche puto país? La verga erecta, güey. Y unos güeyes, bien putos, se ven como ofendidos por lo que pudo significar que alguien insinuara que de veritas eras homosexual. Y que sintieras esa noción enferma de atacar. Homofobia mexicana. La que todos tuvimos. En temor que nos da que nos metan la verga por el culo. Ahí está el demonio. Ahí está el demonio. Ahí está el demonio. Ahí está el demonio. Ahí está el demonio. Ahí está el demonio. Ahí está el demonio. Ahí está el demonio. Ahí está el demonio.
Prisionero 7551. Trumbo. Te meten en la cárcel… ¿por qué? Porque quisieron. Porque podían. Cómo desarticular el sistema de quién tiene el control de la fuerza superior. ¿A dónde lleva eso? Los indignados mexicanos del ITAM pensamos que bla bla bla.
Los indignados mexicanos del ITAM pensamos que bla bla blá.
Yo soy actuario del ITAM.
La virgen de Guadalupe, a las 12:00 en punto de día 12/12/12 iluminó a Golman Elizondo Pacheco a que el día 12/12/18 se produjera el resultado final de una idea que tarda ese tiempo en llevarse a cabo. Concluir algo. Saber terminar. Presentar un examen profesional. Y pasar. Con tres actuarios. No hay audio grabado. Ni falta que hace. Traje testigos. Y algunos llegaron. No todos. Se podía ir libremente, pero tampoco se trataba de llenar el Salón de Actos en el que la Dra. Mercedes Gregorio, mi directora de la carrera, una de mis mejores maestras de la carrera, un referente en la actuaría, dos creo, que nos marcó para que la disciplina de lo que debíamos entender luego diera como resultado las primas que tocaba diseñar y esas a con esas casitas, y esos subíndices en todos lados. Como si la actuaría pudiera tener poética. ¿Por qué no? Quién en va ser el guapo, o la guapa, como no, que me va a venir a comer la polla.
Claro, eso queda muy mal. Muy mal, muy mal, Olman. Golman.
Me corrijo todo el tiempo. No se bien quién soy. He dicho que soy muchas cosas. Y quizás ninguna sea. Pero eso he sido. Ya estuvo ahí en varios momentos. No todos matizados en esa plenitud existencial en la que te mueves en ciertos jiribiris de la vida después de la resistencia: la plenitud sagrada de los ticatalanes.
Yo podría ser escritor. Screenwriter. Un escribidor de guiones. 12.000€. You don’t want your name on it. A ghost writer. A speudónimo. Ganster story. It always makes money. I’ve heard this picture. I want to be payed properly for what I do. I want what’s worth in the industry. I write the mother fucking script on nine diferent Olivettis.
Are you kidding me with this? Pay the man. He’s a genious. And you get pay. Dollars on the table. The way America worked in Hollywood. It’s Hollywood I want to go to, you know. I am only a narrator of a movie you’ve never seen. But I’ll make it look like somehting you are used to seeing. Welcome to the neighborhood, traitor. So you are bullied out by your neiborgs who trasppass your property once you come back from jail from an unjust cause. Like if Oriol Junqueres, RAöul Romeva,
Sudenly scripts valued. Consistently pleasing dicks. Stranger in my own house. Every minute I am behind. Like I have to work for someone else. At their pace. As if I have to fullil their dream: money. But we are too getting richer as the industry succeeds. Blacklisted writers. I could be there, you know. This where I am comming from. And I could break bad too if you push me. But let’s take it down, pura vida, solo good.
And you go tropical.
Tropical.
Tropical.
Tropical.
Tropical.
Tropical.
Tropical.
Tropical.
Tropical.
Tropical.
Trombo.
Trombo.
Trombo.
Trombo.
Trombo.
Trombo.
Trombo.
Trombo.
Trombo.
Gallo. Ser Trombo es el papel más fácil que podría habérseme asignado en una ópera moderna. Lo dijo un día, cuenta Silvia. El día que se los conté en el Liceu. Nadie tenía una mejor historia que la mía entre esos cuarenta. Había algunos genios. True. Pero también había gente normal. Y hasta buena gente. Gente brillante. Malos de verdad. Ricas. Viéras, mae. Haber, había hasta norteñas. En México sabemos que las del norte son así, las de capirucha son asado, y las de Sinaloa, de Sinaloa.
Y uno se baja.
Y se aleja.
Se va.
Corro.
Mi primera novela se podría llamar «CORRO». Un chiste local de un genio colombiano más tico que el pavo real del Castillo.
Andrés Cala es un personaje que resonó en todo el país desde el momento aquél en el que el hijueputa puso ese pase filtrado para llegar a meterla de primera, goooooooool.
Mae, meter los goles era mi responsabilidad. Pero asistir también. Igual de importante. Lo relevante es el gol. Por el bien de todos. El equipo manda en la cancha. Por lo tanto lo primero es el sacrificio físico y el estado mental de un sistema con el que sacamos la pelota tocando como sistema, como dictado por un grupo de voceros del Colegio Madrid encargados de evaluar la máxima de unos valores surrealistas por las materias de Buñuel que recibes desde primero de primaria en la cuna del sistema educativo de la República Española que fue deslegítimamente privada de la gestión de la cosa pública que nos ganamos en una elecciones. Democratas, esto lo vemos. ¿No?
Esa fue mi entrada a la sociedad española pública. A toda ella. A todas ellas. Ellas: nueve. Y esas españas son mías. Y suyas. Solas. Propias. Supremas. Divinas. Ningún poeta vino con tanto cariño a querer reflejar una obra que se desvela ante el tratado de un momento en el que tan sólo se pretende suspender en tiempo y espacio para dar vuelco al pasado.
Pisa. Cambio de sentido.
El juego se da la vuelta.
Xavi dando la vuelta.
Inserte aquí el video de Xavi en el medio de un gol que nos llevamos todos a la garganta aquél día. Lo que allá se vivió. Lo que yo ví. Yo soy un simple testigo. Al que le gustaba escribir. En todos lados. En las redes sociales también. Pero no hice bulla. No me quise exponer. Tenía mis razones. Era un inmigrante legal. No es lo suficiente para ser sujeto de ser visto como peligroso: ilegal. En realidad un día lo fui. Como tantos otros turistas. Pero mi operación era la mejor de todas. Fui un conejillo de indias de los altos vuelos de las multinacionales de dos continentes que se hermanaron. Ese fue mi trabajo. Y era bueno en él. Era el puto amo. Porque tenía una manera seria de trabajar. Una manera en la que me imponía lo que un nueve sale a dar los noventa y nueve minutos que presta su cuerpo al juego sagrado. Mae, es el tiempo. Yo no juego en un campo de futbol desde hace nueve años. Porque estaba en esta vara. Y esta vara ahora sí ya está lista. Se va dejar ver en todas sus dimensiones. Una tras otra. Las 99 dimensiones.
Se me fue el pedo. Expandir la vara al infinito. Una historia que no lleve a ninguna parte. Porque ahí se puede perder libre el pensamiento de quien juega con nosotros a seguir ahí presentes. Lectores.
Comprá este libro.
Mi hermanilla Alejandra era de Holanda. El equipo de futbol de hombres de su salón. No sé si no había
Every name. They called me. I ended this. You are going to tell me how I should have handled it. You did it for more. Dead bullshit on your walls. Rebel genious. You live with that, Trombo. This guy is between the ones who would be willing to go to trial and testify against you. Bias fuckers on to you. They are your nemesis, what were they expected to do. Give you in. Like Judas. Like Poncius Pilates. Trombo. Live that life. Go make it happen. Like that. Against those wolves. That’s what New América expect from you. New Order. Starts music.
New Order covers.
Uno. Blue Monday.
Dos. Got confused. Nice Cave has his own rules. Here it is. Order is not important. Is arriving to that hill top.
Tres.
Cuatro.
Cinco.
Seis.
Siete.
Ocho.
Nueve.
Un jefe entra en tu casa. Y te hace una oferta. Si es tan inteligente como su escritura. Ahí le va una propuesta. Alguien que está ahí está hablando de parte del dinero para hacerte una propuesta. La tomas. Pero no les cedes el poder. Quién te hace ser rico marca qué tipo de rico eres. A quíen te debes. El mercado te puede hacer libre y rico. No están peleados. Aqyí la izquierda y la derecha se besan en la boca. Y follan. Así se resuleve españa. Otro polvo.
Un polvo siempre pudo con todo. Ese objeto de consumo. Esa moda. Eso. Hacerlo así. Sin más. Sin épica. Sin la gloria eterna.
You are not doing it right.
You are not doing it ofther enough.
You ain’t getting the whole deal.
Op in.
Oscar. Spartacus. Writer. Interview. Did you write it? The house on american … Thosand hours writen to send a message. That worthless statue is covered with the blood of his friends. Who was Espartacus. For better or worst I am Espartacus. Written by Trombo. Spartacus. Political controversy. The writer’s credit. Dalton Trombo. Your name writen. Not hidden. You are not nobody. We respect your work. We respect your art. We pay the writers what they deserve, once they get to tell such good stories for the big screen in the New Américan postnation.
Kirk Douglas did it for Trombo. He wrote it like that. And because of that he rose from the erased.
Film community. There’s an elephant in the room. Me. Black list was a time of evil. No one survived. The situation went our of hand. Each one reacted according to their own convictions. A time of fear. Families lost. Desintegrated. Some lost their lives. When you look back upon that dark time it will do you no good to search for heros, there were any. There were only victics. We did not wish to exchange… what I put my family through. It’s not faire. My wife amazes me. What I say here today is not intended to be hurtful, it is intender to heal hurt, to repair the wounds that for years have been inflicted to each other, and most painfully, to wourselves.
Murió en 1976. El año en que yo nací. 99 blacklisted ticatalans.
La lista empieza aquí. De este otro momento. Se nos volvió a ir el pedo. Pero los malditos insolentes se pudieron primero en la lista, antes de que los vinieran a buscar los putos fachas de los cojones.
La pelicula de bandos espoñola parece ya muy vista. Pero no con esta perspectiva dual. En la que puedes poner a ponderar posiciones antagónicas entre los presentes. Y salen ahí, y se dan unos tutes. Pero de su antagonismo hecho arte. Con la pura palabra. Con lo que sueltan ganamos todos. Por sublimes se vendieron todos los guiones. Y las nueve películas triunfaron. Es un guión del guión. O una peli dentro de una peli dentro de una peli dentro de una peli dentro de una peli dentro de una peli dentro de una peli dentro de una peli dentro de una peli.
La novena dimensión.
Eso puedo puede ser hasta botón.
Mae, vio: amarillo.
Lacito.
Mae, y ahí quedó esta vaina. Con un sutil gesto se guardó el debido respeto y la indignación con las circunstancias. Por ser español, ahora resulta, que pueda tener yo la culpa. Igual sí. Pero estaríamos todavía en el estatus quo. Buscando culpables. Apuntantdo al enemigo. Eso está muy bien. Pero el resultado se traba ahí mismo. Y avanza. Y un día seremos plenos.
Pongamos que hoy lo somos. Todos.
Blanca y pura descansa la paz.
El mae era toda. Era el nuevo español perfecto. Insolente como mi alma. Vieras. Pero la vara era que el mae se tiró a pensar un buen rato. Y se puso a escribir. 999 películas. Y pensó en un proceso. Y lo siguió al pie d ela letra las 999 veces que se sentó a crearlas. O se paró por ahí, ocupando el tiempo y el espacio con la tiranía del encuadre. Transformado lo que ahí se observa en ese rectángulo, y lo que los micros graban. La capacidad aumentada del hombre más la tecnología. El acto en sí de la transformación de lo que observamos. La fotografía como intervención mínima del orden espacial inmediato. El tiempo real. La gente en la calle. Todos cuentan igual. Todos estamos en lo mismo. Esta es nuestra misma farsa.
Hay algo aquí que no chuta. La regla de las cosas. Los que mandan tienen sus responsabilidades. Y el pueblo piensa lo que piensa. Y así nos va. ¿Qué pasa? Estamos dispuestos a saltar al ring con los navajas afeitadas y envenenadas en los espolones. Somos gallos sagrados de pelea. Somos esta historia que quizás debimos haber contado hace unos años. Nos toca a nosotros. No vamos a cagarla. El tiempo se transforma ahora mismo. Transformemos este pedo. Con este gesto. En ese momento. Cuando la noche se tercie en año: viejo: nuevo. Tiempo: espacio.
Un día de 2018 basta para que el resto de los días de 2019 importen. COmo si la gracia suprema la pudieramos experimentar hoy. Aquí.
02:09. Dos horas nueve minutos. El acto está a punto de poner a todos en un cierto orden numérico: 02:10.
El tiempo también gesticula.
Hay que saber ver las cosas. Dejarse ir.
Sorpréndase.
Venga.
Va.
Vamos.
Ya estamos.
Ahí.
Sí.
Aquí.
Aquí.
Así.
Sí.
Y podría seguir una serie infinita. Pero no sería verdad. Salvo que alguien la siguiera. Siempre alguien debe seguirla. Esa es mi razón de ser como nueve. Matar. Morir. Meter. Correr. Pensar. Mirar todas las trayectorías. Pensar todos los multiversos. Dibujar los mapas. Transcurrir el tiempo. Recorrer la ruta. Llegar. Fundirse. Subir. Ascender. Asunción.
Nadie vio cómo subió. Pero la subida fue sagrada. Y allá se quedó. Arriba. No volvió. Podría haberse ido ya. Es algo que así quedó. Todo maldito. Roto. En el límite de la razón. Las incongruencias del entendimiento. Las contradicciones arbitrarias. Las leyes no escritas. El macho sagrado. El rezo eterno. La vuelta atrás. La gestión del tiempo. La espacialidad saturada. El nuevo discurso de fe. Las nuevas reglas del juego. La pauta de un nuevo cíclo. El nuevo sistema antiacadémico.
España no puede subsistir así, ni tampoco resuelta. Por tanto no hay salida. Alguien lo tenía que decir. Aunque fuera en otra lengua ignorada: el ticatalán.
No deja de ser un guion.
No deja de ser un botón.
Un botón es para apretarse.
Apriete.
Vea cómo la liberación de la líbido ticatalana implica que aprendamos la sexualidad a partir de nuestro cuerpo y sobre el respetuo infinito al cuerpo ajeno. A todo cuerpo ajeno. Usted no tiene derecho a acercarse a un cuerpo que lo permite entrar en su espacio explícitamente. Esa es la amenza. El macho. El hombre macho bruto en el momento de su perversión delictiva. Está claro. Las vimos salir a la calle. Don’t be a Harvey. Don’t Spacey anybody. Don’t Cosby around. Don’t Trump thy neighborg. Don’t grab them by the pussy. Don’t take out your Louis. Dicks away. Sanity as they leave the room. We have all won. The regular men and women. Cause some women left too. In that same direction. Somehow. They know. They know. Who are you to judge a man? Who are you to jugde a woman? Cause man ain’t women too. Just so you know, inclusiveness allows us to be separate. A diferent thing. Others that others. Otras de otros. Por estar cada uno en su lado de la grada. Aplaudiendo nuestra cause, que no es la vuestra. No en este aplauso.
Mi gimansio de escuela tendría que ser el de Karachi. Mi escuela tenía la arquitectura más pedera de todas las pinches escuelas. La arquitectura manda parte de la señal de la educación que ahí estamos rebiciendo. Ampliarnos así podría ser la manera en la que redinimos las esculas en los sitios rurales en los que todavía no existe la cobertura de puestos dentro del programa de estudios para la cobertura de las zonas marginales rurlaes por un grupo de feedbackloopers vijando por todos los confines de la dimensión espacio temporal continua en todas sus coordenadas y en todos sus elementos activos.
Y accedemos a la vaina. A tan sólo un apretón de distancia. Click. Nunca antes lo había utilizado como un gesto para disuadir a que otro incauto lo apriente. Capitalismo puro. Cada click tiene un valor. Ahora tengo su atención. Este es el mensaje acelerado. Esta es la obra de teatro. Saldré a mi barrio a proponerla. Como una revolución popular que contradictoriamente se lanza en un teatro de la clase mamona de la ciudad: El Liceu. Y con afán de levantarlos de sus butacas. Un triunfo inesperado para cerrar la historia de un barrio. Vamos a continuar, Gótico. Este sitio vale por cómo lo narramos. Por cómo lo okupamos, como Ocaña bajando con vestido y sin bragas por La Rambla de Canaletas. Como si esa liberación no nos permitiera soñar desde entonces en la transgresión. Este despertar está aquí como capital. You had me at hello.
Click me. On day it will take you somewhere.
Or I’ll send you to my shop. And there, chances are, you’ll buy me.
I am getting better. Still I don’t finish the work. It’s inconclusif. That’s what they told me in the professional exam, in front of my parents. In front of my friends. He is not in. He is not one of us.
That has been the message in the past. Jordi told me: you are not one of us. Nobody had the guts to say it: we are going to have to let go of you. Then they also told me: If we knew it was going to be like these, maybe we wouldn’t have bet on you the way we did. Makes you wonder why he would say something like that other to let be clear he was a dick. I already knew. But examples in personal experience help you get a clearer undestanding. So make your own personal rules. You clarify how you are expected to act when needed. It’s one time on my side, some on your side. I’m going to get back in touch with my own personal crew. And we are going to set this opperation on track. At least until we achieve the nine dimensions of the deal. And I’m putting out there. All at once. ALLS.
Uno de los roles de ficción que últimamente vendí en una sesión por la renovada capital, NEWDF, fue la de performance en una pista de baile. Todas las maneras de bailar. Debía saberlo todo. Podría sostener una especie de escena de baile en el que durante 9 minutos gloriosos se apodera uno del baile en medio de la pista. Es lo que tarda un virtuoso de la pista en tomar posesión del lugar. Es mi rumba personal. El garito en donde me brindo. La experiencia del lugar. Y el comer. Y el beber. Y la insolencia.
Reserve ya.
La vida de una bailarina que triunfa en lo más alto. En Berlin. En Bruselas. En Barcelona.
I missed something important for my famiyly because it was poker night. #whitemansproblems
Pero eso no fue lo peor. Lo peor es que se me olvidó. Y no tenía la razón. Se me fue el pedo. No fue un olvido. Una mala progrmación. Algo más básico que me hace caer en el nivel de subnormal. Un pecado andante. Un tipo repugnante. Uno al que no le importa nada. Ni nadie. Salvo sí mismo. Y su obsesión. Esta le salva. Es pura. Ilesa. Todavía.
Vendrán a negrearla. Ya sabemos cómo. Le tiraremos la maquinaria encima. Para que no vuele. Como si unos hilitos negros de plastilina le obstruyeran la pluma para volar. Yo vuelo. Alto. Al límite. A la frontera. Si estuviera en México subiría con el tren. Me trasladaría al borde. Y también saltaría. Y empezaría a jugar el juego que llevo con mis forajidos de la capital transformada. Puro líder. Nueve insolentes inmortales. Una lista que vino anunciada por un jesuita de confianza de Francisco: El Difunto.
El Difunto se enojaba cuando escribían su apodo en mayúscula. Era el tipo de cosas que decía desde antes de decidir ser un apóstol de Cristo. Ya cuando era soldado llegó a iluminar al resto con palabras singulares que diéron testimonio puro de ser un lider que amaba cabrón a Jesús. Tanto como a Kubrik. El difunto escribió la lista iluminado por la oca sagrada que sustituyó a la paloma en la catedral de Barcelona. Los animales en las iglesias. Yo en la iglesia. Yo opté por escribir teología en otra religión sólo por estar afuera. Como si el castigo máximo me fuera impuesto. Por irme. O no ir a misa. Como si Francisco se ensañara contra mí. Y nos diéramos un face off histórico, en la red.
Otro día me envía su avión. El que vendió el Peje.
¿A dónde fue a parar ese avión? ¿Cuánto cuesta alquilarlo a su dueño actual para hacer un recorrido alrededor delm undo. ?Una comitiva de 99 pasajeros nos acompañan en la producción. La revuelta se gesta en una vuelta al mundo. Se visitan las 9 capitales urbanas qe se despiertan en el último día del 2018. Como si algo más debiera pasar antes de que se nos escape el tiempo. Un nuevo deal. Una revolución completa. La última de las revoluciones.
Un libro que algunos prefieren tener en su edición en papel, mi opera prima: con ese valor surrealista: 99 euros.
Este será el primer año que vaya a firmar libros en Sant Jordi. Es el primer año que publico un libro. También es el primer año que iré a la FIL. Luego asistiré a nueve ferias de libro americanas en donde daré una fiesta sopresa en un lugar por decidir la misma noche. Se te avisará en un mensaje una vez adquieras tu entrada. Ya la puedes comprar. Es un concierto. Y un standup. Es un show entero.
9 teatros de la ciudad.
- Principal
- La Social.
- Hiroshima.
- Alguno en el Raval.
- Tantarantana.
- Il Giarinetto.
- Lokal
- Romea
- Liceu
¿Por qué no tomar hoy la ciudad?
Ese es el espíritu. Vivir una aventura hoy. Permitírtela. Acudir hoy al llamado. Dejar el 2018 con toque de genialidad colectiva. Que a todos se nos encendiera la revuelta. En este otro contexto local que explota en los morros del concepto sagrado de la unicidad. Con ello, claro está, queda sangrando la bestia escupiendo sangre por la boca mientras la plaza entera le escucha gemir: va a morir. Todos los presentes lo saben. Ahí desvelan la gloria sagrada del gesto de muerte que una vez acude a su cita con nosotros, en esta catedral. Esto si es un rito, los toros, que no el valle de los caídos. No profanado como está ahora con el velo de la indifernica por los cuerpos anónimos de quienes lo construyeron esclavizados la cruz, rojos joputas, y los ocupan las cunetas y los ninchos, sin identificar. Ni recibir sagrada sepultura. No con sus familias. Movidos para llenar el recinto. Para darle un sentido solmente con el que pudiera estar de acuerdo Roma. No lo olvidemos: somos estado. Como religión. Y como país. Aunque no gozamos de su patrimoino. O sí. Cuando asistimos a la misa. Al culto. A su peregrinación anual. A sus fiestas. Vengan a las iglesias. Se llenarán al final. De otras misas.
Rayo y Edgar fueron a la iglesia del Pi a uno de los conciertos de guitarra flamenca. Sublime. Que hayan entendido la magnitud de la puesta en escena. La calidad del show. Como ver a Golman en directo. Soy un cómico más. Un tipo que escribe. Un Trumbo. Trombo. Qué se yo. Yo sólo escribo guiones. No soy actor. Ni director. Hasta que un día me cabreé. Y lo quiera hacer todo. Entonces diré: why not.
Y lo hice.
Hoy.
Como puedes ver soy muy atrevido. Voy a tocar los mismos temas de siempre. Las mismas historias. Las mismas anécdotas. Una y otra vez. las 99.
Lee esta:
Puede haber botones que no lleven a ningún sitio. Cierto. Pero no quiere decir que eso será siempre así. Un día igual decides tu propia aventura. ¿Qué pasa? No sabes. Es eso. Ya sabrás. Tendrás que elegir. Dos opciones. Saltas o te quedas.
Todas buenas. Bueno, todas. Son dos. ¿Qué tan mal está tener una dualidad para elegir? Nada mal. Nos abre las opciones. A dos. Simplificando el cacao mental en mi cabeza. A ver: qué elegimos. Ellos o nosotros. ¿Quién soy? ¿Qué discurso defiendo? ¿De qué revolución social soy parte?
De México llegó una fumada sagrada. La llamaban pacheca.
En el norte la vara si dualizó otra vez. La mitad la entendió al chile. La otra mitad: psssspsipssisisiiisiiiií.
Luego, luego. Bien pinches pelados.
El último sueño del año. La defensa de Montjuic. Postdreamum.
La dualidad flexible de esta ciudad requiere que entendamos como nos organizamos para defender la montaña sagrada.
Nosotros ya lo tenemos todo en esta ciudad. Somos Sísifo subiendo a Montjuic. Quizás cambia la dimensión de la piedra, que la llevamos en el bolsillo. No era aquello. Sino el intentar cada día con una sonrisa subir la montaña sagrada. Intentando cumplir hoy con el cometido del día para culminar la proesa. Llevar la piedra a su sitio.
Tributo a los judios. ¿Quién se acuerda de los judíos? Será que vivo en su barrio. Quizás es que ya un día se nos fue la cabeza en el barri. Y fuimos nosotros los que colgamos a los vecinos delos balcones de la entonces capital. Judio colgado no se olvida. Tampoco Aushcwitz. No están solos. Aquí en esta ciudad todo es resilencia. Debemos estar preparados para resistir la pulsión de la violencia. Debemos reflejar la visión completa de nuestra historia ya cincelada con las herramientas del herrero para moldear la piedra que extrajimos un día, ultrajamos otro, de aquél monte sagrado. Oh, monte, permítenos volver. Y entonces subimos.
Esta noche buscaré una piedra para meterme en el bolsillo. En algún momento subiré la montaña para llegar al cementerio a dejarla en su sitio. La pondré encima de la tumba de su padre. Y con ello cubriremos con un manto sagrado la pulsión guadalupana que este año me regalado. Con este manto se cubre la montaña, como si fuera un cagatió a punto de soltar las dulce flatulencia. Ese momento previo a la caca. Bendita seas. Montaña sagrada, un día más venimos aquí, en son de paz, a ser parte del teatrillo de un héreo que no en vano intenta llegar cada día a su meta con esta piedrita en el zapato. Aquí la dejo. Descansa en paz. Ciutat. Desde aquí, desde esta iglesia en el monte yace toda la humanidad. Y el mar.
La dualidad se muestra en cómo subimos la montaña. Cómo podemos darle vueltas y vueltas como si fuera un circuito. Cómo se sacó la piedra de sus entañas. Cómo se llenó de cuerpos y lápidas que fueron y vinieron. Cómo se intentó reinventar mil veces, con la influencia indiscutible de unaas primeras olimpadas: la feria mundial. La ciudad ha tenido dos ya. No extraña que luego siga siendo capital. Siempre lo ha sido. Aquí lo hay todo. Hasta españoles. Y eso es de agradecer. Olé.
Pensi vosté en la metáfora. Aixó és conyás. Diguem-lo ben alt, clar i ticatalá. Sóm un puto conyás. I sempre ho serem. Aixó no treu l’altre. Com aquell que diu. No obstant, no podem ser tant capficats. Hem de baixar del burro, home. Ens has portat fins aquí. I bé. Unes festes més. Un any més. Ara potser toca un altre rotllo. Un altre cosa. Com la irrupció d’un noi que no és d’aquí, ben bé, de la ciutat, sino d’un petit poble aquí a prop que es creu ciutat. O més aviat Paris. Reus.
Pero aixó ja ho va fer Buenafuente fa anys i panys. Per tant, no té merit. Ni tampoc anar a fer-li una mamada com rapidament dirien en Broncano, Jordi Évole, Corbacho, Santi Millan, Albert Om, Berto, Silvi Abril (que potser ella…), Edu Soto y Toni Soler. Los insolentes de una sociedad ticatalana. La comedia nos rescata. En esos límites que entre todos ellos exploran. Como productores. Como showmans. Ese juego. Esa industria. Ese cuento. La risa nos hará libres. Como leer. Como escribir. Como dibujar. Como contar chistes. O monólogos.
Como cambiar de lengua. Y de país. Y de estado. Y de forma. Y de espíritu. Y de religión. Y de credo. Y de ciudad. Y de montaña. Y de piel. Y de cuerpo. Desbordems los propios límites autoimpuestos. Dejémonos llevar. Total. Qué más da.
Y si nos concetamos hoy todos es una misma humanidad bajo este nuevo hashtag: #ALLS
El ultimo suspiro del 2018 es revelador. Levantamos el último velo. La cuarta transformación nos abrasa. Como si nos pudiéramos fiar de México. Otra vez. Claro que sí. Por aquello de entre tu arte y mi arte. Pues eso. Aquí la tienen.