El/LA OTRO/A

El/LA OTRO/A es un partido político derivado de un sueño. El partido surrealista de NEW Spain. PSNS. Las siglas van dando vueltas. Se trata de un agente dinámico de la sociedad NEW. Que toda ella, en su conjunto, y en comunión con la vibra sagrada, se funde en una NEW society. O bien, en el NEW world.

Esto no tiene sentido, decían algunos. De ellos también será el reino del presente. El aquí y ahora. De momento es todo lo que tenemos. Ya seas un mendigo en la calle en la que ahora ya no hay gente que te ingnore. Sino pura caridad. O preocupación, ahora sí humana, para que no te de el coronavirus. Y lo puedas contagiar. Hay personas que valen más en estas circusntancias. Y otras, que valen menos. Es juego cambiante de nuestra indiferencia.

DIOS Padre se presentó a las elecciones con este nuevo partido. Al tio le moló la propuesta. Ay, Dios Padre, ya no se dice mola. Eso lo dicen los abuelos y las abuelas. Ahora se dice ________. Los tiempos cambian. O más bien, están-an cambiando. Ya sabes, como la canción del nobel de literatura.

Enrique Vila-Matas le pregunta a un guardia de serguridad de un panteón (al que llama policia), que si está de acuerdo o no con el nobel de literatura de ese año. O quizás le está preguntando si coincide cada año con el nombramiento del nobel, si acaso cada año se indigna de que no se hayan dado a _______, o a __________, que siempre están en las quinielas de los que los han leído, y los consideran unos/unas Dioses/as. Y por tanto, se quejan, en público, o en el Frankfurter hof, para dejar claro, ante las personas que te juegas el tipo para (re)conocernos como la gente culta de este vulgar mundillo.

Vila-Matas asume un riesgo en directo, como todos los autores que han conseguido tener un séquito de lectores: introducir un tema polémico que nadie se espera. A riesgo de parecer un snob que le tira con saña a un policia un clavel envenenado con esa mirada que el otro asimila con recelo, y que ambos, identifican de ida y vuelta: el némesis. El otro también es el némesis. Y eso, de alguna manera, lo debemos asumir. Y hasta cierto punto, los autores, junto con los editores, ya lo han asumido. En su elección vocacional. En la decisión en la que han puesto el dinero donde se encuentran sus bocas.

El/LA OTRO/A utiliza esta conexión en directo del año 11 para ejemplificar a los unos y los otros. Por diferentes motivos. Por un lado, es culta. Es decir, se trata de un video que revela que dos tipos que hablan español pueden tener sus batallitas en Nueva York, aún sin hablar el idoma. Eso pone al culto en un sitio de discontinuidad. Es decir, le da un rol de actor secundario que debe sobreponerse a una situación que está por encima de sus posibilidades. Y desde esa postura, debe asumir el trasncurso del día, con un cansancio que le vencerá en un momento dado, y quizás le mate. Por otro lado, se trata de un trance social: una borrachera en otro contexto psicosocial. Beber en esas circunstancias habría sido asumir un seguidismo que le habría generado un vacío existencial mundano: la anécdota sería más convencional. Lago había prometido que vendría con un amigo escritor que les volaría los sesos. Un tipo verdaderamente fuera de serie, ya lo verían. Los americanos saben que los insolentes que vienen de otras tierras son los que verdaderamente manejan discursos alternativos surrealistas. Como beber agua. Así nomás, sin gas.

Yo tampoco bebo agua con gas. Y también un día me acerqué a Vila-Matas, nueve años antes, la primera vez que acudimos a unos premios Herralde, en el St Rémy, en la calle Iradier. Acudimos Quique, Toni y yo a nuestro primer evento literario en Barcelona, tras haber sido invitado por Paula, a quién había conocido en el primer desembarco de Sexto Piso en Frankfurt. Era el año 2003. Había sido comisionado para establecer un contacto directo con Vila-Matas para coordinar la presentación de un libro que había publicado con Sexto Piso: El viento ligero en Parma.

Nuestra presencia jovial en dicho evento contrastaba con las primeras espadas del mundo del libro que acudían al saludo del patrón, don Jorge, y que se conocían los unos a los otros. Quizás hasta se habían leído. Se percibían otros secuaces pertenencientes a esa calaña latinoaméricana que siempre se cuela en los eventos literarios cuando desembarca en Barcelona, persiguiendo quizás la sombra de los Pitoles y los Bolaños. Bolaño ya había muerto. Sus historias resonaban todavía en el salón. Y nosotros ya habíamos encontrado nuestro lugar en la periferia del Iradier: el segundo piso, del otro lado de la barra.

Mi única obligación laboral esa noche era hacer contacto con Vila-Matas y coordinar los pormenores de la presentación del libro. Recorrí el salón en busca de Vila-Matas y me acerqué a incordiarlo mientras hablaba con Rodrigo Fresán, a quién tampoco conocía. Me presenté como respresentante de Sexto Piso en España para preguntarle cómo le gustaría hacer la presentación. Había pensado que quizás podríamos hacerla en el FNAC. Ignoro por qué en aquél momento aquello me pareció sensato, pero él rápidamente me corrigió y me dijo que debería ser en La Central de la calle Mallorca, que era más apropiada para el tipo de autor que era él. Ante lo cual no tuve ningún inconveniente. Había conocido a Antonio ese mismo año en Frankfurt. Y además me gustaba mil veces más La Central que FNAC, pero en fin. Me preguntaron por el nombre de sexto piso, y fue entonces cuando expliqué la historia tradicional: «fue en una borrachera que uno de los fundadores lanzó una frase categórica: prefiero tirárme de un sexto piso a _______.» O no se si conté la versión que dice que estaba tan crudo que prefería tirarse de un sexto piso. La verdad es que la versión oficial también da vueltas. Pero se sabe su origen: Percio. Percio, Lu-percio.

No hay personaje capaz de sostener frases célebres contundentes con más gracia que Rafa López. El origen nominal del proyecto editorial parte de una de sus frases en esos momentos en los que las amistades se funden. Y son esas relaciones las que se consolidan con gestos únicos e irrepetibles. En la base de un proyecto editorial que acaba de cumplir la mayoría de edad, la frase de Rafa se mantiene en la cúspide de las anécdotas. Vila-Matas y Fresán parecieron satisfechos con mi breve historia fundacional de una editorial mexicana que se abría paso en las grandes ligas. Vila-Matas mencionó que él vivía en un sexto piso. Fresan puede que haya dicho alguna cosa más. Y ya no hubo más que decirnos. Por lo que acabé mi intervención con un protocolario despido y con un recordatorio de que ya nos pondríamos en contacto para coordinar la presentación. Me retiré y nunca más nos dirigimos la palabra.

Cuando no cruzamos él sigue desconociendo quién soy yo. Así es mientras la gente no te conoce. Y en los diferentes mundillos de cada ciudad la gente se tiene vista. Muy vista, dicen. Y así nos damos cuenta de los limitado de las esferas que gozan de los elíxires de la existencia. La denominada «Buena vida». El «éxito».

El éxito de quién consigue dedicarse a su pasión y conseguir flotar en la superficie del mar. Y dejar de perteneces al mundo de los que mantinen la cabeza bajo el agua. No es un salto trivial de nuestra historia. De hecho no es un salto trivial de nuestra sociedad. Es un hecho evolutivo que nos interpone el espacio privado, seguro y familiar, al espacio público. Ese sitio allá fuera. Ese sitio en el que no estamos. La calle. La plaza. La playa. La montaña. El parque. La tienda. El restaurant. El bar. El campo.

Yo quiero salir a estar en esos nueve espacios transformados. Y sólo voy a llegar en la cumbre si el pueblo NEW me sigue al sitio en el que nos acaberemos de encontrar: ALLS.

No es acaso este el espectáculo que estábamos esperando.

Abran sus ventanas. Salgan a las 9:09. Y den la bienvenida a este nuevo tiempo. El mundo de los que transitan YA al mundo de los cielos: presente.

Se oye su nombre.

Usted contesta: presente.

Aquí estamos.

Así.

ALLS

NEW Storytelling

So what’s new about telling a story? Nothing really. It’s as old as it comes. It’s just that now we have to imagine everything shifting all the time. And we are forced to get a sense of the transformation in a way in which we add something NEW to the old recipy. It’s just the same old story. New is old. It’s old magician’s trick. And we all know it. And we are so tired of it.

So how do I make it something truly NEW? That’s been my quest ever since I started to write. When you realize you want to tell stories, a whole bunch of shit comes into play in order to be real. Your voice is something you make up through practice. And you keep popping up. Time after time. Your writting takes you to places. But that’s not enough. You need to shape the spaces, the time frames, and the relationships of characters that play along the lines.

And still, that might not be enough. You need to face the deamons. And jump. You can only do that if you allow yourself the panic ride. And not everyone is ready for it… until now.

Panic is everywhere. People are going nuts about any pety little thing. They are willing to push it up your sleeve. As if you’ve lost your mind. And they are here to let you know they hate you. Hatred, not love, has pushed up the boundaries. And that’s scary. As darkness is just around the corner looking for a way to capture your soul.

Fear: into you. That’s the formula. The man on top wants you to own it. And you do. Decisively. As you wonder around a pond of doubts that built up in an empty cabinet hidden from the rest. That’s your sacred place. They can’t touch that. It’s not public. It’s not out there to be shared. It’s just there for you. Your own excitement in the dark. A vaccum full of black wholes. Eternity gone wrong. A sip of evil.

Consciousness is quite the other end. Polar existance allows anything to be there, but also, just the opposite. And that’s simple enough to bounce out of any position. No matter how sacred. I’m ready to leap out. No space is ethernal. Nor should it be.

So long anxiety. I will not leave you for long. But I’m not your slave anymore. I’ve decided to take the leap. My step’s already been taken. I’m flying. Free. In my way to the other end, where grace shall fill me: ALLS.

UX revolution

User experience. Yes. You are an user. Allow yourself that much. And don’t be affraid.

We are here to save the world from the evil handling of Status Quo. So past that. The time has come for the definitive digital transformation. Every aspect of life. And still. Life will go on. As things will manage to addapt somehow. No matter what you believe. Or which fake news are targeted at you. You will go gently into the rabbit hole.

The game is still to be polished by the minds of a collective society in a circular motion. The actors don’t trust each other, especially on the other side of the our polar structure. We a spiked by our nemesis, and man, do we have several fronts open. It’s not my take to bring on a list of nemesis you should encounter face to face, but maybe they are already breathing on your neck. Like comunists flying around the mind of a capitalist fool. Like flies on pooh.

Digital transformation thus must take place in sincronicity with these times that are a-changing. We are seeing it now. We believe our collective melt down has brought us to some new scenarios. Let’s evaluate them and bring on a new scope. Nine new states of nature to begin with.

One of them would be UX. User experience. What’s the user going to demand in terms of diferent aspects in their life that «forever» will be transformed. This is a central point on how we go about delivering this change. Call me an optimistic. It’s just a beautiful time to be a part of such a colossal challenge. The quest of our generation. As a moment in history. As the pyramid, the population one, shifts. We will need a myth to straighten things up. A pyramid will do. It’s just about as global as the Internet, without all the paraonoia. O r better yet, with it, but in biblical terms.

User. A person who uses. Why should we use something? Why should we pick up a book? Why should we connect with a social media? Why should we turn on the tv? Why should we cook? Why should we exercise? Why should we connect with our loved one? Why should we ask questions? Why should we love? Why should we meet? Why should we tell stories? Why novels? Why me? Why now? Why God? Why pray? Why pay? Why work?

If you deliver a service that focuses on solving a problem, you are abandoning yourself to aknowledge a greater need. The need to help others. The need to put in somebody elses shoes to live that challenge like your own. That’s quite a task. And in this current situation, it’s a challenge that will transform you, at first, and then, those you are meant to touch.

So the user will be you. And them answering back. The experience of going together to a collective ideal. A global one. One in which we are understood by the amount of connectivity that allows us to move around the world in two dimensions of space-time: one in our physical surroundings, our neighbourhood, our city, our community, and another one, in our virtual capacity to be anywhere in the world, at this moment in time, and maybe, if you know how to, at any time someone stumbles upon you.

You calling.


Infography learning

This is an eureka moment.

You can learn through several diferent ways. Books, for starters. But you can also learn from well executed condensed imagery. As if we could learn something from a Dalí painting. By focusing on the details. By mearly looking. And opening up to what that brings into your social knowledge. That’s when I knew there’s a new way of learning: infographing.

I am expert in NEW language. We’ve been in 1984 for quite some time now. It better be time to speed up the race and find ourselves within this social system that’s looking down upon us. As is now time.

The search for Dalí surrealista brings you some visual answers.

What we search for seems to be the key factor on our knowledge formation. We might not even be searching anymore as we are getting all our input from other sources. Like books, for readers. Or social media, for the greater base. Books vs social media battles. I can’t hardly wait for some of these ideas to really emerge. Once they come our of my mind and deliver some shaky shaky moves onto the NEW world.

But think on how the result changes from altering what you are searching for. Imagine instead of looking for «Dalí surrealista» you search for «Dalí paintings». Would the result be much diferent. Probably not. But it’s just a mere result from the accumulation of data and labeling strategy from a numerous amount of sources, and the special salsa Lizano that Google might have had the intention to spice up that specific search you were aiming at. Let’s take a look:

«Dalí paintings» search brings out some of the same results, and some NEW ones.

The result is diferent, and the same. Still three melting clocks. That seems to be the front of Dalí’s representation to the world. That’s what a Simpson’s cartoonist would take to represent surrealism from this specific source. We are drawn into it. We could try to get more specifi, but in this case, that’s not relevant, nor the point. Not even Dalí is the point. Nor surrealism, no matter how central both are. The imagery would be how and what you would be able to learn from a representation of concepts in a single canvas. And how much of that could represent a learning experience.

Infography learning is much more simple than that. It’s to be able to learn from the result of users/experts making complex concepts into popular visual search results on any given search engine. We go to google because we rely on their algorith, like white on rice, or like a catholic on a holy mary. Maybe we are biased. Maybe we don’t even know. But how do make our search significant?

We search for what we can learn to make a better life experience. A bigger wider view. A wholy flow. Or a holy guacamole.

So how did I come accros infography learning. My man oceanoinfierno: one more time.

Google doubts: you meant «Oceano Infierno»

Oceanoinfierno is a bigger than life character on the net. He’s one of the most influential voices of my time. And we’ve wondered around public space in the search for higher quest. Like an alternative world rather than just mearly following the path of the sheep back to the farm. Somehow we got out of the maze a long time ago. And we doze off searching for a true sense of what and how we should give back to a NEW society. And, as usual, we failed.

We first tried to change the system from inside. To play the cards of innovation and development like they were being played by the rulers of the status quo. And we taught the system. We played right into them. And that knowledge helped others push up their boundaries. And we were kicked out, in my case, and elevated, in his. But he stepped out. He was kicking it with the major league rulers. As they found his NEWspeak useful. And they understood the future of their adapting system. And used him as a tool, as we are used by the system. But he said no. And dropped the mic.

We went into serveral intents of social change. We’ve always been driven to change the status quo. Upside down. That’s the search we’ve been digging for. First we unocent, though unogonu, and then with socialzheimer. Then, years later, with supercuidadoras. All of the social networks. All of them some sort of platform. All of them never saw the light. We are beta negative.

So we are back to zero. Back to the drawing board of society. Like society, as a whole, once again. And we are aiming for the greater change. The systemic reconstruction. Adaptive collective systems poping up to reach an iterated NEW estate. Still: same goal.

So Alex send me a voice message: dude I know how we should be doing our projects: UX and desing thinking. Learn about it. Take a webinar. It’s our time.

So I googled: user experience. And then: eureka. Infography learning. I can identify from the images of very widespread topics like UX the knowledge framework therein. And I could then try to intake the selflearning mechaninsms to understand that big picture that has already been layed out for me in those infographies. So in a glimpse, and further study process, I can become an expert on that topic, probably faster than anyone else who hasn’t been trying to change the world during the last 9 years. Or 12. I lost count, as I lost myself, from that given path I was supposed to have taken, but too decided to leave behind.

So this is what I got:

UX is user experience. Let’s digg into that. And let’s bring on a NEW system.

La muerte del futbol

Si el juego tuviera fecha de caducidad quizás al tercer día renacería. No sabemos si el futbol… sí sabemos. El futbol es la nueva religión. No hay nada más grande a nivel global que lo que mueve el futbol como deporte: juego, entretenimiento, afición y negocio. El bucle está demasiado montado como para que venga ahora… un virus, y lo desmonté. No señor, dijo un caballero.

«El futbol es un juego de hombres.» Esta frase se lleva diciendo toda la vida. Hay dos implicaciones en la misma. Una voluntaria y la otra «no tanto». La connotación más honesta tiene que ver con la singularidad de un deporte de contacto en el que en un momento determinado hay que meter la pierna con fuerza. La otra, la «involuntaria» es la acepción de que el futbol sólo existe para ser jugado por hombres. El futbol «de verdad». Ese tufo machista heteropatriarcal en el que hemos sido criados. Casi todos.

¿Cómo? Otra que viene a intentar manchar al futbol con una retórica feminista, dirá nadie. Todos sabemos que es así. Y lo peor: en los vestuarios masculinos se habla de una determinada manera que crea un gregarismo muy antiguo de nuestra biología: hombres hablando de sexo y mujeres. No siempre de manera poética. Ni siquiera elocuente. Es una realidad de nuestro modelo social en crisis. Algunos querrán que no se sepa lo que ahí se dice. O que no se les exponga. Pierde la gracia. Si todos reímos… sigue la fiesta.

Y la cosa queda ahí. Las mujeres saben de lo que hablamos. Ellas mismas deben lidiar con cada uno de esos pequeños machos que habitan en la cabeza del tipo que tienen delante, intentando ligar. El hombre entonces se torna frágil. O subnormal. O lo Weinstein. Pero puede ser mucho peor. Manadesco. Lo fácil es violar. El cuerpo de otra que quiere ser violada por todos los colegas. Un pensamiento que recorre la cabeza de varios subnormales a la vez.

El subnormal machista no se ve a sí mismo así. En su historia familiar todos los hombres de verdad han sido, de alguna manera, violadores. Los momentos de afirmar el machismo en la sociedad colonizadora queda pantente en casi cualquier rincón del mundo desde dónde decidamos estirar de este hilo. Lo digo por intuición. Como si los turistas que van a Bangkok no vinieran de Europa. O de cualquier otro lugar del mundo. El abandono del macho alfa en su decadencia final. Los machos mayores en su clarividencia sin castigo. Violar porque se puede. El negocio está montado. Y uno, capitalista, es tan sólo un consumidor. Con dinero baila el «perro».

Lo cierto es que el inframundo sigue su curso. Y las vidas que se lleva por delante son extraídas de su sueño americano. Los ascensores sociales no bajan hasta estos niveles del lumpen. Y el monstruo de la violencia, escencialmente contra la mujer, no para ahí. La violencia que nos pega a todas. En ese todas estamos todos. Todas>todos. No sé si se entiende. Hay quién se ve afectado por el desdoblamiento de la lengua. Lo considera un acto que corrompe la sagrada lengua española. En realidad esta es muy flexible. Y sería capaz de asumir un giro copernicano. Un salto cámbrico. No importa lo importante que resulte la resistencia. La emergencia se hace su camino. Incluso ante los pilares de la sociedad más solemnes.

La violencia nos pega a todos. Se cuentan más muertos hombres. Las armas matan. ¿Por qué armas? ¿Por qué tantas? ¿Por qué guerras? El comercio de armas mantiene vivo el proceso de impás. La reconstrucción social que viene de la mano de nuestra retórica de la instauración de la democracia. La libertad siempre está en boca de toda guerra. Tiempos mejores. Sólo deje que esta guerra lo solucione. Y siempre hay otra más.

En tiempos de coronavirus… ¿qué guerra sigue en pie? ¿Quiénes no renuncian a su inversión? ¿Cuáles son los boletos que se juegan en la siguiente rifa a la que queremos asistir con un proyecto ganador?

El futbol y la guerra. El futbol y la iglesia. El futbol y la lengua. El futbol y la democracia. El futbol y el arte. Quizás estas cosas no se mezclan. No mezcles, te dicen. Están intentando manchar nuestra diversión con tus alegatos fuera de lugar. La situación no es la que dices. Nuestra sociedad está en otro punto. En otra retórica. Mucho más pura. Mucho más sutil. Estás enmierdando la paella. ¿Quién invitó a hijo de la gran puta que se está meando en el ponche?

Agriar la fiesta no ha sido bien visto. Si la gente se lo pasa bien, no es bienvenido un aguafiestas. Tiene que ver con la sintonía. Y con la capacidad para el debate. Incluso borrachos. Buscapleitos. Verdaderos especialistas. No siempre opacos y perversos. Las mentes más clarividentes son aquellas capaces de saber cuándo ejercer su línea argumental. Depende de la situación y de la necesidad de ese histrionismo. Un descaro no apto para tibiezas. Ya en este punto se ha levantado una muralla. Y la gente se posiciona con uno u otra contendiente. No va de géneros. Ni de clases sociales. Quizás sí de subnormales. Y de un justiciero insolente dispuesto a jugarse la noche por ese momento ineludible. ¡Vamos!

Lo siguiente es un careo entre dos corrientes filosóficas. Dos maneras contrapuestas de ver la vida. Dos fuerzas que se repelen. Electromagnética. Es un tema físico. Pero mejor aún: es un tema oral. Una disputa de caracter figurado. Cada argumento tiene su razón de ser y su contrargumentación. La velocidad es vital para mantener al oponente en ralla. Es un acto de vandalismo a cara descubierta a los pilares de la doctrina del némesis. Lo más parecido a una de esas cosas que hacen los raperos frente a un público frenético que aupa la contienda. Es cultura de la calle. Pero esta vez, en círculos de poder más bien tradicionales. Bares, discotecas, salones de clase.

La vida está en esos debates. Y en la manera de posicionarnos ante dos opciones antagónicas. Como ha sido siempre. Bien/mal. Cielo/Infierno. Derecha/Izquierda. Arriba/abajo. Rico/pobre. Justo/injusto. Legal/ilegal. Público/privado. Comunista/capitalista.

Quizás con esas dualidades tengamos sufiente campo de acción para dibujar todas nuestras afiliaciones. Y no importa cuál elijamos. Nos encontraremos compartimentados en medio de decisiones contradictorias de impulso básicos que no sabremos expresar. Pero en medio de la masa, la nuestra, seremos un canto único a la figuración colectiva de los monjes tiresianos.

Ya nos quedan más ojos.

Ni modo.

Morir y volver

No es la primera vez. Ha habido otras veces que he vencido a la muerte. Quizás es la novena. No se si habrá otra. O la siguiente…

No se si vale la pena regodearse en la vida. O justamente cuando uno consigue una pequeña victoria de lo que podría haber sido el último suspiro. La gente dice: murió tranquilamente en sus sueños. Puede que no haya sido tan tranquilamente. Quizás ese momento final en el que intentas volver, simplemente: no llegas. Lo intentas, pero las compuertas se te cierran. O se te abre la de San Pedro.

Dios está ahí. Pero el cabrón está jugando con vos. Te quiere ya ante Sí. Te está llamando. O dando una señal. Una de esas: aprieta pero no ahora. El man está ahogándome y al final me suelta. Eso es una tortura para que haga algo. Es el llamado de Dios Padre para decirme: ahora.

Así que no me queda más que hacer caso. Por la insignificancia de este hijo de Papá. Uno más que mandó a la Tierra para cambiarlo todo. Oh, qué sacrificio. Todos somos hijos del señor, según la doctrina universalista de la iglesia católica. En la película de Los Simpsons el hijo de Flanders pregunta si estará Buda también. O quizás fue alguien más. Pero el chiste es espectacular. Buda merece estar ahí. ¿O sólo llegaremos a un cielo en el que los que han creído como yo tienen sitio? Arrepiéntete de tu xenofobia y de tu odio, pequeño buen samaritano. Igual todo el bien que profesas lo estás proyectando en la balanza que te precede, como apostol de mi Reino, y que siempre tiene un balance positivo, hasta que metés una de tus bombetas que te ha dictado algún doctrinario de lo que supuestamente no va bien en mi plan maestro. Y soltás alguna babosada sobre el aborto. La vida, decís. Mejor dejá el tema y defendé la salud pública. La mujer decide sobre sus circunstancias. Escuchá: no estamos acostumbrados a darle a la mujer ese rol. Ha sido una prueba. Y la estábamos perdiendo. Toda ese gente en el purgatorio está ahí por pensamientos como el que ahora vos defendés a capa y espada. Por un reflujo de muerte que tienes dentro. Deja que salga. Y nunca más volvás a dedicar un segundo de odio a quién no piensa como vos. Quizás nos hace falta humildad para distinguir la línea que nos separa de quién piensa distinto a lo que nos «dicta» nuestra fe. O lo que nos transmite nuestro pastor. O la doctrina actualizada de mi iglesia. De la cual no soy responsable.

Uno de los elementos más subjetivos de este mundo es la intermediación entre un profeta que trae las buenas nuevas, desde hace años, con su libro sagrado impecable, y lo que ahora interpretamos del mismo, traido a valor presente. Todo nos sirve para seguir. Algunas moralejas nos dejan en situaciones de confort en donde antes había angustia. Y respiramos con más tranquilidad. Livianos. Nos sabemos parte de un organismo vivo que profesa paz. Y no odio. La religión tiene el propósito de darnos aquello que nos falta. Porque el sistema no tiene tiempo de cambiar. Y si lo encuentra, nos vamos rápidamente a la distracción. Como si una pausa de la magnitud de una pandemia no fuera suficiente señal para establecer un tiempo para la meditación. ¿Qué acaso no sabríamos identificar el gesto de Dios si se asomara por una nube con el dedo estirado para que su hijo, vos, lo tocarás con la punta de tu índice?

Nos confundimos con el arte. El arte nos llevó cerca de lo que los clásicos pensaron en su día. Las imágenes celestiales nos llevan a infiernos, purgatorios y cielos que nunca han existido más allá del imaginario del artista. Que entonces lo plasma en un gesto de traer a la tierra lo que existe sólo en aquél cielo propio. Nuestra visión particular de ese cielo es todo lo que importa. El día que me vaya estaré en el sitio en el que no existe la angustia. Ni nada. No estará mal. Estaré seguro de haber vivido lo que la vida me dio. Momentos sublimes de intensos sabores y colores. Todos los que pude percibier en un paisaje recurrente con el que me encontraba cada día en la montaña.

Mañana saldremos a pasear por la montaña. Es la primera vez que saldremos Vera y yo desde que la pandemia nos confinó hace 60 días. Estaríamos haciendo el camino hacía los 99 días que cambiarán nuestras creencias más ancestrales. Quizás ya nada sea igual. Y los políticos lo saben. Pero también lo saben las fuerzas del mal, que se aferran al poder que han tenido sobre nosotras. El heteropatriarcado resiste el embate del tsunami. No se va dejar vencer con la primera ola. Resiste aguantando la respiración en medio de la lavadora que le revuelca sin saber diferenciar si arriba o abajo. ¿Cuánto tiempo más aguantará?

¿Cuántas veces más despertaré cuando la cena se precipite de vuelta mientras duermo?

Escritores incipientes

Eduardo Lago y Enrique Vila-Matas conectan con NYC con un policía de cementerios. Un guarda de seguridad, en realidad. Un puertorriqueño. Cristina estaba con ellos. Oficial Jimenez. Cada vez que voy a cerrar, la gente se tiene que ir. ¿Cómo se llamaba tu compañero?, le pregunta Vila-Matas. José Velásquez. Ustedes están viendo la tumba de Moby Dick. Él no se instruye. Muchacho, sepultaron a una ballena.

Jimenez, ¿cómo es la tumba de Melville? Dejan unos mensajes. Escritores. Poetas. Le dejan mensajes y bolígrafos. A ver si pueden heredar la misma forma de escribir. Principiantes. Gente mayores como ustedes. Escritores. Que dejan mensajes.

Una cosa que me pareció impropio fue que me quitaste un libro casi a punta de pistola. Me gusta mucho Melville. Ahí está la soledad de Nueva York. De Wall Street. Los gringos son así como Bartebly.

Tú eres un lector. Nos dijiste que a tí te gustaba leer entre las tumbas. Mi mamá fue maestra retirada en Puerto Rico. Me gusta leer mucho.

Hispanoamericanos qué autores has leído. García Márquez, Cortazar, Vargas Llosa. Vargas Llosa me aburre un poco. El premio nobel estás de acuerdo o te igual? Esos premios me parecen sospechosos. Yo no tengo opinión sobre eso. ¿Has leído a Paul Auster? Sí, me gusta mucho, porque es el poeta de la ciudad. Henry James. La vuelta de tuerca. Las novelas largas no me interesan mucho. Las bostonianas. Me gusta mucho como el autor maneja el relato del narrador. Thomas Pynchon. Te voy a admitir. Don de Lillo. Punto mega, lo leí y me gustó mucho. Thomas Pynchon cada frase es genial. Ese sí que te puedo decir que lo leo entre tumbas. Antes de abrir me leo un capítulo. Lo dificil me entretiene.

Jiménez, te queríamos hacer una pregunta. En el coche había una tercera persona que no dejaba de mirarnos. Ustedes lo conocen pero no voy a hablar de eso. ¿Es alguien que está escribiendo sobre el cementerio? ¿Es Don de Lillo? No.

¿Qué sabes de Cataluña? ¿De Barcelona? No he salido del Bronx. Soy fanático de Messi. Me encantaría ir allá. El cementerio. La librerías. Ir a un partido del Barça. ¿A Thomas Pynchon le gustarí el futbol de Barça?

Mario Jimenez se despide: espero verlos.

Hubo una cosa muy extraña… bueno yo no se… lo podemos contar… ¿qué hace este hombre leyendo libros? Ese nerviosismo que mostró. Ese individuo que iba ahí dentro. Resulta dificil creerlo. Nosotros pensamos desde hace tiempo que es Thomas Pynchon. Tenemos que esperar a que aparezca el nuevo libro de Pynchon para saberlo. Me acordaba sobre todo de la pistola. Los dos iban con la placa de sheriff y de la pistola.

Foster Wallace. Depresión profunda. Años 80’s. No podía controlar sus propias pulsiones autodestructivas. Ver a alguien que desaparece de rente. Silvia Pla se suicidó muy joven. Cuando muere Bolaño se crea una corriente potentísima de simpatía. Foster Wallace: es la persona más adorable y la más atormentada del mundo. Él vivía con los demonios y ellos le ganaron la batalla. Ya se leía. Ya estaba sucediendo todo esto. No lo validaron ni los críticos ni la editorial. Sino los lectores. Una obra muy extraña. 1900 páginas. 900 notas. Generación muy desafecta. Los estereotipos son gigantes. La diversidad extraordinaria americana. Los jóvenes americanos de 20 años están obligados a triunfar. Si quieren que nos engañen para darnos una sanidad universal. ¿Qué nos quieren hacer?

Una literatura que no se casa con nada ni con nadie. No lo hace de espaldas al público. La gente se identifica con lo que él. El mundo: los que están por debajo de 30. Y los de arriba. Foster Wallace no es un invento. Tiene seguidores en Francia. Su muerte no es un gesto publicitario. Es una tragedia que lo convierte en un mito.

La idea de Bolaño como suicida. No hay nada de eso. Él intentó terminar su novela antes de morir. No hay relación entre Bolaño y el suicidio. Quería vivir. Esta apología de Rimbaud. El mito es importante comenzar a estudiar. Ahora que se descubrió una foto a los cuarenta. Se han de revisar todos los mitos. Está muy bien lo que escribió. La juventud tiene que saber que igual era más interesante Berler. ¿Por qué no?

Teníamos que haberle preguntado al policía Jimenez si había leído a Rimbaud.

A Foster Wallace le preguntaron sobre la postmodernidad. Ah, sí, sí, sí… se explicó mediante una metáfora: una noche en la que se van nuestros padres y hacemos una fiesta loca y se acaban las drogas y después está todo sucio, todo quemado, alguien vomitó en el florero. Ese momento. Lo que le ocurre a él es que se encuentra en un momento histórico en el que Pynchon, el hombre de la noche, incluso Don de Lillo, han llevado las cosas a un extremo y de ahí no se puede ya seguir. La trampa de la ficción ha sido descuibierta por la metaficción. Hacía el oeste: se ríe del postmodernismo. Nohabía conexión con el corazón. Ni con la inteligencia. Matamos a nuestros maestros. Y ahora qué hacemos. Franzen: volver al realismo. Si tengo que reducir a una sola palabra cuál es la clave de una relación de verdad: love. Esa palabra llega muy lejos. Lo conecta con la afectividad. Hay que seguir escribiendo con el corazón. Escribir para llegar a este punto extremo. Que parezca que no se puede continuar. Y seguir.

Aplausos del respetable.

FIN

KOSMOPOLIS 2011 // Diàleg K: Eduardo Lago i Enrique Vila-Matas (VO Es) from CCCB on Vimeo.

Ese día Eduardo Lago salió con un grupo de editores, escritores y agentes literarios por el Raval de Barcelona. Acabaron en la Confitería. En donde aparecimos Meri y yo. Meri se sentó al lado de Lago que le hizo una pregunta: ¿tú quién eres y qué relación tienes con el mundo literario? Ninguna. Le volteó la cara. El mismo desprecio con el que se le etiqueta a alguien que no toma agua mineral. Sólo que esta vez nadie aplaude.

Surreality status

Once upon a time there was a surreal artist who never showed up. His work was so sublime it elude him. And everyone else. There was no escape. Nor there was any proof. The artist simple didn’t show up. Ever. And that’s how he became know as the greates surrealist artist of his generation.

The complete acomplishment took place within the realms of his mind. The roads from neuronal secondary roads lead to a brilliant display of inconclusive facts. Just chains of letters that competed with a new sequence of zeros and ones. Or double helix patterns. Whatever that stands for. Fuck it, I’am NEW surrealism. Altogether. Megalomaniac impulse to grasp no fruit. No sense. Just sensitivity. Inside a shell. Within yourself.

You’ll never scape this spell. There ain’t no time. As elasticity has taken over adapting to the newest time of relevance. Revelations scatter once again in the mist of the portrait drawn momentarily in his mind. Wait: picture it. Oh, shit, it’s gone. Again. The elusivity is intact. Working like the first day when it encounter the wondering soul. It was love at first sight. Immediate passion. A click; wink.

I thought I was a normal person. But I lied. To myself, at first. So I had to take a hands on posture within my internal quarrell. This could not go on. Selfsabotage is cruel disgrace. And someone, from the inside, has to fight it till the end. So the end showed up. Time was up again. And nobody showed up. The expectators awaited the entrance of the performer. He never showed up. In the 99 minutes that lasted the show. But nobody cared. Surrealism stood up. And blessed the scene. Quietly disturbing every mind.

Nobody clapped at the end of the show. The silence was broken. People exited the main theather of the mind. And the time was liberated from the surreal spell they went to experience. Oh, that was something else, someone said. And people long one another. The vacuity filled their experience and the thrill to share the now; here.

Something worked within surreal terms. The class was dismissed. Everybodies mind was filled with a hole. Everyone did the magic, but it only served the will of the collective soul that bounced around the show above their heads. The place was holly. And sound discrete, yet continiously revolving the magma of the desired dream. Joy was pleased to meet Joyce.

Lovemaking was on everyone’s mind. So why deny that misterious spell. Oh, well. The waters, black, rose up in the basket from the deep currents of the well. Swell. Drink up, it’s a toast to glory. Here; now; then. I’ve come accross your eyes to flow through you once again. Let’s run naked into the sun. As life’s begun again. I can feel it. You/me, no longer: ALLS………

El tirano personal

Todos somos nuestro propio freno. Nos hacemos trampas en el solitario. No queremos escuchar lo que verdaderamente queremos proyectar. El tiempo es limitado y nosotros preferimos derocharlo. Como si no hubiera mañana. No lo hay. Sólo hoy.

Mi voz fue mi búsqueda. Escribir, aunque fuera sin sentido, ha sido mi tarea. No así publicar. Ser escuchado. Encapuchado. Me encerré en este confinamiento voluntario. Por cargar su cruz. La mía. La santa cruz. Y por la Pau. Sant Pau. Santa Pau. Warever.

Yo en su día fui algo.

Y ya no soy nada.

Pero no importa.

Tabla rasa.

De aquí pal real.

Surreality stands tall.

As I say I’m a true surrealist.

Yet I’ve got no proof.

You are going to have to judge me.

And make the call.


Una puertoriqueña y un colombiano

Dos chicas hablando de amor. Como ir al cine en high school. Tú cruz en el cielo desierto. Un amor virtual. El amor que nace en cuarentena. Las redes sociales y la Internet. La base de las relaciones. Un DM. Business. Un like. Un gesto que nos acerca al otro. Y de ahí nace el amor. Prolongar la ansiedad.

Amores que se encuentran en el supermercado. La geolocalización se ha quitado. La gente está haciendo match en todo el mundo. Tinder se abre a la pandemia. El futuro distópico es de parejas virtuales. Mi pareja está en Paris. Nunca nos hemos visto.

Sobrevivir a la pandemia. Una victoria de la pareja. Love is blind. A veces el encuentro el persona… a veces la química por texto es una cosa. Y en persona no hay chispa. No se puede asegurar.

Los ascendientes del horóscopo para el amor en tiempos de desamor. Los humanos que sobrevivamos a esto pondremos a la hoja de vida: sobreviví a la pandemia. Lo que sea que sobreviva merece nuestra atención. El cerebro se acomoda a la excepción. Cuando se acabe la excepción, no sabemos qué va a pasar.

Para el sexting no está de más tener Tinder. No es mi flow. Le doy a no a todo el mundo. Con una foto no puedo decir. Es demasiado simple la primera intuición. Hay que entretenerse. Y mantener el líbido activo.

Las relaciones codependientes cómo van. Más codependientes que nunca. Sobrevivir esto juntos es la ostia. Viento en popa. En Colombia tenemos una expresión: caldo de cultivo de la relación codependiente. Ingredientes perfectos para que algo se multiplique.

Caldito de basura. Tan bajo como eso. Lo peor de lo peor.

Amalia y Mariela.

LIVE: Amalia Andrade y Mela Pabón.

Publiée par Paula Canal Huarte sur Jeudi 16 avril 2020