Vamos a empezar… otra vez

Este lugar no es más que un eterno retorno. Siempre vuelvo con la misma expectativa de organizarme y relanzar la oportunidad de salir. Y de ver qué pasa. Y luego no salgo. No pasa nada.

No pasa nada.

Es decir, que tampoco pasa nada si no pasa nada.

Es lo que los que nos ponemos excusas pensamos. Y de alguna manera tenemos razón. Se trata sólo de una autocensura. Un lugar común. Un pretexto eterno. La voluntad de no-ser.

¿Ser o no-ser?

Y elegimos no-ser.

Y no pasa nada.

Pero nada de nada.

Y lo que queríamos ser se queda mirándo de reojo. Como queriendo decir algo. Como sabiendo que es un engaño. Que todo es un engaño. Incluido esto. Una distracción de mago para que nada pase. Y quedarnos tan tranquilos. Dentro de nuestro plan b.

Y el plan b no deja de ser un sitio cómodo. Un sitio que siempre cuesta mantener. Porque también estuvimos sumidos en el plan c, d, e y f. Y no pintaban bien. Fueron caídas duras que forjaron caracter. Y que nos llevaron a discutir con nuestra propia existencia el por qué de las cosas. Y lo que hicimos mal. Y lo que hiciste mal. Tú.

Por mi culpa, por mi culpa, por mi gran culpa.

Y todo vuelve a empezar.

Pero en otro momento decidí que esto no iba a ser así. Iba a a transcurrir en otro tipo de escenario. En otro tipo de actitud. Con otro plan. En otra estructura… o debo decir metaestructura. Soy un arquitecte de arquetipos. Y desde aquí voy creando carcasas vacías que pretendo rellenar, en un primer momento, con un traje a medida. Una especie de Iron Man, ahora que todo tiene que tener un símil militarista-marvelista. Vaya, he caído en la trampa.

En realidad estamos hablando de una narrativa del héroe. Nada nuevo entre todo el cúmulo de historias y estructuras que te promueven los que crearon la manera de contar historias. Y lo que nos hemos acostumbrado a ver. Y de lo que quería hacer a tener que conformarme con la estructura de las masas para la creación light… paso.

Mejor no hacer nada.

Y seguir en el continuum de la vida.

Viendo pasar el tiempo.

En la pasividad de quién se dirige al mundo desde el sofá.

Y no pasa nada.

Y desde aquí las cosas se ven mejor/peor que hace un momento. Y nada tiene que ver con quién soy o lo que hice por adoptar otra postura. Una fuera de este sitio en el que vivo enjaulado. Quizás es mi manera de exponer una situación particular. Una manera de ser en otra dimensión. Un impulso por promover otra cosa más grande de lo que hasta ahora se nos había ocurrido. Megalomanía al servicio de la comunidad.

Ya estamos. Me estoy poniendo trampas en el camino. Para tropezarme y burlarme de mi. Mientras nadie más rie. Nadie más se da cuenta. A nadie más le interesa. Es ese flujo de ideas inconexas que perdieron al auditorio en el primer desvio. Divagaciones trampa.

Yo me fui encontrando en medio de esas divagaciones. Es un poco como el amigo imaginario de Joy en Inside Out, la primera. La segunda todavía no la he visto. Está claro que hay metaestructuras mentales que interactuan dentro de la maquinaria de impulsos, shocks electricos y departamentos en el sistema complejo que se encierra dentro del craneo de cada invidividuo. Ahora mismo el mio se ha puesta a trabajar en este sentido, y nadie tiene el control de lo que aquí está sucediendo. El tren del pensamiento mental está saltándo a la pantalla. Y lo puedo leer yo, porque también lo escribo. Este triple salto mortal. Y de esto algo queda grabado en algún sitio. Pero ya en forma de texto. Esto ya es otra cosa a lo que era yo al principio de este ejercicio de presentarse a escribir.

Y de este lugar he hecho mi casa. Y de aquí no he pasado. Pero el ejercicio de ser lo que escribo está reflejado en el historial de llegar aquí y desatar este truco de magia: escribir.

Hay un punto posterior: compartir. Difundir. Pensar que alguien más podría perderse por aquí. Que aquí hay algo más que un tipo perdido en medio de una tormenta que se arremolina hacia interiores oscuros nunca antes explorados. No necesito estado de consciencia alterada para encontrar un hilo conductor que no vaya a ninguna parte. Es ya parte de lo que soy. Caos.

El límite del caos presenta una noción a contrapelo. El sentido más sublime se encuntra en medio de esta maraña de interacciones. Hemos pasado a un nivel posterior de consciencia. Y este es el camino en el que voy a desborme a mi mismo en un plano temporal que vaya en dos direcciones: atrás y adelante.

Els desdoblamiento de uno mismo en dos direcciones. La primera dualidad. Dejar de ser uno… y dualizarse frente al espejo.

Pasado, futuro.

El presente no existe. Se me acaba de escapar. Y lo persigo otra vez. El tiempo en sí es una trampa, a la que volvemos sin cesar.

No hay más tiempo para divagaciones ni excusas.

Estamos en la puerta de oráculo.

Tenemos la palabra de acceso.

ALLS

El oráculo abre los ojos. Ya estamos dentro.

¿Dónde estoy?

Estoy aquí. Recién nacido. O más bien, acabado de despertar.

A veces es suficiente ser tras haber dormido. Alguito. Un poquito. O todo lo que podríamos haber desconectado en unas circunstancias normales de sueño. En un día cualquiera.

Hoy es uno de esos día. También es un día especial que está a punto de nacer. ¿Es acaso este el día en el que por fin todo se desenmaraña?

Amplificar el efecto de lo que hacemos, y conseguir llegar al valor social de lo que anhelamos. Colectivamente. Desde una perspectiva de transformación asumible. A partir de un juego. A partir de un nuevo juego de rol.

Yo soy el rol-maker.

O al menos el que construye la narrativa.

Pero, ¿de qué juego? Ni yo se.

El mio es muy personal.

Es mi juego social.

Mi juego personal.

Mi razón de ser/estar.

En este contexto me juego todo.

Y desde aquí debo desbordar la frontera de contenerme para no salirme del propio cauce que transporta mis aguas mentales.

En medio de la tormenta, mi sentimiento en este momento sigue siendo de gratitud, de haber pasado lo peor, de tener que asumir estar en el contexto de un estado de consciencia más próximo al que en su día se sembró cerca de la raison d’être que me fue revelada. He descubierto el último velo. Y de pronto estoy dentro de quién verdaderamente soy.

Los tiempos de mi narrativa y los del tiempo mismo se comienzan a entrelazar. Al fin de cuentas son nueve dimensiones que se entrelazan en un elemento primordial de mi propio porvenir. No puedo dejar de pensar que el camino que sigo va encaminado al caminar que condiciona la distancia que proyecta mi zancada. Lo más que puedo hacer es mantener las piernas en forma, seguir pedaleando, trasladando el ejercicio de mi entrenamiento a un nivel distinto al de la ejecución de mi puesta en escena. Es así, estando en dos sitios a la vez, y en varias dimensiones intercontectadas por mi propia tiranía, lo que finalmente converge en el ser que un día será lo que mi personaje evolucione en cada uno de sus multiversos particulares.

Ticataluña es especial, quizás porque mana del Tico Commons. Pero esto no es posible desvelarlo sin crear polémica en un mundo dualizado. Sólo se puede asumir si podemos prevenir que lo que aquí está pasando sea matizado por el cantar eterno de un ritmo caribeño que viene del más allá.

La capital de toda esta sinfonía es un isla, o más bien un islote, en el que los habitantes son de otra especie. Su nombre: Guayabo. La ilusión de un sitio que en circunstancias mediterráneas estaría desbordado por la masiva llegada de turistas en piraguas que han alquilado desde el puerto. En cambio, en el imaginario ticatalán, Guayabo se presenta como el eje fundamental entre lo que un día fue, más allá de nuestros días, a lo que acontenció en el continente que ahora llamamos nuevo, sin ruborizarnos, como si antes de aquello viviéramos (inclusive usted mismo, hoy, al pensar como usted piensa) en un mundo de tan sólo dos dimensiones; en una tierra plana.

La visión de Guayabo sólo puede visualizarse en la pintura del maestro don Isiodro Con Won. Su destello nos proyecta como elemento sagrado de una configuración que no está en el sitio en el que debería estar, sino en el su proyección más allá de nuestro status quo, en dirección ortogonal, conecta nuestra luz con la que emana de la consciencia multiversal de los mundos que conectan el arte de don Isidro con el mio.

ALLS

Breaking gol

I’ve had a dream.

In this dream I was cruising into a coming to age story. I was unfolding the character within myself, invetably going down the slope of an enormous ordeal. I was clearly breaking gol.

Walter White was in the story, but it was actually me. So was Jessy Pinkman. It was in the middle of Karachi, in a round about that was ancient, a bit like it was 400 years ago, and still with the current chaos of a traffic jam from the confusion and flow of any given day in main road of this great city.

Somehow my character in the dream started doing some hipopressive exercises that eventually got me out of the dream, and into this post. And here we are. Or rather, here I am.

I’m about to break loose. I need to keep a sharp focus on what’s going to happen in between every count of my transformation. And the characters transformation, starting from the initial presentation of Golman. However it turns out to be. Whichever dimention I land into with. And I don’t control that. Not even from the moment I cannot dissasociate my own account, and the one that’s being delivered by this fictional story.

Fiction and reality merge. At some point you are playing the masks game. And you loose control as to which one of them really is you. I’ve come across the idea that the situation is not in place, and that my evolution as human being is ready to turn the page of yet another story. This story unfolds in the way in which I’m now ready to recite.

So here we go.

ALLS

Metaestructuras y metanarrativas

La historia que contar

Nunca tengo claro cómo voy a salir de este laberinto. Mis opciones para andar son múltiples: caminos independientes en el que cada una de las nueve puertas abre un desenlace primordial para lo que viene después. Y detrás de cada puerta hay nueve historias complejas que no se entienden de buenas a primeras. Hay un color distintivo en cada una, y un tono, así como una serie de símbolos, y un mito que refuerza la atemporalidad de esta transición.

Historias anidadas que confluyen libres dentro de aquello que soy, o quizás aquello que pienso ser, o puede que aquello que diga ser. Todas estas personas, y estas historias, se intercambian según el estadio mental de cada instante, según la pertinencia del recuerdo que emana de una memoria persistente, que se repite una y otra vez, y que deja sin lugar al resto de presencias atemporales de mi ser. Pero este espacio se va reconstituyendo mientras el caminar de mi pensamiento avanza hacia el mismo sitio de donde proviene la historia primordial, tocando una tecla definitiva en medio de este lenguaje NEW.

El acto final se condensa en un estado de ánimo que persiste, intacto, en el sentido y objetivo de una palabra de llegada. Estas palabras NEW recuperan la leyenda de que tenemos algunos lugares primordiales a lo que queremos aterrizar, por su santidad en-sí-mismas, por la colusión de voluntades que entienden en esa sintonía un objetivo sensible del ser, por sí mismo, y también del ser en su totalidad, es decir, en comunidad: tico commons.

Hay más comunes que se distinguen como la diversidad de multiversos ejemplares que se enlazan con la subjetividad que subyace al pensamiento propio de cada ser. Y en cambio, la vuelta a una escencia primordial, que cada palabra-destino sostiene, parten de un consenso que viene dictado de un presagio sagrado que viene inscrito en el último testamente familiar necesario para concebir un reconocimiento supremo de la gracia divina sobre la base de todas las multiplicidades que la física cuántica sabría explicar, pero que hasta ahora, la representación sagrada de todas las consciencias colectivas últimas nunca había conseguido abordar en cada una de sus ramas tradicionales.

Es partir de esta reconfiguración del sistema operativo que la metaestructura sagrada de un unguento ecuménico impreciso mana de la sabiduría de un libro negro, sumergido en las aguas mentales de uno punto exacto del mediterráneo que confluye con el pensamiento pertinente de la reconstitución trascendental de un circuito cerrado redundante.

El circuito eterno encuentra aquí el volumen de tránsito necesario para creer y poder experimentar el crecimiento atemporal de nuestro sentido humano, y a la vez, desplegar la consciencia colectiva santificada de lo que cada uno de nosotros, humanos, consideramos como motor de nuestro tránsito, en lo personal, y de nuestra acción colectiva, como unidad suprema de consciencia social. El ser-presente. El continuum de energía que fluye a través nuestro, a través de un ejercicio común de meditación trascendental que confluye en una onda mental de la cuál formamos parte, y a la cuál nos podemos reconectar, a través de nuestra presencia dual en la consciencia individual y colectiva, pronunciando el texto completo del último testamento: ALLS.

Primer día de trabajo de septiembre: eterno retorno

El primer día de septiembre en España reinicia el sistema. Es un acto colectivo de volver a empezar que tiene un gesto climático que le acompaña: el calor tremendo del verano ha comenzado a disipar. Y para ello, la vestimenta y la puesta en escena ya es la de lo que nos queda del año: enfilándonos a las navidades.

Los años pasan rápido. Siempre al mismo ritmo. Un ritmo al cuál como humanidad nos hemos acostumbrado gracias a darle vueltas al sol con la misma cadencia. Es una insistencia que nos denota un equilibrio estable que tiene su historia propia con el resto de cuerpos celestes en el espacio, más puntualmente ligado al equilibrio de los planetas que conforman nuestro ecosistema solar.

Y el sol vuelve a salir. Y nosotros también.

Nos reencontramos en la ciudad y volvemos al trabajo. Las clases vienen después. Las familias se preparan. Igual que las escuelas. Pero eso vendrá después. De momento la transición es más de la playa a la oficina. Y toda la familia se mobiliza. Aquí el encanto.

Hace 22 años volví a reiniciar mi vida en un primer día de trabajo en septiembre en Barcelona. Volví para quedarme. Con dos maletas, de las cuáles, una no llegó. La de la ropa de trabajo. Volví a empezar y me reinventé. Volví a ser el nuevo.

Esta sensación, la de ser el nuevo, así como la de volver a comenzar, no me han abandonado nunca. Me convierto en este ser itinerante. Cada día de nuevo comenzar. Y volver a ser el nuevo. Y de este ciclo volver. Y tener la ilusión de transitarlo. Una y otra vez. Con el sentido de estar aquí. Presente. Volver. Volver. Volver.

ALLS