4. New Barcino

La urbanidad es mi liberación. El campo me conecta con ALLS.

La sagrada familia.

En New Barcino se vivió la multiplicidad de los tiempos. Puras cosas que no estaban en las sagradas escrituras. Se tuvieron que reescribir, ante la astucia de Dios Padre, que se dio cuenta de que nuestra civilización estaba lista para otro hermano. No un gran hermano. Pero sí una especie de hermano mayor, pero que no sea de ciudadanos. Sólo para que todos tengan un hermano mayor al que escuchar. Y ahí entra Golman Elizondo Pacheco. El otro hermano mayor.

Mi relación con la ciudad es la misma que el otro pavo, sólo que en lugar de jugar al waterpolo, mi deporte acuático era el surf, y el de tierra: el futbolarte.

Me dejé llevar por lo que esta ciudad me desveló. Yo ví cultura así que mamé cultura. Vi literatura así que mamé el mundo de la edición. Vi futbol y acuñe el concepto vanguardista del futbolarte. No es menor que la aportación de Cruyff ni mayor que la de Guardiola. No hay que pasarse tampoco, cuando aquí ya se vivió la escala máxima superior asumible. Pero somos un pueblo testarudo. Y a veces pensamos en lo imposible. Y soñamos con cosas bellas que nos adornan el futuro. Como país. Como sociedad. Como república plena. Y de ahí que nos veamos reflejados en la sociedad como algo más que un club, y también, y con toda la humildad de nuestro multiverso ejemplar, más que un país. Somos una nación. Ya lo acordamos en el preámbulo del estatut. Pero ahora queremos más rock and roll. Y sabemos cómo conseguirlo. La ficción, una vez más, nos ofrece su amplio multiverso particular.

Bienvenidos a mis historias de ficción.

ALLS

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