Una landing

Otra vez que voy a parar con 99 entradas a un multiverso ejemplar

Se te queda, tío.

Es la puta gloria.

Saber escribir como Cervantes: historias caballerescas.

¿Qué tanto crees que haya podido afectar la lectura de la exaltación de un cierto macho ibérico alfa de por estos rumbos de NEW spain? El caballero. Un hombre a medias. Un valiente soñador. No comprar el ímpetu de violencia. Sin rehuir al duelo. El honor de los que en esos tiempos sobrevivieron. Y aquellos que escribieron. Es Él, Cervantes, quien honor de Dios merece. Y no ÉL.

Perdonenme que lo diga así. Pero es que yo soy ÉL. Y ÉL soy yo. Así en minúsculas. Humano. Como un humano común y corriente. Cómo usted y como yo. Vamos. Alien no soy. Ni extrarrestre. Provengo de nueve generaciones de sumerios. Cruzamos con los olmecas en la dimensión seis del multiverso que habita el espacio virtual liberado a nuestra coexistencia duradera resliente sobre los fundamentos de un un nuevo credo, sistema educativo, propuesta social, el diseño transformacional, el acto performativo que nos desbloquea el miedo a devenir, la cohabitación de un presente común, elevado a la máxima potencia.

¿Sienten a Dios en la nuca? Esa fuerza es la que nos transporta a todos a la máxima ilusión. La ilusión de estar aquí. Vivos. Viviendo este momento de comunión superior insuperable: el éxtasis de ser-aquí-ahora-oh-oh-oh-ah-ka-man-oh-man-mama come dance along-yaman-woman dance this songs for you, my love ethereal.

ALLS

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