Uno puede tener alternativa

Quizás no sea tarde para volver

Lo estamos intentando.

Estamos en ello.

Esto es un montaje.

Aquí hay una historia.

Y debemos ponerle el efecto deseado.

La voluntad compartida.

Lo que queramos ser-hacer.

Convencer.

Construir constantes.

Prevenir fronteras.

Disolver naciones.

Revestir la composición.

Idear escapes.

Solventar el giro.

Vivir en un estadio distinto.

Con otra ilusión.

Estar al lado de.

Ya no estar aquí.

Ya no volver.

Ya no bonito.

Llano bonito.

San Juan.

Naranjo.

Papá.

Dios Padre.

Jesús.

Un servidor.

Golman.

Futbolartista.

Su próxima elección.

Una convicción surrealista.

La opción segura a una ilusión.

La pertenencia a un grupo NEW.

La manipulación de los mecanismos.

Los tintes del poder.

Las máquinas reconstruidas.

La resiliencia en armonía.

La noción de programación.

La super inteligencia artificial.

El entrenamiento de los algoritmos.

Acotar los temas y las variables.

Realizar los business cases de la intervención.

Encontrar el hilo conductor.

Encontrar el hijo conductor.

Ser esa puesta en escena.

Salir del cascarón.

Hacerse ese espacio así.

Asistir a una función.

Estar presente en armonía.

Darle salida a la función.

Actuar de una boca consagrada.

Dirigir una opera primera en carnaval.

No acabar mal ni consumido.

Volver a la trinchera de la paz.

Evitar el fuego cruzado de una contradicción.

No revolver la tierra de mis regresiones.

No ilusionarme con el espejimos de un resentimiento.

No estoy tan mal como lo pienso.

No pasa nada sólo es tiempo.

Yo estoy solo y aquí no cuento.

Yo estoy sola y aquí no cuento.

Yo tengo nadie que piense en mi.

Nadie iría a mi último día.

Nadie aprecia lo que aporto.

Soy un bicho raro de colección.

Soy una tecla díscola de comunión.

Tengo lavados pies de discipulos.

Soy heredero de la llave y de la espada.

Tengo un relato entero de lo que viene.

De hecho vino y se presentó.

Todos estos días.

Y otros en los que su voz se sintió.

Y en otros en los que debatió.

Y en otros en los que se hizo presente.

Y en otros en los que hicimos lo posible.

Y en otros en lso que estuve ausente.

Hoy no estoy aquí.

Ya no estoy aquí.

No soy quién soy.

Ni quien digo ser.

Fui alguien más que no llegó.

A ningún sitio.

A ningún lugar.

Fue tenás nomás tantito.

No supe dimensionar la escala.

Lo quise Ícaro condenado.

Volé hasta el sol y ni me quemé ira.

Ya volví y vuelvo a ser.

Cómo ves que no morí aquella vez.

El tiempo es testarudo y uno puede quedarse así.

Si no me cuido me voy.

Y nos sentimos solos de repente.

Y volvemos a entender lo que nos ofusca.

Y buscamos consiliar nuestras continuas contradicciones y ralladuras.

Y me repito.

Y me pierdo.

Y desisto.

Me inhibo.

Me voy.

Me encierro.

La cago.

Anulo.

Tiro patrás.

Lo veo todo negro.

No se salva nada.

Ya nadié fue quién fue.

Ya nunca fui.

Ni para qué.

Ni saber otra cosa.

Ni estar presente.

Ni ausente.

Ni enterrado.

Ni feliz.

Ni al límite.

El caos no es sitio para aliarse. Sólo para atender al dinámica de las energías que se revierten sobre sí mismas. A punto del descalabro. Sin más opción que morir. Sucumbir. Al instante mismo. A la falta de ecuanimidad de la ilusión. De vivir así. En ese trayecto. Con esa tenue luz. En ese sentido exacto. Tras saber existir así. En esa ilusión. A partir de esta canción. Que se entrecruza en el discurso. En la forma y en el texto. Sobre todo en el pretexto. De ser algo más que mimos. Que mímica de payasos trasnversales. De instintos animales. De presagios densos de un tiempo alterado de un consciencia primigenia. Todos estamos aquí-ahí presentes. Este es el porvenir del que hablábamos. Junto antes de llegar. El momento antes de decir, con la magnitud sagrada de nuestra fe acumulada en un canto unísono a la transformación de los tiempos conjurados a la ilusión de bienestar en la pariferia correcta del impulso mismo del toque eléctrico del ecléctico tic tac de tu corazón. Todo sea el ritmo de tus latidos. Tu presencia inclusive ante la ausencia. El estar juntos sin más. Por estar bien. Cual tu me necesitas.

Necesito poder demostrartelo.

No soy capaz de callar.

De decir que sí.

De no hacer.

De estar-no-así.

De dar vuelta atrás.

De dejar de ser-así.

Soy un efecto contrario a lo pretendido.

Un conflicto de intereses.

Una clausula de ruptura.

Un contrapeso inverso.

Relación contradictoria.

La gesta opuesta al vehículo de tu elección.

El sentido revuelto.

El Señor perdido.

La ilusión de un ruiseñor.

Las historias deconstruidas.

Como selfies sin reparo.

Como monólogos sin sentido.

Como palabras eclipsadas.

Como hablar por hablar.

Sin motivo ni plan.

Por estar presentes.

Por aprovechar el desazón.

Por eso me puse a escribir.

Para captar el dolor.

Lo que impulsa no poder volver a sentirte bien.

Bien conmigo.

Por esa pura desilusión.

Por el fuerte dolor que mi actitud te inspira.

Una bacteria que se potencia y perturba.

Aldo dentro que culmina.

Un dolor que ataca la percepción de la ilusión.

El trabajo de quién mira los límites y la transgresión.

Kanye en sus horas bajas.

También justo antes de salir.

Through my wires; juro que hay algo.

Da creación para nueve mutaciones.

Ir nueve veces más allá.

Seguir construyendo hasta creer.

Esperar un nuevo turno.

Estar listos para descrifrar el futuro de lo deseable.

Contestar con la herramienta de un gesto envuelto en vanidades.

Opciones repletas de sinsentidos.

Orquideas perplejas de lunares.

Estímulos egoistas que interrumpen tu normalidad.

Descuidos alarmantes de poco tacto.

Defraudes pendientes del mismo atajo a ningún lado.

El acto benéfico de tu condena.

La razón descontextualizada de tu sospecha.

El sabotaje último de un sinvergüenza.

La conclusión absurda de la farsa.

El día después de la reconstrucción.

Palabras amplias de cordura.

Estado pleno de dolor.

Ausencia de cómo afectamos a aquellos presentes.

Ausencias acumuladas.

No estar en forma.

No estar en ser.

No estar-ser así.

No venir al caso.

No ser eso.

No ser por eso.

No estar capaz.

No buscar excusas.

Si me quieres crucificar estoy aquí.

La cruz la llevo yo.

Es la mía.

Está todo listo.

No hay ni que preguntar por Barrabás.

El pueblo le eligiría.

Claro que soy el que debe ser crucificado.

También ahí nos pondremos de acuerdo.

Soy así por voluntad.

Pero no es voluntad de excusión.

Es más bien una composición que contrasta con la contradicción del valor inverso de nuestra percepción en las antípodas. La demostración de que perfectamente puedes ser el némesis de tu ser más adorado. De hecho serás tú la persona con más probabilidades tendrá de amargarme la vida. Y yo a sí. Ahí nuestra co-respondencia. La coalición que nos junta en el destino está marcada por una convicción de querer estar juntos. Y bien. Con nuestra cosas. Con nuestras condiciónes de personas especiales. Al borde de los límites. Con nuestras cosas. Que han sido. Sin ser buenas o malas. Han sido. Son. Eso lo he entendido en Menorca. Tras un retiro de pensamiento multiversado. La experiencia máxima del ser. La noción de haber contruido. La constitución de un día perdido. La noción de habernos ido. El abismo este que nos inventamos para tenerlo aquí, cerquita, para interponer entre nosotros. Yo con mi manera de hacer nada. De mostrar una especial consideración para los esfuerzos que hacemos por llegar construidos a la conjura de ser quien debemos ser. Para que los días trancurran llenos de apariencia. En el marco último de la salida social que nos aboca a ser más allá de nuestra pretención de aparentar. El ser social obligatorio. La responsabilidad de tener los derechos que nos reconfiguran en un estado global superior al que ahora mismo interpretamos con nuestras repectivas identidades nacionales. Algo más global que los mercados unidos. Algo más suculento que las naciones unidas. Algo más contructivo que los objetivos del 2030 sin un plan y unos proyectos acordes con las estrategias de lo que nos toca desplegar.

La escala de lo escalable.

La noción de retrado.

Lo inapropiado de un discurso tan errante.

El tiempo moderno desde un lapso congelado de innacción.

El relato falible de un poeta.

La sinceridad desbordada de un cantautor extranjero.

El decir de un autor reconocido y publicado.

El acto de apadrinar a un escritor al que nadie dice conocer.

Lo dificil de circunscribir esta escritura en algo que los lectores quieran.

La contradicción de no ser y no ser visto.

Como si no-ser no fuera también una elección dentro del estado de la naturaleza de Hamlet.

Y de todas y todos.

Si se es principe.

O princesa.

Que no es el caso de muchos.

Y muchas.

Y diosas.

Y dioses.

Y uno.

Fuga.

ALLS