No hay tributo más digno que este. No es porque sea yo el que lo ejecute. Justo con lo contrario del individualismo. El ego superior agrandado. Te vienes arriba y de pronto estás en medio de un berenjenal surrealista que nadie había concebido hasta entonces. Y estando en lo alto, con el público entregado, el extasis de la toma de noche, se funde con los mejores extraños: los insolentes ejemplares.
No confundir con el insolente no ejemplar. El insolente cretino. Eso no tiene mérito ni gracia. El necio nunca se ha venerado. Excepto en estas nueve ocasiones.
- La necesad de Percio.
- La necesad de Rabasa.
- La necesad de Fran.
- La necesad de Carlos.
- La necesad de Margara.
- La necesad de Fellito.
- La necesad de Santos.
- La necesad de Frías.
- La necesad de Golman.
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