Mi arte es inventado. No tengo una escuela que me avale. Tengo un discurso que se expande y nunca vuelve. Se va. Nunca más aterriza.
Pero existe una voluntad de creación. La idea es ir a sitio nuevos. Abrir dimensiones que no se han explorado. Tener la capacidad de avanzar por caminos vírgenes. Y de ahí, quizás al transformación colectiva. De entrada, la transformación personal. Yo mismo he cambiado radicalmente a partir de esta búsqueda. Pero todavía no encuentro la luz. Estoy en el túnel. Y de aquí pretendo salir.
Ahora. Ahorita. Al rato. El tiempo es manipulable. El mexicano sabe eso. Quizás por una herencia que viene de la cultura mestiza a la que le importa muy poco si viene de aquí o de allá. Está ahí. La constatación mexicana es su existencia. Su mezcla estamental. Su persistencia a pesar de la violencia. Que ya era nuestra. El origen de la multiculturalidad alrevés. Empezando por el otro. Los que vienen de fuera.