Día 3: What do I tell’em?

Something.

 

I have to make something up to save my ass. The last call. The moment of truth. The idea man at the line. What’s on the script? What happens in the scene? Where does that scene lead us? What’s really under the skin of the story? What am I fucking saying? Whe am I kiding? The fight. The scene is empty. Both faces fall in the ground as they start to fight on the floor. Totally different ballgame, says the narrator of the story. I kid from mix background from some inmigrant place. Why wouldn’t dreamers come flying to meet theirselves against the all mighty american dream? I am a dreamer, too. I’ve been tourchured by my incompetence as a writer. I can write a complete story. The end never arrives. I just keep within the part of the narrative that developes in the middle, towards that expected boom and the end of our patients within a closed dark room with seats for people fo gather infront of a film for the first time. They decide to play the game of going to the movies. The way we expectators have a relationship with friends all the way back to the firt time you went with your cousins to watch that one movie that marked your life and your generation of biggest concept family.

 

Family plus.

That’s the name of the dream. The coorporation legal a.k.a..

 

Is it really to periods at the end of that sentence?

 

Who’s the motherfacking autorithy on the mother fucking English language, mate?

 

This last parragraph was a short film that got commented on the entire Commonwealth.

 

The queen too laughed.

 

That’s a fakenews.

 

I don’t want to be rude to the highest ranked novelty in the lands of castles and roman walls and a jewish old neighborghood where jewinsh don’t like no more but for a long time was the home of the ancient brothers and sisters that came to land and play the game of being part of the community, with your own rules, your own creed. And there were at least nine religions then with churches so eloquent the sermons grew viral at this one point. Mosks were built. In fact I can raise consens that a mosk must be nicely built on the land that we can all come up with, knowing how understanding of the other is this new rising city: New Barcino, from under the ashes of the greatest ancient Barcelona. Yes, Britney, we did it again.

 

This is a line in the script that puts Britney in a really european filmaking way in which women are entitled to be the revolution taking place and you affirmatively assuming love contingency with a fellow dreamer. And the dream makes us fancier. As we both fly off to naked spirit of our hearts and bodies melting with minds in command of a dance that flows back and forth.

 

Boy, you writers.

 

The payer.

 

The producer.

 

The rich mother fucker who pays for the film to be made. My crew. My text. My script. It’s all there. It’s really just reading back each piece as a movie to be made that day with the resources taking command of the performative narrative of a real time duality game just being out there transmitting live. Live tv. It’s like back to the MTV days when real life jumped in the TV. They weren’t real for nobody but them. The americans. And the people out of the borders who were listening

 

This man creates worlds.

 

Kiss this man’s feet.

 

Like Jesus did. The whole nature of why the Brothers chose that character by his pool to pull dicks head of your real angel ass. Un ángel mexicano. Hable con Los Ángeles.

 

¿Cómo un mexicano va irle a otro equipo que no sean Los Dodgers? No hay cultura si no se rige un principio de coherencia nacional. Excepto por los mexicanos que le iban a los brewers the Milwakey, por Teddy. O los que por pedos se inventaron una historia más para afiliarse a la cerveza.

 

La cerveza es lo primero para un mexicano que se inicia en esto del alcohol. Todos tenemos una historia. Nuestro pasado nos condiciona. Nuestras histórias etílicas es lo primero que podemos compartir con los más grandes. Los que saben las historias de verdad. Las anécdotas que nos van a transformar. Las historias de ficción. La salida de una escena de un edificio por pasillos largos de edificios antiguos. Pasillos. Edificios. Yo soy ese man que vive la arquitectura desde la impostura. Pero como A Wewei, ay güey. Yo escribo güey bien, no como esos pendejos.

 

En México no nos andamos con mamadas.

 

Hice una serie en Netflix que tenía ese nombre: «En México no nos andamos con mamadas».

 

Los títulos largos como concepto trivial al que nadie presta atención. En cambio se ensalzan como si la vida misma dependiera de ese desenlace en ese cuento que no tiene objetivo más allá de distraer la atención los primeros tres capítulos, y empezar entonces la historia, como si hubiera aprendido Hitchock en la primaria, junto a mis padres. Lo que yo aprendí viendo cine se lo debo a mi mejor amigo: Rod. Su nombre en realidad era Rodrigo. Siempre se utilizó, hasta que su apellido, Santos, se convirtió en su marca personal. Su mote. Santos, sin El. Sin Él. Él habitó el cuerpo y espíritu de Santos, a veces por la vía de Jesús, mientras que en otras se encontraba con el espíritu santo en las pachecas más sublimes en el experimento social que devuelve la gracia a la transgresión de los límites y no en la consecución de leyes. El juego de los abogados y los economistas ya aburrió cabrón. Y la farse de nuestras democracias nos retratan al espejo. Pero no somos pendejos. Ni tampoco unos peleles. Pero se presentaron las opciones que se presentaron. Y votamos. Aquí podemos mirarnos a la cara y saber a quién vas a votar y sabemos los barrios de nuestra ideología colecitva social y política. Participamos con lazos morados a una afirmación colectiva feminista. Y aprovechamos que el morado y podemos y sumamos. Me lanzo en la próxima. A mi ciudad. El territorio de una revolución que toma las instituciones ahí donde puede. Aún siendo un extranjero en los márgenes de los bajos mundos. El superviviente de Titanic. El que supo que había que seguir a los insolentes latinoaméricanos para ver qué era lo que había que estar haciéndose en la ciudad capital de nuestra esperanza a ser escritores. La historia de arribismo más sutil. El escritor que tiene algo que decir porque descubre el camino de desvelar el subconsciente en obras que tengan sensibilidad para relatar un instante de sublimes dimensiones.

 

Barton Fink contra los marines. Soy un creador. Este es mi uniforme, mientras se apunta a la sien con su índice. En el festejo del día en ue finalmente acabé de escribir un guión por el que me van a pagar en Hollywood como guionista. Esa es mi única historia de Steinbeck que podría reconstruir. Apodérense de los insolente más completos de la historia de escritores, artistas, directores americanos. Hechos en América. El continente.

 

A los gringos hay que saber torearlos. Como a un miura.

 

Mi sabiduria taurina me convirtió en artista también del otro lado del frente. España me ha dado la dualidad inicial que luego me provocó multiversalizarme sin remedio.

 

Charlie  enters Barton’s room. Jesus, don’t look at me like that. They said I am a mad man. Tears me up what they are going through. I understand them. I try to help them out. From the right. The sense of a facist killer. Someone do this for me. Your are talking with the devil. Charlie, devil, why me? Cause you don’t listen. Jesus. I’m dripping again. Common. You think you know pain? You are just a tourist. Take a look around, Golman. Come into my door and complaint about how I affected you from the noise that came from my private space, my american new dream, my home, my movie, my Hollywood tribute. Charlie the devil. He’s shown you his moves. You are dead. Fire around you. The devil goes home. Next door. My neighborg. Just through hell out. Let get the hell out. Hell out. Let’s.

 

Hitler would come back like Jesús in his omniprescent memory con conquest from the violent white supremacy loop.

 

The producer is an army coronel.

 

I deal with that kind of men.

 

I am not afraid of any of them.

 

I could have served on one of those squads in every war fought in the last 999 years. I won’t be responsable to understand further back. Not my choice. Not my points.

 

I’m still in the contract. A guy has power to decide wether or not I sould leave. Or finally move to LA.

 

That’s a road movie. Forget Las Vegas.

 

A East coast film.

 

It’s a beautiful day. She sits at the beach with me and we hit it off. Somehow I mess up. Are you in pictures? Don’t be silly. Then the final Joel an Ethan image of the picture on the wall. The scene comes true. What we dream could happen to us, there. And we aknowledge we have somehow made it. We went through.

 

And hide it. Until you film it. And come out as the next Brothers. Santos & Golman.

 

Santos & Golman.

 

Ahí hay una miniserie. Existen polos de pensamiento en la capital de México: NEWDF.

 

Lo único que puedo alterar de verdad en la magnitud de quien rinde un tributo a su urbanidad, como aquél que se monta en el metrobus para cruzar Insurgentes como un paseante en el paseo de los muertos de Teotihuacán, pasando por el sol, camino hacia la luna. El sol es el machismo que no podemos evitar. La luna es nuestro sentido de posición metafórica en el multiverso elegido para ser mujer.

 

Un género de ciencia ficción te pone entre extraterrestre y fatalidades humanas. Pero nos entendemos como humanidad por primera vez. Porque ahora es real. Pero antes, cuando sólo fue ciencia ficción, no supimos evadirnos. No lo dimos todo en el cine. Dejamos escapar la posibilidad de la empatía con el resto de las especies, hasta las que ya no existen, como el recuerdo de nuestro seres queridos. Ahí va de nuez.

 

Nuestras historias son la biografía de lo que quisimos tranformar en nuestro tiempo presentes. Cuando sublimes nos sumergimos en nuestra aflicción vital que reflejamos en nuestra obra que a su vez dotó a la humanidad de un espejo para según qué perspectivas conservadoras y progresistas que ambos polos de la sagrada dualidad permitimos asumir en un juego en el que todos reciban un cupón para acceder al estado sublime superior: ALLS.

 

 

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