El día de la Mercè: que las cosas no tengan final.

Mis títulos comenzaron a mejorar a partir de un día determinado; este.

Mi literatura puede tomar la forma de frases cortas completas finales.

Y la yuxtaposición de enunciados transformados en párrafos.

Lo que antes requería 99 palabras ahora matizas con 9.

Estoy hablando de una mejora eficiéntica; de hecho ticatalanamente.

Es gratuito que yo incluya el catalán: es un tributo.

Ustedes no me deben nada.

Imagínese hablarle a colectivos.

Usted, su voz, en alto, y claro, en un directo que nos transforma en el escenario de las fiestas de tu ciudad. Coño, esta es mi ciudad: hoy rapié aquí. En su mero centro: la Plaça Ticataluña.

Ese es su nuevo nombre: Ticataluña.

No es un error.

Es algo nuevo.

Les voy a hablar de frente; ya me cansé.

Yo soy aquél.

Y tal Pascual.

Y Golman en día de su gol en la final del mundial el día en el que el futbolarte se liberó.

La final.

Ganar.

Anotar.

Pelear.

Competir.

Ganar por lo que somos como colectivo que cree en sí mismo. Esos nueve. Mis nueve. ¿Quién sube a la pinche primera nave?

Órale, putos.

Llénguele.

Y los maes le llegan.

Esa conexión entre el trópico de nuestro retomado continente por una especie de colectivo de nueva creación que se levanta de sus cimientos, justo al nacer, como si la temática de esta «serie» de televisión fuera a cambiar el mundo de ahora en adelante. Y esta hecho. Delivered. We are already in it.

Because we assume the state. The new state. It’s all about change.  Respecting tradition. We the people who first inhabited this land, man, I’m sured you haven’t been through this row to understanding this social complexity that puts you on a spot in which you need to deliver the next move: it’s a game.

We are all in it.

Darn, Shakespeare would have known.

He would play too. Like romancing a queen after the second gin.

Let’s sip that for nine seconds; tongue.

I’ll treat you like these: equally.

The nine genders.

  1. Wo
  2. Man
  3. Man is man, and woman is wo. Oh, really. And the female crowd goes wild. Don’t you see it? It’s like playing pictionary. There is them and us. We maybe just met, but we are on a team. Weonawin.
  4. Weonawin es la cuarta palabra de la última lengua emergida del pasado común, y estas nueve lenguas vehiculares en este nuevo modelo de ESCUELA DIGNA PLENA INSOLENTE ACTIVA obvio por proyectos, y sin papel, sólo teatro del bueno, impartido por Jose.
  5. Le dí un karatazo a un mosquito y me lo apié.
  6. Uno es ticatalán por la vía tropical. La capital del Tico Commons: la dualidad de New Barcino.
  7. Todo lo que aspiramos ser está reflejado en las lecturas, ya sea de tus comics o de libros «serios». Los que llegaras a sumar a tu búsqueda.
  8. Entrarle a leer es como saber meter goles.
  9. Es ponerse. Y ponerle, papá. Y mae, vieras, uno lo narraba así en un tonillo estúpidamente tica, la vara, obvio, o usted es un subnormal hijueputa que me va leer esta vara alrevés: némesis. El reflejo del deseo opuesto al mío. Sin música de western cada uno jacheándonos de la manera en la que tu identificas a tus némesis. The clash. We are not welcome to be face to face since I told you what I (The letter I is to be capitalize when referred to as a pronoun, and you know it: Julio says it; in Ticatalán.


THE END

They (one I invented in my head, and know for sure exists) say I suck at endings. It’s my literary handicap. It’s a mistake most none natives comit. Native language. The capacity to communicate with this one new collective language in this one self established new tongue: ticatalán. With an accent and never in capital letters.

Give value to the contrary of our logic.

Let us all be taken there.

The rules have already been established.

You can read the entire manual.

It’s 999 pages.

Each mothership has a manual.

Feedbacklooper 9.

It’s making Top Gun look Top Gun.

A new spacetrooper.

A public loco at the edge of public space.

The space debat.

The space club.

#spacypeople

That’s the name of the movement. People from different hoods. Sharing public space.

It’s all about space. It’s about public space.

I was on stage and rapped according to the rules. I had to rap good. I don’t know if you know what it is to keep a beat and remember your own words that now wound so confused. As I am usually there. And find I seek to undergo my struggle, which is all of us, together. I let Ronald take over the show, as it was his to deliver, and we listened. I didn’t take a stand of anything. I didn’t use my mic, as it was right there in front of me. Because I didn’t want to deliver. As I had other things to do. Like respecting my brothers and sisters back here who have given a show that flows they way it did, as good as we get. We are struggling to survive. We are all betting for a different way of life. And we have been trained by the clever minds of a group of people that have come together standing. Qué tome la palabra. Y yo no la tomé. Tout ça place. The stories I could tell you. But I don’t deliver anything else. I decide to stay quite. Uspoken words.

Then you come home and have a spliff. And I think of myself dominating the audience with a show I deliver right there and then. Which is what I do. But I didn’t come out and speak. To the audience. Who were there. Listening. Enough. I give you my salut. This is a Shakespeare play. As these here are all superheroes. They belong to your higher conscience. And the unleash of something else. And still. I’m just feeding you crumbs.

And I keep you reading.

I have you as a reader.

YoU REaD Me.

That line against You had me at hello.

I mean it’s Tom.

We all know Tom.

I can take LA with a insolent crew of Pancho Villa dreamers.

Se van a cagar en la hostia reposada sobre la lengua sagrada de su sueño americano y por lo superficial y profundo de la herida exhibida por un grupo de americanos que les ocasiono repulsión. Como un tipo que no deberíamos dejar cruzar nuestras fronteras.

Just for having a critical american voice and speak it over the public space time I have availability to.

So you know. My plan has been layed out. We are cruising a moment in which transgresion is violation of the rule that breaks the conscience of the entire collective to bring on the show. Why did I not say what I had to say in public and bring down the house.

Well, because it wasn’t my show out there. But I was let to speak on a stage. I didn’t deliver a speach. Nor a solo show. They weren’t expecting my commedy act. I would have had to go back and play the role I had already scripted with the rest of the crew. I should have demanded a space to play. I had there and I didn’t take it. But air and voice was taken. The Ronald Flow Show. TRFS.

Claro que sí, papá. Respect. We were introduced into the world of rap. We are rappers. Here on our home town.

We belong to a cult of urban outskerts beings.

No feminity debate yet.

Maybe there’s no need. Utopia.

You think it’s not possible?


Mae, qué pesados esos huevones.

Porque son hombre hijueputas.

Hijos de la gran puta, me refiero.

Uno debe saber reconocerlos. Los suyos. Los propios. Los chanchuyos y todo lo que contribuimos nostros desde nuestra historia de emigrantes de otras tierras.

Saberse de otro lado para tener que irse.

Y uno se va.

Y me habría encantado estar ahí en el escenario y sacaer un pequeño gag de free style de tan sólo 99 minutos. Y lo intercalo entre tres momentos del día. Todo lo que ya no filmé después. No los saqué. Quise estar ahí. Como quien está exhausto de haber rapeado en Plaça Cataluña y tomárselo como si fuera culaquier cosa. Es como un examen de cinta negra de karate do y de Tae Kwon do, el mismo día.

Yo un día lo hice en Copilco el alto.

Yo vivé en muchos sitios de la Ciudad de México, pero toda ella es mía.

Si yo le voy a poner sasón va ser con una rola que me toque un ritmo latino que me permita desarrollar un flow con el que quiero hipnotizar a esta gente. Yo soy un tipo de tres niveles. En el primero puedo seguir las reglas y obtener muy buenos resultados, como pasar el examen de karate.

La disciplina y la atención al maestro. La técnica y la práctica. La contextualización filosófica de un sistema de vida que se transforma ya. Hoy. Aquí. Esa es la reflexión colectiva en público que quisiera compartir con ustedes el día de hoy. Y lo sueltas ahí. Pero vas y no lo dices. Porque esconde el personaje en un posible fracaso que nunca lo dirá. O lo diría. Nunca se sabrá.

Como literatura puede tener gracia, pero esto no vende. El lector, y sobre la lectora, están en otros sitios. No nos interesa tu manuscrito. Pasa al coworking de al lado. Editora 2. Y así hasta nueve. Las esperanzas rotas tras ocho fracasos, con la consciencia posibilista de que la vida estadísticamente sólo puede ser una mierda a lo más la mitad del tiempo. Más, ¿por qué lo íbamos a permitir? En realidad postular una relación laboral con una parte de la sociedad a la que hasta ahora había tenido relación autor-editor, pero en cambio, como otros anteriormente, habían sacado la cabeza en nombre de algún grupo de insolentes sin sueldo atormentando las noches con sus singulares pastorets de un rap rotundo que parte la pana de una manera suerrealista y poblada de un sentimiento popular de dicción, voz y enterpretación en el espacio público. Era mi primer show. No me sentía lo fuerte que esperaba sentirme el día d. ¿Por qué no se vino el cielo abajo?

Porque no salí a hablar. Porque el momento ameritaba un performance particular en el que palabra introducía el discurso público. En esta ciudad yo aprendí a relacionarme con el espacio público y a entender las vidas de quien se sube a un escenario y entiende la locura de la peña que ha asistido al concierto. Pero en vez de eso un público ensillado te observa de la misma manera en la que te ponías en la fila para cantar las canciones de música de la primaria. Tengo la imagen en mi cabeza. Y duplicada, encima de esta, la de mi hija en preescolar con las otras dos escuelas con las que conforman una triada de camino a formar parte de una generación de chiquillos libres y soberandos de un sistema público de vida matizado y potenciado por la acción social de los actores que damos fe de que el asunto en el que estamos metidos es político y social. Debí haber tomado el micrófono y dado dos vueltas. Los raperos caminan con la opinión en su mano. Y un ritmo que puede que se eleven en la intención de qu ela peña se lvente de su asiento y se vuelva loca, como si Campbell se apareciera, lo viera, pone un pase de un compa de Limón: y mae yo la meto. Yo lo juro. Yo lo prometo.

Tomo el micrófono y dos tres pasos al frente enfadado. Mi nivel de máxima intensidad me ha llevado a la claridad mental más importante para comparitr con el procomún, ahí afuera, como si de un meeting se tratara. Ahí les voy a exponer una idea. Transformemos la sociedad. Pero hoy. Ya. Tomemos el poder. La palabra es un buen primer ejercicio. Y es un vicio. Ahora quiero tener el escenario. Y el control del show. Quiero hacerlo de una vez. Quiero ser el artista político que no estuvo hoy ahí.

El maldito resultado del sistema educativo costarricense, mexicano (privado, ob-vio), americano karachiano, y capitalista matemático. Todo esa sapiensa no me sirvió. Será únicamente la insolencia las que nos podrá llevar a ese sitio. Pero ni los raperos lo hacen: son profesionales.

No podés subir pachecho a un escenario. A no ser que ese sea el show. Y me dejé las gafas. No se a dónde. Mi personaje debía llegar las gafas. Y ese día me las quité. Y me subí al escenario como el niño indepenso que ase asumen en el show como un personaje de control moderado per tamaño multiversal. ¿Por qué nos los llevé a un caminito por mi mente? No tocaba, papá.

Tranquilo. Buenafuente está en camino. Cantaremos en directo. Necesitamos que el show funcione. Pero estar ahí como artistas que son respetados por su rap. Respeta el rap. Deja el flow para el profesional. Y da un paso atrás cuando otro debe manejar el flow. Fíjate cómo lo trata. Vos sos aquí un invitado. Vamos a tomar el escenario y decir lo que haya que decir. Yo soy la fuente. Y lo di todo. Y todos performeamos lo mejor que pudimos. Y transmitimos nuestro mensaje con el rap. La canción se debe volver el momiento. No el discurso de después. ¿por qué no lo tomé? Yo puedo hablar en público. Puedo decir una palabras. Es mi fuerte. Soy un showman. Vamos a darle flow. Mae estás presentando los Oscars no rodando un film de Fellini.

Una mexicana grita a los 55 minutos de empezar el día, bien d’hora bien d’hora bien d’hora, que a su amiga que ahora estaba mejor le había dejado su exmarido pero que además le había puesto los cuernos y que… algún otro improperio soltó la amiga pelangocha justiciera de la pobre chica que se cruzó con un pavo subnormal.

Te posicionas al lado de ellas siempre.

#stopgilipollas

La nueva campaña social del colectivo.

I grew confident in the stage. So I performed as if I tried to bring the house down. As high as we can get. So I get out there and bring my sisters and brothers up with me into a stake to the top. The social conscience. But I didn’t say I would do it. I was maybe a little stoned. But then are there, it worked. Energy wise. I was not low, but not overconfident and imprecise. But to improvise is another thing. My free ride requires some mind alteration approach. And I have my favorite path, but nowadays I’m ready to perform in all directions, to the very end of possible balance of actual satisfaction: ALLS. We are all high. We all got there. Like a group of runners after the city marathon. Once again. As if running was holy.

So I can run. But I rather run like a futbolartist.

GOLman

Imaginemos por un momento que nosotros queremos ser parte del cambio. Que somos los agentes promotores. Vamos a realizar el cambio nosotros. Pero una parte de sí le dice: espere. No vaya. Dejé que otros saquen el show. Usted cumpla. Yo podría haber cerrado ese cuadro. Y no lo hice.

Estoy cabreado máximo con el sistema. Y lo verbalizo de una manera muy efusiva ante todas las contradicciones de nuestra coexistencia en el espacio público. Recordemos, dije, en el tono más simpático que pude levantar, un discurso ante una situación en la que todos estamos aquí hablando de nuestro porvenir. Yo pasé un día a hablar en una de las asambleas en Plaça Cataluña después de que liberamos la plaça Cataluña. No se si os acordais. Quizás vosotros no, pero yo estuve ahí. Y ahí en la esquina, justo desde la esquina del Corte Inglés y Paseo de Gràcia, un helicóptero de los mossos se enfiló sobre el pueblo que estaba ahí en pie de guerra indignados por lo que el poder tradicional conservador y/o bipartidista de nuestra corta pero intensa historia de las naciones. Nos pasamos el tiempo que haga falta esplicándolas todas. Las las versiones. Y al final de cuentas, tendríamos las historias de familias. Generaciones. Hacia atrás. Y en particular la propia. Asumirse como actor.

Vamos a romper el orden.

Nuestra voz es nuestro talento. La palabra nuestra herramienta.

No va de poder. Ya estamos.

Sí se pudo. Nunca más grite sí se pude. Anímense más afirmativamente. Estudien a los insolentes en su clase de la multirevolución. La postcinematografía. Pero esta vez no estaba en ese plano. Porque a veces hay que dar un paso atrás. No. Hombre no. No este día. No quiero liarla.

Imploro. Ruego. Rezo.

Creo en Dios.

No creo en Dios.

Creo que otros dioses.

Creo en comida.

Creo en amistad.

Creo en familia.

Creo en sistemas complejos autoorganizados adaptativos itinerantes.

Creo en rap.

Creo en futbolarte.

No creo nada.


Nueve creencias centrales de un pensamiento posibilista «multiversal». Tener más opciones está chido.

Una costilla se me partió y se me salió del vientre, por debajo, y me habló con absoluta solmenidad y distinción: amarás la arquitectura, los diseños funcionales, la epidemiología, la demografía, la salud, la industria, la ciencia, la investigación, las artes, la actuaría, las matemáticas y el futbolarte.

12. No 9.

A veces cambia las relgas. Vuelve a reglas antiguas. Sin aviso. Y vuelve a jugar como en aquél entonces. Como si fuéramos el comunismo de nuevo. Sólo pro probar. Autoorganizarnos en una colmenas de humanos sensibles y en mismo hilo conductor multiversal.

Un lunes 24 de septiembre debutó un rapero ticatalán en las fiestas de la Mercé en el escenario que normalmente ocupa el turibús. Hoy no circula. No igual. Es un día de los ciudadanos. De una manera poco asimilable para un Manel Valls, por más que se acuerde de pequeñito. Pero en cambio, es verdad que tener a un exprimer ministro francés de la supuesta izquierda francesa y bienvivir Parisíno, se puede asumir que dicho personaje puede añadir mucho valor a un debate político que me ponen en primero lugar, con un micrófono para hablar prente a mi ciudad, ante ella, en comunidad. Lo que ahí se vivió nos cambió a todos para siempre. A partir de ahí se consturyeron varias narrativas colectivas. Podríamos decir que una de ellas ya existía, a nivel comunidad, las CUP, pero también los comunes y los republicanos independentistas hablaron de lo común. Lo que había que resolver. Las clases de regeneración que pasaban por escuchar. Mientras todos nos caímos por los suelos. Y luego la policía se presentó un día y soltó a los perros y estos los garrotes y golpe a polpe a contral al pueblo. Y pueblo estuvo ahí. En respuesta a los que trabajan para nosotros, y velan por nuestra seguridad, y obtienen el monopolio del uso de las armas/violencia, como vela nuestro sistema democrático libre postmoderdinado y resuelto, completo, tras sus ires y venires, finalmente en un mismo ride. La unidad de todos. Y todos ahí, en la unidad perfecta. Existe gracias a nuestra gracia por conseguirla y ficcionarla hasta garantizarla por todos nuestros tiempos multiversados en esos espacios alojados por cada uno mismo. Mismamente.

Hay chistes que los españoles no entienden.

Reglas básicas de un nuevo pacto votado en referendum oficial.

Votar aquí no es fácil. Voy a montármelo por mi cuenta. Yo ya no llegué a tiempo. Me pasé un día. Ese día ya hice otras cosas. Otras imágenes. Otros audios. Otros trotes. Y aquí, se escribe, se escribe y se escribe. Y se desarrolla una línea argumental que a veces pega, y a veces no. Lo bonito es lo aleatorio. Y saber si un día rompes la bolsa. Y despegas.

Somos raperos, lo entiendes.

Por respeto al rap no dije nada.

No tocaba. Y sí, fue una oportunidad perdida. Una más. Este era el camino adecuado. Pero lo dejé pasar. Porque los nueve días no están listos. Porque la historia no se cuenta como cada uno quiere, sino como acaba pasando cuando uno da su mejor versión en el juego de interpretarse a sí mismo arriba del escanario.

Habría podido coger el micrófono y decir:»Hay una historía que me encantaría compartir con vosotros, que se la contó el abuelito de un jovencísimo humanot de la Barcelona moderna y guapa de la zona alta, de aquí, y de pueblo, de abuelos ya bien acomodados, y padres gestores de la empresa familiar, exitosos ellos también, con margen para que su hijo más espabilado en el mundo real, allá en donde los listos se juntan y hacen negocios en las altas esferas dedel dinero y el poder. Y cómo lo haces cuenta. Cómo podeés contar historias inusuales que se salen de la norma qu todos vivimos en horarios de trabajo de ocho horas, como si el regular las horas que se le puede agotar a una persona en la línea de producción. Patrón, trabajador. Gestionar. Hacer. Cómo hacer. Documentos de ayuda. Mecanismos de gestión. Mecanismos de validación. Patrones de reiteración. Sueños radicales. Historias ejemplares. Principios universales. Principios multiversales.

Time overflow.

You let go.

You loose sight.

No vine aquí a dar un show. Tan sólo quise grabarme a mí normal. Sin cámara. La ausencia de cámara es la gracia de ese primer gag. No ir pacheco fue la gran clave para el éxito de la coordinación y el performance. Pero el flow pesado se quedó en casa, soñando que luego lo escribiría, de regreso, satisfecho por el examen de la cinta negra, y en pleno uso de mis facultades de libertad, me doy al juego, y ausmo el rol: Armando Gallo Pacheco. El futbolarte completo. GOLman Elizondo Pacheco. Primillos de madre. Cordero.

Golfito.

Golf.

¿Cómo no iba yo a no jugar golf? Teniendo yo todas aquellas épicas historias de golf, Golfito, y el sur? La marginación de las zonas más deprimidas de mi país. Mi incapacidad como población para ayudar a solucionarlas. La capacidad del gobierno. La capacidad de ayuda del pueblo libre. Siendo parte del asunto. Y yo asumo es responsabilidad. Da igual de dónde soy. Da igual que lleve aquí una vida de pequeño adulto. Da igual que no cuente. No voy a ser víctima. Pero tampoco esclavo. Y libre, siempre. Mi cultura es urbana. Y la dejamos ahí en el escenario. Con lo que implica saberse el centro de un posible fallo. La seguridad todavía no está en su sitio. En cmabio todo está en camino. Mi historia acaba ahí. Siendo protagonista de la Mercé. Como nunca antes. Como debajo del gegant de la Ciutat. Soc la reencarnació d’en Rubianes. Que parla en veu meva, de la seva capacitat d’habitar al cos d’un altre, que ve aquí, i bé. Ser-hi. Tot plegat. Com haver connectact. Per s’havia practicat. Pero el flow. On para? No va sortir.

Mi rapero consume. Pero este día era de otra cosa. Y mi estado era consciente. Lo asumí como un buen padre que quiere hacerlo bien frente a su hija y sus amigas. Y aún así habita un escenario. Y dice, podemos hacer algo más. Y el mensaje está ahí. En la letra. Y lo que esta gente hace. Lo que quieren hacer con su acción por cambiar el mundo. Desde nuestro lugar. Con nuestra elección. Con nuestras lecturas. Con nuestra atención. Con nuestra acción. Con nuestro ejemplo. Con nuestro consumo. Nuestra economía circular. Nuestro concepto completo. Nuestra parte en es juego. Nuestro juego particular. Nuestro egoismo revelador. Nuestra falasia permitida. Puertas falsas con salidas. Arcos de las nueve victorias capitales de camino a la desintegración del principio de individuación en la fusión de nuestro ser con la dualidad.

Eso lo aprendí leyendo con unos amigos y un profesor que nos introdujo a Nietzsche en un orden que empezaba por su primer libro: el nacimiento de la tragedia. Uno así se adentra a la música más elevada a la que tiene acceso y la desgloza como una experiencia dionsiaca o apolinea, mientras descubrimos a Wagner y simplemente conocemos bastantes sobre los griegos, los dioses de la antigüedad, y el pacto de los insolentes con los poderosos para dejarles expresar a sus anchas los caminos surrealistas de las bifurcaciones de distopias y utopías, carreteras planificadas en la optimización de los resultados más guajiros de nuestra raza en movimiento circular. La raza toda. La humanidad intacta. Y los que faltan.

FIN


Uno asume sus espacios.  Yo hoy di nueve pasos adelante. Y uno atrás. Pero el colectivo salió reforzado. Pero pudimos dar un punto de épica en el mensaje. Y de ahí que me quede con ganas de rellenar los vacios que quedaron en sus penso. Y esas palabras reinventadas. Esos registros replicados. Esos grupos dedecapitados.

Mazinger Z te da la posibilidad de entender de condes y decapitados. Y de Harriers.

Las tetas para los japoneses. Las excentricidades de los japoneses.

De pronto un discurso que no guste a nadie. O al revés. Que plazca a la gran mayoría, casi saciada, al 99%.

Un 1% no se afilia.

Pero el 99% lo tenemos.

¿Qué esperamos?

Esa es la salida.

Ésta.


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