Soy hombre

Algún día fui macho.

Lo siento.

No era consciente.

La educación me vino dada por diferentes vías.

Hoy día todos estamos en examen.

¿Cuál es la medida de nuestra educación?

¿Cuál es el valor de nuestra vida?

¿Qué hemos acumulado en el debe y el haber?

La contabilidad tiene su mayor aportación en la hoja de té.

El te y la te se unen en una confusión buscada y requerida.

Imaginen ustedes lo que uno vio aquí en estas tierras que regaron Monge, Díaz, Pratta, Katchick, Khaleel, Elizondo, Gallo, Bolaño y García Márquez.

Nótese la debilidad de aquél que tiene un apellido conrrientucho que debe de alguna manera upgreidiar con un segundo apellido, el suyo, de verdad, no le miento.

Un escritor lationaméricano que viene a Barcelona debe agachar la cabeza como un perro educado por antiguo barcelonés. De esos que ya no existen. Los dejaron ir. Se fueron sin pena ni gloria. La muerte del local. Aquello que fuimos. En nuestros buenos días. Cuando éramos el Rock&Roll: la neta del planeta. Los dosmiles barceloneses. Esos maravillosos años en la puta cima del mundo, nen. Los nens tocamos la gloria y varios canales de subsistencia del famoseo y el arte, lo que siempre se ha llevado en esta capital, pero ahora más afectado por algo que viene del otro lado de nuestra mestizidad; recien estrenada.

Constitución de un nuevo mundo. Yo recuerdo que ya a los nueve años en la televisión única que existía en el Distrito Federal nos proporcionaba el canal cinco a acceder a cierta programación épica americana: acercándonos a su cultura. Por esta vía subliminal. Call it tv, fiction, filmaking, «professional sports league and gambling social model actuarialry driven to end up with a whole new set of newcomers into the lift off the Ode to feminism: Mother Ship 9.

Nau Mare Nou.

NMN.

#NMN

I knew my markerting. Only I didn’t care for the money game. Up till now. Where I come out. And deliver a show that just does not stop. It just keeps playing. Upwards. Gone. Gone like a home run. You run home. Diamond. Nine.

Some dicks never gave a thought to the relevance of baseball based on this narrative from a newdfan who allegedly has written, and publish, books. You know, libraries. You know. Do you?

Punto uno de la campaña.

Librerías

El uno se huele que algo va mal cuando no se en el papel. No está en juego. No está. No cuenta. Mae, sin merecerlo. Mae, Keylor en Madrid. Golman en Barcelona. La injusticia más grande contra el pueblo más noble en las antípodas de mi ombligo.

Punto dos de la campaña.

Observese el ombligo.

Uno procede: obedece.

Mi tesis es la superación de la Biblia. Como libro. Como hojas de texto en un papel sumamente delgado para que se pueda fumar si desea, 999 años en el futuro. Cíclos futuros de tiempo y materia. Tareas demográficamente para cuando lleguemos a darle una vuelta más a todos los asuntos. Ahora todos juntos: ALLS.

Ahora todos juntos estamos conectados a ese nuevo newom.

Newom, hueón.

Hueón a lo ticatalán.

La usurpación máxima de cualquier expresión de otro lugar. La apropiación a drede de lo que hay fuera. Porque me fui. Porque esa fue mi liberación entonces cuando no se compartían los procesos interiores, ni las incertidumbres, ni las dudas existenciales. Vamos a cogernos de las caderas, ricamente, con el sasón de tu cadencia que penetramos juntos al tiempo surreal. Esta conexión sexual libre de todo ser. Mucho antes que cualquiera de sus conservadurías. La que me pongan enfrente. Me la chingo. Hijos de puta.

Punto tres de la campaña.

No confundir nunca a un ticatalán que exclama: JUEPUTA.

Usted sabe que en Costa Rica… qué jeta.

Los ticos tenemos un mensaje que producir en la cacofonía de sus vibrantes vidas sociales. Su socialité. Su convención internacional en dos motores surrealistas de la historia: la versión española.

Original. Yo se los puedo asegurar. ¿Qué creen? Ya soy español. Pero no tengo el pasaporte. Nunca tengo tiempo de hacer las cosas bien. Soy el pleno fracaso de un tipo que tropezó con todas las piedras que Job dejó en la tierra para que tan sólo los mártires de un nuevo tiempo revolucionario de la historia del catolicismo que decidió en tiempo y las escrituras de un nuevo formato nunca antes buscado para una religión primeriza que se lanza como en una Netflix de las Antípodas de la puta madre que los parió a todos los hijos de la gran puta que se quieran poner por su propio peso específico de lo que los españoles conocían como gilipollés.

Los españoles somos gilipollas.

Nos vais a perdonar.

Por nuestra culpa.

Por nuestra culpa.

Por nuestra culpa.

Somos más católicos que le papa Francisco.

Sino vean a nuestro flamante referente: don Rouco Varela.

Latinoaméricanos. Hermanos. Perdón.

Ya era hora. Un español con dos pares de cojones que pediera perdón a sus colonías. A las del sudeste asiático también. Indonesia. Filipinas era. Ya ni sabemos bien por qué hay filipinos en nuestra ciudad. Y sirios. Y pakis. Qué lindo: les decimos pakis. Y los visualizamos con nuestra cerveza. Y nos relacionamos con ellos con esta normalidad que hemos intervenido por las noches. Durante todos los dosmiles. Y la mierda de década que tenemos que reenderezar en un año. El último de esta segunda década. El tiempo vuela. El juicio generacional. Será como el concierto al que asistimos por primera vez. Las opciones de ver Massive Attack, Freddy Mercuri, Leonard Cohen, The Cure, Pet Shop Boys. Blur. Felix DaHousecat. Alisis. Live Aid New Barcino.

The festival. This city could only fit one more music fesitival. I could not give up that opportunity. So I created my own. Mocking those african scams where U2, you know.

I am not going to go into an Ireland Catalunya analogy. We are wankers already.

I am a just another brexiter, eat my shorts.

And dealing with the insulted brits who opted out.

Wankers.

You are such a pile of wankers.

We’ve seen you.

We can smell you as you walk up the street sucking up Gervais’s balls with a delicate touch of a free afirmative dicksucking cocksucker. As if you can fit all the real wankers per borrough to a scale adaptable to a screenplay that could be played to Shakespearean theather audience in a classical setup to produce a Cirque du Soleil business model. I will need nine investors to place 999,999€ into this buttons:

Ángel uno.

Ángel dos.

Ángel tres.

Ángel cuatro.

Ángel cinco.

Ángel seis.

Ángel siete.

Ángel ocho.

Ángel nueve.

Cada uno de esos ángeles va a tener un nombre. Si fuera más literato lo habría descrito de otra forma: cada uno de esos ángeles tiene un nombre.

El virtuosismo está en ponerle un significado a las itálicas.

Las itálicas.

Una serie para enamorar a Italia desde la campaña a esta nueva urbanidad global completa que se presenta en la tierra santa conocida como New Barcino Deportado. En un principio la frase se habría cerrado con derramado. O desbordado. Pero deportado es más político. Es más rojo. Los rojos somos así. Vea usted. Será como si uno tuviera la opción como latinoaméricano a tener que ser de un sólo bando: de los idiotas que se afilian a las líneas de actuación ciudadana y política de don Mario Vargas Llosa, o de los revolucionarios visionarios que se adhieren a la incuestionablemente más profunda y bien hecha exploración de nuestra lengua española por parte de un compatriota frijolero que vino de hallá de donde un día fuimos el mismo pueblo, pese a no habernos dado cuenta de nuestra otredad, ni de nuestra simultaneadad, hasta que vinimos aquí y comprobamos que éramos más o menos la misma mierda pero jugando ese juego internacionalista que una ciudad con personalidad milenaria, capital de unos pueblos mestizos del mediterreno, intermezclado 999 veces sin temor a tener un pequeña parte de todas las culturas con las que nos hemos cruzado por estos lados en los que los pueblos (blancos) de la unión europea se percibieron más morenos en latitudes que se mantuvieron en sus respectivas coordenadas previas a que nuestro mundo se acontumbrara a viajar. Por siempre. Viajantes. Turistas. Plagas humanas de voluntad de conocer las culturas de los demás. ¿Qué tanto más vamos a molar como Barcelona de los dosmiles. Nueve años entre los ceros, que representan el poder hegemónico del Real Madrid y las nueve grandes casas de la Nueva España. Las nueve grandes familias de las familias que fueron primero a inicializar la empresa de cohabitar. Y desarrollar los mecanismos complejos de lo que un día fuimos capaces de hacer, y aquellos que fuimos, luego olivamos porque un poco soplapollas llegamos a ser en varios momentos de nuestra historia pasada. En el futuro prometemos mantener a los soplapollas a ralla. Porque es la responsabilidad de nuestra generación. Y cómo nos íbamos a ver a la cara los Willy Barcenas con los Jordi Sánchez. Esas dos Españas. Aquella abraçada. Aquell trovar-se entre nanos en el buit de l’existencia. El teu pare a la pressó.

El meu pare podria estar jubilat. Te setanta i tants anys i en canvi és un prodigi d’home. És una peça fundamental del meu funcionament com a esser humá. Tinc la possibilitat d’ajudar-lo. Perque te una gran responsabilitat. Pero té la millor de les preparacions. No vull presumir. Pero ell és un troç d’esser humá. A més del meu pare. Ell va viure tot. De neixer al camp i coneixer totes les nou poblacions de la vall central del nostre petit país tropical: Ticataluña.

No voliem allunyar-nos. Eren d’ambdos bandols. Hi havia dues Espanyes, com a mínim. Pero molts i molts matissos. I aixó feia tota la diferencia. Molt simple. No vaig a dir que elegant. Ni tant sols diré el contrari. Ni molts menys m’atreviria a dir una mentida. Perque sigui com sigui, escolti’m: jo dic la veritat. Vera.

Jo vaig neixer a San Salvador. Aixó ho diu tot. La meva pel·licula podria acabar aquí. Amb aquesta escena. En salvador. Aixó és ben bé el que requereix aquest nou pais resol. Fet. Veneit. Com si Montserrat agafés i marxes. Una nau mare nodriu nou. Aquest estimul. Aquesta peça voladora amb arrels de la muntanya més sagrada de les nou sagradas d’aquest nou país que neix amb la comunió d’un poble nou senser: Ticataluña.

Vostes em perdonaran. Sóc com una mena d’Spike Lee d’aquesta ciutat. Com si vingués del Brooklyn aquest. Com si fós del barri més xungo de l’estrarradi d’una gran urbanitat. On penseu que vivim? Aquí hi pasa tot. Per aquest port. Amb aquest model de commerc que permet que les fonteres dels productes siguin permeables, mentre que les fonteres de les persones estiguin demonitzades per aquells que fan de l’ùs de la por com a eina per a agrandir el capital invertit i el retorn que li treiem a la nostra estimada industria de les armes nacionals. Oferta i demanda. Economia. Jo us puc explicar d’Economia i d’Actuaria tot el que necesiteu saber. De fet podeu accedir al meu recurs d’eines per a aquests àmbits que et pots descarregar d’uns links d’unes pàgines webs, d’uns botons que segons sembla ens portem a baixants, tubs neumàtics al vuit, de pun a punt, per entrar, pagant un preu. El temps. L’espai. La teva vida. La que vols. La que pots arrivara ficcionar si t’ho plantejes com a un moviment que es pinta sól. Amb un ritme d’expressió d’un temps que tot seguit es fa fort, tant fort com a tots plegats, al màxim absolut: ALLS.

Punt quatre de la campanya
Fer volar colombs

No tingueu els peus a terra. Mireu: està volant.

Aixó és miracle.

Una paradoxa multiversal.

Un concepte nou que es coli per les esquerdes del sostre que filtra de la terrassa del vei de d’alt. Aixó té un últim lloc: el sobreátic. Us puc asegurar que aquest sobreàtic será nostre. El necesitem. Val 395.000€. Bueno val. Aquest és el preu de venda. I aquí qui no sap que tot preu inicial está una mica inflat és que no ha pasat per l’escola del sector inmobiliari espanyol. Un actiu més enllá que alemà.

Els alemans s’ho van mirar amb uns ulls de em sopla tant la polla, que no feia ni puta graçia. Pero havien estat a Espanya. Els alemans. I a Mallorca. I ses platges. Ses cales. Sa caldereta. Sa vida. Sa societat d’alt estanding. Els nostres grans monstres internacionals. Els grans altres Messi’s de la ciutat. El big 9.

Els referents urbans. Quí són. Qué fan. Quant mouen. Quí fa pensar. Quí fa país. Quí fa riure. Quí fa ombra. Quí fa gols. Quí fa musica. Quí fa por. Qui fa fastic. Qui fa l’amor.

Qui fa l’amor guanya.

Qui s’ocupa de l’altre triunfa.

M’has cuidat.

Estic malalt.

No puc seguir.

No puc estar.

No puc parlar.

No puc volar.

No puc somniar triutes.

No puc xiular i xuclar a la vegada.

No puc mirarte als ulls i a les loles.

No puc penetrar i esser penetrar alhora.

Si els espanyols homés s’haguessin d’incriure en un enunciat que t’oferís un dret especial infalible devant la resta de drets dels demés. Un ús exclusiú. Ja ens volen fer creure que aixó és lo que volem. L’exclusivitat màxima de l’últim nivell. El lloc reservats per a qui paga. Aixó que pasa quant et troves amb el sostre del cel. Qué has de fer? Parlar amb ells. Dialogar.

Unos derechos adquiridos mínimos. Nueve. Todo se derrumbó. Todo se renovó. Salió toda la mierda a la luz. Que no quede nadie en el puto árbol, Jordi. Tira. Va. ¿A qué esperas?

Mi editor era la reencarnación de Claudio López de Lamadrid, marqués de Comillas, ilustrísimo noble de la ciudad que optó por el lado más complejo de la interpretación del rol más alto de la sociedad: el editor que lee bien. El tipo que se relaciona con los autores y les edita. Les publica. Los introduce a la sociedad del mundo editorial. El tránsito de las ideas y de los insolentes sagrados. Los encuentros entre los chavos insolentes de todo el mundo y los soñadores de toda la vida que montaron el sistema editorial en las lenguas que formaron la nueva lengua hegemónica fascistoide: el ticatalán.

Tarde o temprano llegaría la conclusión que una parte de mi programa en algún sitio hablía plagiado páginas enteras del Mein Kampf para ensalzar mi nacional socialismo del tercer Reich y los cuartos, quintos, sexto, … y el definitivo noveno Reich.

El nombre de la obra: el noveno Reich.

El noveno Reich es mi ópera primera al festival de Berlín. Un corto de nueve minutos en el que noveno Reich finalmente llega a su final de la historia: autodestrucción. El botón swastica.

Hollywood sólo tenía una salida. Mexicanizarse por completo. De repente en una noche de los Óscares si se le fue el pedo a nueve mexicanos con un pinche ÓSCAR en la mano y un martini en la otra. Fueron sólo dos. Como se volvió tradición.

La dualidad mató a la crítica. Era la utilización de la doble moral lo que encumbró la obra a pieza postescénica centroamericana. El PPC. Las siglas de un partido político que tenía problemas para explicarse. Los trapitos al sol. Aquí el más tonto hace aviones.

Punto cinco de la campaña
Hasta los putos huevos.

Ya no había más vergüenza. Toda se había repartido. Y nosotros fuimos parte de esta farsa. Con nuestro voto. Con nuestra abstensión. Nuestro oscuro destino. ¿Por qué no participaste antes? ¿Qué acaso no te toca hacer algo? Es algo que me gritaba a mi mismo. Sobre la cosa pública. Sobre a lo que es de todos. Sobre a lo que íbamos a brindar. Lo que íbamos a resolver. Y ese era el tema: lo íbamos a resolver todo. En un plazo máximo de nueve días. Los próximos nueve días. Y quien quiera seguir leyendo que lea. Que no acabe nunca. Se venden los nueve libros el día uno. Esa colección se diseñó para liberar a un tiempo que debía disasociarse de la sociedad en su conjunto. Y luego volver. Por sorpresa. Con una mamada interminable. Con una contundente salida al espacio de encuentro. El punto de la aleaza futura. El desempeño de la sociedad en los escenarios de transición entre plantación y plantación del plan de reforestación de los sistemas de vegetación controlada para nuestra supervivencia orgánica circular en pleno empleo.

El pleno empleo sostiene la economía neoliberal. Conceptualmente no es más que una noción de los mercados de trabajo en pleno funcionamiento. Las elasticidades de la demanda y de la oferta nos ofrece el comportamiento de cualquier variable aislada respecto al resto. Ceteris paribus.

La economía se entiende. La actuaría menos. Las matemáticas… depende.

Las tres clases se impartían en todos los niveles. En todas las carreras. De acuerdo a lo que el sistema educativo proveé. El nuevo modelo de la educación multiversal. La tendencia de los límites superiores. La noción de las series exponenciales. La aproximación logarítimica. La utilización práctica del teorema de Bayes. La demostración matemática con la que sigo dándome tumbos en la cabeza. Aquellas nueve épicas demostraciones de las matemáticas de las carreras de Matemáticas y Actuaría en el ITAM.

Esas dos carreras son gemelas. Son almas que viven en una misma estructura mental. Es compartir un tránsito por un desierto en el que cada vez queda menos gente. Y tu ves que no llegas. Otra vez. Esa sensación de apremio. Es a lo máximo que te prepara una educación superior. Pero la actuaría te proveé esquemas mentales matemáticos. Esquemas numéricos que se pueden llevar desde el plano simplón de los valores, hasta la transformación en letras de las matemáticas: las variables y las fórmulas. Los elementos básicos de construcción. El modelo de aprendizaje de los nueve ciclos. Cíclos de tres años. Tres años primeros. Primero, segundo y tercero. Segundo ciclo: cuarto, quint y sexto. Primaria completada. Tercer clico: 7, 8, 9. Cuarto ciclo: Quinto ciclo: primero de carrera. Sexto ciclo: segundo de carrera. Séptimo ciclo: tercero de carrera. Octavo ciclo: cuarto de carrera. Noveno ciclo: quinto de carrera.

El quinto de carrera.

Mi quinto año en la carrera de Actuaría. Una especie de barrera que no puedes pasar. Cuando arriesgas demasiado, te quemas. Pero si pasas de esa línea es como si no hubieras estudiado la carrera. Aunque acabes. Todos sabrán que lo tuyo no fue al ritmo general. Al ritmo cabrón de la carrera. La complejidad de asumir este estudio. Esta importancia a la estadística. Esta apreciación por las matemáticas. Esta renovada actualización del sentido ulterior de un estudio actuarial: la base social fundamental que se arregla con un sistema actuarial randomizado para toparse consigo misma tras todas las iteraciones que hagan falta para entrar en una harmonía imperfecta que no para de dar vueltas sobre su propio eje y nueve dimensiones de movimiento alterno. Eso y lo contrario. A practicar, sin cámaras, en los recreos. Los descansos del día público.

Punto seis de la campaña
Noúmeno

La cosa en sí es esencial.

No se podía quedar fuera. Con eso cubrimos gran parte de los dilemas más cabrones. Y lo conseguimos con una campaña de difusión patrocinada por el fondo alemán Göette. Esos pinches alemanes se van a mear en los pantalones.

Pero de la risa.

El standup comedy es el camino. Y nuestro único encuentro es con nosotros mismos. Pero que no se dan cuenta que el autor ya lo vio entonces. Hace cuarenta años. Y lo delató. Y lo puso ahí para que se discutiera. Siendo él el cretino. El paso adelante. El escrúpulo. Convertido en obra. Por delator. Por poner el foco en su propia desviación. Como Bertolucci o Brando o Woody o Louis CK o Polanski o Pasolini o Michael Jackson o Kaiser Sose o Armando Gallo Pacheco.

Todo lo que pretendía ser era un escritor. Y me dio por entender cómo funcionaba ese pedo. Así que un año decidí infiltrarme en el sector editorial internacional para conocer cómo se movían los hilos desde dentro de una industria que en realidad es la unión de varias industrias a la vez que viven del libro: papel, impresión, talcos, tintas, programas, ordenadores, editoriales, distribuidores, autores, postcinematografía, la antigua industria del cine, y unas cuantas más. Un plan maestro vendría a parar a esta parte de la sociead, ya resuelta en el un desenlace al punto de llegar.


En el peor de los casos morimos. Hoy.


Recurro siempre al mismo sitio. El que soy. Lo que seremos en una hipotética ficción en la que la búsqueda está delimitada por la experimentación aventurera de quienes deciden explorar los límites, y desbordar las esquinas. Lo escensial. Lo que hay. Lo presente.

Vamos.

¿Vienes?

Ven. Voy.

ALLS

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