Y – Cruz

Yo soy la cruz; la cargo y me convierto en él: cristo.

Yo fui Jesús en la cruz. Eso me define. Y también me liga a mi hermano.

Yo soy soldado de Cristo.

No lo puedo ocultar.

Y fui Cristo en Chimalistac.

Y resucité: el mismo día.

Conjuga el verbo resucitar.

El ticatalán se centra en este aprendizaje:

Yo resucito.

Tú recucistas.

Él resucita

Ella resucita

Nosotros resucitamos.

Ellas resucitan.

Ellos resucitan.


La ministra de trabajo del gobierno de España pide una visita con el Papa Francisco para hablar del empleo y los retos en sus respectivas agendas en pro del bien común. ¿Alguien les puede negar esta intencionalidad a cualquiera de los dos? La derecha española, o parte de ella, a ambos.

En el parte de ella está el matiz de mi testimonio.

Lo que yo he visto aquí no se lo deseo a nadie.

Pero también entiendo que aquí nos hemos convertido en una versión más al límite de las circunstancias. Desde la otredad de quién quiere sobrevivir en este nuevo contexto. Con lo que traemos encima. Lo que ves es lo que hay. Y aquí cada quién carga su pinche cruz. No hablemos de juegos asimétricos. Hablemos de lo que podemos generar en el contexto de un mercado emergente de un relato que utilizar la cruz, la santa, y también a Jesús crucificado, para bajarlo de la cruz, no como víctima, sino como testimonio. Y llevar su palabra a otra narrativa veraz. La de su hermano mayor.

En España se lleva mucho lo de los hermanos mayores. Qué mejor que quien viene a dar la buena nueva sea un hermano mayor de Jesús. De la misma familia pues. Otro enviado de Dios Padre. Que evidentemente escoge Europa para que aterrice su hijo en la tierra que Dios Padre conoce de verdad: Occidente sin contar lo que hoy conocemos como América. Ya que fueron los españoles, y no Jesús, quién nos vino a hablar de lo que se encontraron en el nuevo continente. Una vez entendieron dónde estaban.

La historia repensada desde otra perspectiva debe empezar por cambiar el tiempo y el espacio. Relatar un performance que quede circunscrito dentro de una nueva confirmación sagrada de un mundo NEW. Y nos asumimos como gringos. Por un ansia mexicana de serlo.

El mexicano está muy cabrón. Pero también puede estar muy pendejo.

Esto está de la verga. Y cabrón.

Pero la neta es así.

Y qué bueno.

Así somos.

Dios hijo nos hizo así.

Y la virgencita de Guadalupe.

Es a ella, a quién ahora quiero otorgar la gracia de una nueva visión que se presentó a un indígena olmeca, que bajaba de la montaña, tras subir a su cima a percatarse de los límites observables desde su montaña sagrada, el Carmelo. El pastor olmeca bajó de la montaña cuando una zarza ardiendo le habló y le dijo: construye una pinche pirámide de nueve pisos sobre la montaña de al lado. Dile al pueblo NEW que venga en peregrinación hasta mi pirámide para que sepamos lo que se siente asumir la responsabilidad de la aniquilación de los centros sagrados de unos antepasados que todavía mantenemos. ¿Lo pillas?

Mi cruz es prestada. Mi pirámide es el sustento de mi última fe. Y yo soy la palabra que la define. Mi testimonio olmeca es este. A partir de aquí reconstruimos un porvenir común: el Tico commons.

Yo soy un deseo tropical. Nací crucificado por la situación que se generó en el jardín. Y que sabemos que Dios Padre se vio forzado a jugar la carta de sacrificar a su hijo Jesús para corregir los fallos estructurales de la versión beta de su credo, en el que hasta entonces había quedado como un plagio de las creencias populares comunales de todas civilizaciones anteriores a la gran historia que nos comenzamos a contar, robándonos la experiencia vital y mágica de otros pueblos suplantados.

Lo vestimos de mestizaje pero no entró la cruz. Si es que iba en estandartes. Y nos gustó ser miembros de esta buena nueva. Se parecía mogollón a nuestros dioses. Se fusionaron para dar la muestra de sincretismo más forzada hasta nuestros días. Tender a la desaparición de la tradición local. Así es como nos planteamos, todavía hoy, que sería nuestra versión de intercambio cultural entre dos civilizaciones que se desconocen hasta ese momento. Con un sesgo tecnológico importante. Y una voluntad guerrera.

Quizás el heteropatriarcado estuviera ya en ambas culturas. Y se diera un sentido nuevo a la afinidad de dos lecturas desviadas de lo que nos han contado hasta ahora. Y ha llegado el tiempo de darle otro sentido.

España se encuentra con la Nueva España. Y se vuelven a transformar.

Esta vez el olmeca se ha infiltrado en la sociedad española para presentarles una sorpresa: una campaña: NEW.

Y con esta campaña me presento. Con la cruz en la mano. O cargándola. O crucificado mismo. Always looking at the bright side of life.

El surrealismo debió nacer en Inglaterra pero lo cierto es que nació aquí. Y fueron Dalí, Buñuel, Lorca y una generación que se fundió con la vanguardia de los insolentes europeos de los años veintes, los que concibieron crear más allá de la barbarie que hablaba los mismos temas machistas que ponían sobre la mesa los que siempre han tenido el don de mando. La tiranía de la fuerza se enraizó en nuestro imaginario y nos ha costado mucho quitárnosla de encima. Algunos, habiéndolo intentado, todavía somos capaces de dañar a la persona que más amamos. Y nos sentimos solos. Cargando una cruz.

Voy a romper esta pared. Y esta pinche cruz. Que no es mía.

El símbolo de la cruz revictimiza a Jesús. Porque a algunos lo que les gusta en realidad es revictimizar. Como resulta más fácil tragarnos la historia viril de los vencedores que escuchar el testimonio de los vencidos. Las víctimas de una violencia que hemos optado no ver.

Yo sigo cargando mi cruz sagrada hasta cierto punto. En un plano paralelo. En otra dimensión. Mi relación fraternal con Jesús es mi aval con el resto de la sociedad. Dios Padre se encargará de que todos lo vean. Que se entienda con uno de sus sagrados milagros. Como construyendo la pirámide en el cerro de la Rovira. Por resarcir el espíritu de Viçenc, en una montaña que lleva el apellido de la familia de su mujer: Pepi.

Al final nos convertimos en la cruz que han cargado nuestras otras familias. Y de aquí partimos a un nuevo amanecer. Esta vez reconvertidos en una historia nueva que nos reconforta. Y nos aleja del maniqueismo cutre de la dualidad española contemporánea.

Carga tu cruz, hermanas y hermanos, que nos espera Jesús en lo más alto. Desde aquí arriba desde mi montaña sagrada, el Carmelo, la pirámide que he (re)construido se levanta para que entendamos el lugar sagrado desde donde reconfiguramos nuestra pertenencia a esta urbanidad, a partir de esta otra perspectiva de montaña. Nos vamos a tirar al monte, porque en el fondo es lo que hacen los barbudos.

No habrá bahía de cochinos.

Ni tampoco revolución bolivariana.

Lo que habrá es un nuevo continente.

De sur a norte.

Vuelta alrevés.

De aquí allá. Y de allá pacá. Ida y vuelta. Y viceversa.

Los viceversos se vieron en la lectura de este llamado.

En este sistema NEW todes tienen su lugar. Al mismo tiempo. La gracia la ganamos a título individual. Y la construcción social de lo que vamos a aportar a un camino de la transformación nace de un nuevo credo. Y de la ruptura con la cruz. Voy a asumir mi último via crucis. Salgo del mercado de las columnas voy haciendo las nueve estaciones de mi calvario hasta llegar a la cima del Carmelo. Ahí me crucifican. Y me bajo de la cruz. Por la reasimilación del procomún en un nuevo pacto: el tico commons.

En Costa Rica se debe entender el Tico Commons como el unicornio que buscamos producir a partir de un efecto sorpresa de una comunidad global liderada por los espíritus resignificados de lo que implica ser tico. Eso, señoras y señores compatriotas, es lo que les propongo que hagamos como ejercicio paralelo al lindo respeto por la democracia que tenemos en nuestro país. Pero de manera también independiente al proceso formal en sí. Yo no quiero ser un partido político, pero sí quiero que en Costa Rica tengamos este debate común de reconstitución de una visión estratégica que pongamos a jugar en el plano global a partir de cómo le socamos nosotras a dar ejemplo para resolver los retos más importantes que nosotros hemos reflexionado respecto a las grandes necesidades insatisfechas de nuestras comunidades.

La dimensión del territorio desde la urbanidad dentro del valle, y dentro de la ruralidad digna y plena de nuestro campo, apuntalada por los sitios sagrados de nuestro planeta: nuestros parques naturales que procuramos proteger al máximo y coexistir con el jardín que nosotras mismas plantamos allá donde podemos, ayudando a transformar el balance negativo que nuestros estilos de vida generan sobre el medio ambiente. Y sobre la relación social entre clases sociales. La justicia social y la coordinación para mitigar las diferencias y desigualdades a partir de un sistema publico universal de salud y de educación que tenga la vivienda y el trabajo en el centro de un discurso al que ahora añadimos una capa más de complejidad: el tico commons.

Yo salgo a ganar.

Porque quiero que mi pueblo me siga.

Quiero convencerlos de Dios Padre está conmigo. Y mi hermanillo Jesús me habla al oído cada día. Y yo al suyo. Y vieras qué cagaerisa.

Jesús y yo hablamos todos los días. Nos contamos varas. Y eso no es exclusivo mío. Lo hace todo el mundo que lo hace. Que no importa cuantos sean. Somos los que lo hacemos. A partir de estas otras reglas. Que no tienen que ver en nada con lo que la iglesia hasta ahora se había permitido reflexionar en aras de una reconfiguración del relato sagrado. El conservadurismo de esta iglesia es también su valor en el tiempo. Lo que tiene como patrimonio lo colocan como un estado en situación de privilegio latente. Y su política organiza los padrecitos de todas las diócesis. La distribución de la fe, del comercio y del poder. Repasamos el rol de las mujeres en estas tareas. Pensamos en los demás. Y después, si eso, lleguemos a construir un debate más plural y con la cocreación colectiva y colaborativa de los seres transformadores de la sociedad: los feedbacklooppers.

I’m feedbackloopper nou.

Nou en ticatalá means NEW.

NEW is the campaign.

And the action plan.

It’s surreal dimension here.

We’ve arrived to the end.

The grace is present.

And it’s not Kelly.

Nor the current princess old self.

That’s gone too.

And now it’s healing.

Like a half picture from what she expected.

Victims and testimonials.

ALLS