El futbolarte se despliega sobre la cancha. Pero también en la calle. Yo ocupo el espacio que me dan. Conozco las reglas. Las llevo al límite. Tensionado. Nadie, no importa el tamaño, me intimida. Creo y respeto al rival. Pero le vamos a ganar. Competimos al máximo nivel. Yo soy ese jugador. Mi equipo lo sabe. Es lo que ofrezco al país. Lo último que tengo. Mi pasión final. El futbolarte detrás del mundial ganado por un estado tropical pequeñito que no existe, mas que aquí: ticataluña.
El minúsculas.
Por faltar.
Al trato brusco debemos acostumbrarnos. Dijo Joda.
Y nosotros entendimos. ¿Cuántos chicos Jedis? ¿Cuántas chicas? ¿Es esto lo más alto a lo que podemos aspirar en la creación de una ficción futura resuelta?
La sociedad avanzará a trompicones. Como hasta ahora. Por primera vez nos damos cuenta de que estamos unidos todos a un sentimiento que nos une con este planeta. Y le respetamos. Lo ponemos en un valor por encima de nuestras creencias. Las ideologías a las que uno se podía afiliar. Yo pienso como esos. El pensamiento pasado. Las reglas del sistema actual. La convivencia entre desiguales. El acto de rebeldía quien se proyecta al lado opuesto al establecido. Todos, tanto si nos va bien, como si nos va mal, en el ecosistema social actual, tendremos derecho a revelarnos contra el mismo. Es el máximo anhelo. Y además, lo mejor: es asumible.
Tan sólo necesitamos de una premisa: dualidad.
Dos opciones. Rompemos la unidad. No la necesitamos. La idolatramos una vez más. Y le ponemos una Eva de su costillita. Y ahí creamos el mundo alternativo al que voluntariamente nos retiramos. Nosotros. Nave nodriza uno. Cupo limitado.
¿Estás dentro o fuera?
Caben los que caben. Las iglesias y las pirámides vuelan. Ahí nos encontramos otra vez las culturas primeras. Nos damos la mano. Nos acomplamos a una forma interestelar de simbiosis. Acomplamiento de naves espaciales. Colonias en el espacio. Colonías en otros planetas.
Ante este delirio de visión de futuro, ya hay caminos trazados. Este, humildemente, es otro.
Si me vuelvo loco de verdad lo exploto hasta el límite de sus consecuencias espacio temporales. Y como lo puedo hacer, los voy a poner a marchar.
Como un plano que se cierra mientras de la distancia corre hacia cámara un futbolartista de la ciudad: Golman Elizondo Pacheco, y su Ciutat Nova.
Yo fui encontra de todo lo que encontré. Fue la única vía en la que no me topaba con las corridas y los toros en medio de una plaza de toros mansos que exaltó a la muchedumbre hasta llegar a la quema y muerte de los incontrolables amantes de la tauromaquia.
Comenzando por esta peli, podría crear dos mundos en polos opuestos que huyen al pasado lo más lejos el uno del otro, sin hacerse daño, sin prejuicio moral más que el ya existente entre las antípodas repelentes. Nunca antes la repulsión había sido subida al valor primero de nuestra aceptación social a un nuevo modelo de convivencia. De ahí que esto, también, sea una campaña. Fuera de contexto. Como un guion. como una película de las de antes. O de las nuevas.
De aquí parte mi arte: la tiranía del encuadre. Mi tensión en el tiempo espacio urbano que yo mismo me encargo de liberar. Como grabar la presentación del xatu frente a los jueces profesionales de la ciudad.
Yo voy a hacer todo. Cooperativista. Emprendedor. Futbolartista. Actor. Director. Cineasta. Productor. Ilustrador. Super agente secreto evangelista. Candidato.
Mis mercados desbordados.
El juicio final.
Ahora.
Día d. Uno. Hoy.
Hoy es 31. Mañana 1. La vaina va así. Ciclos mensuales. Nos acostumbramos. La biología de ella la sitúa en ese ritmo vital cíclico. Nosotros los hombres llegamos a esa dualidad cerrada en un símbolo de infitnito que tatuamos juntos en la pubertad. Nos sabíamos únicos a un código de amistad. Una emergencia sagrada. Ahora eso se experimenta juntos. Cómo el sueño más alto. El máximo espírtu de Huitzilopotchtli mezclado con Quetzalcoatl mientras Iztaccihuatl se le abalanza a Popocateptl a darle un beso y fusionarse ambos en un mito erótico consumado.
Llegamos todos. Al mismo tiempo.
Bienvenidos, ALLS.
Crédito fotográficos: Patricia Pecas.