Se podría dar el caso de una persona no tenga nada más que decir. Creo que estoy en ese punto. No me salen las palabras. No quiero expresar ni una más. Ya las dije todas.
No tengo más ideas que confrontar.
No tengo más argumentos que dar.
No tengo más historias que contar.
Todas están ahí. Contadas. En algún sitio. Pero ya no en mi cabeza.
Mi tiempo se distorcionó y no me queda más remedio que observar.
Halloween: fiesta prestada. Estado universal de una cultura que se hace una sola. Y en cambio, seguimos dilatando el entendimiento común de una comunidad más allá de nuestras fronteras, más allá de nuestras creencias, más allá de nuestra sacralizada individualidad.
No sabemos muy bien si está bien o está mal que nos disfracemos, que nos unamos a las fiestas masivas que lo inundan todo por la vía del marketing. Somos objeto, ahora sí casi todos, a los asuntos que nos distrae del mundo para atender el llamado de lo que debemos atender. Y en todo esto, hay un elemento ineludible de mercadeo: todos estamos vendiendo algo. Y queremos llamar la atención hacia la agenda de aquello en lo que creemos. De aquello que nos da para subsistir. Y todos utilizamos nuestro altavoz para dejar un mensaje, que quizás no interesa a nadie.
Lo que se genera, en todo caso, es ruido. Distorción sonora de la cual formamos parte. Y de la cual no podemos escapar. Más allá de lo que nos propongamos a no formar parte del juego. Somos masa. Y de esa masa debemos hacer algo edificante, ya que no podemos aspirar a predicar desde el pedestal de la razón, el privilegio, o la dinastía. De alguna manera tenemos la obligación de atender lo que nos resulta inmediato. Y nos proponernos a formar parte de algo que resista a la tentación. Un anhelo imposible. Un acto de rebeldía. Basta.
Y no nos damos cuenta, pero ese mismo anhelo es fruto de una campaña. Un pensamiento que justo supo que nos encontrábamos así, y que ha explotado una fisura en nuestro sistema de defensa. Porque todo require una analogía bélica para pertenecer a este presente.
No sabemos distinguir. La plataforma que nos representa frente a la que representa nuestro antagonismo. Ambas desenmascaran con hechos fabricados la farza del otro. Y no somos capaces de desantender la pulsión de razón que palpita del lado en el que nos sentimos representados. La fusión de nuestra individualidad con la noción colectiva de los nuestros.
Pero nunca es suficiente para abarcarlo todo. Siempre hay algo de apego al ego, o a la situación de privilegio que nos mantiene por encima del fracaso colectivo verdadero. Somos prisioneros de nosotros mismos. De nuestra propia ilusión. De las instituciones que defienden, si formamos parte de ellas, lo que es común, y dilapidan la noción colectiva de lo que tendría que ser cuando están en manos de los otros: nuestros némesis.
La estructura de unos contra otros manda. La noción de un mundo en continua ebullición. Las guerras que no se pueden parar ni un segundo. Barcos que transportan armas. Fabricas que producen sus partes. Economías que se sostienen por la demanda sostenida de una guerra necesaria para que exista este porvenir que da de comer a las familias trabajadoras de esos centros de poder. Inversiones diversificadas en todos los sectores estratégicos. Una aportación económica que blanquea los ataques de unos y otros. Unos medios que lo simplifican en un análisis trivial que sabemos que reproduce el altavoz de unos dueños que se resisten a perder el mando; a ceder poder.
Y nosotros estamos alineados a la alienación que nos subyace. No sabemos cómo salir de ella, porque estamos maniatados a un sistema que se resiste sin casi esfuerzo. El blindaje de nuestros pilares. Religión, nacionalismo, necrocapitalismo. Guerra y mercado. Amenaza y «libertad». Existencia insípida.
Quizás todo esto sea un delirio de persecusión. No sería el primero. Ni el último. Pero me resisto a creer que no hay alternativa. De hecho la hay. Y está en otra dimensión. Lo cuál nos parece extraterrestre. Lo es. Es de un sitio al que ahora mismo no podemos acceder. Pero que no está tan lejos. Un sitio que tenemos a tocar. Si traspasamos la membrana.
Vos sabés que me encontré con un argentino, un peruano limeño, un salvadoreño, un español, una alemana de Colonia, una sueca de Upsala, una salvadoreña, una española, un manchega de la Mancha, una valenciana, un asturiano, un leonés, un catalán, y un ticatalán.
¿Por qué iba a renunciar yo a quién he decido ser desde hace unos años?
Cambiar de afiliación es lo que nos corresponde como sociedad.
Pero también aportar valor.
Y hacerlo conscientemente.
Como parte del sistema.
Es complejo.
Pero estamos en ello.
Nuestro resultado es espectácular.
Yo me fui.
Y quise ser otra cosa.
Renuncié a lo que ustedes viven.
No me presentan.
¿Lo recuerdan?
Lo vivimos acá. En Barcelona.
Lo que un argento y yo podemos expresar sobre Barcelona entre el año 9 y 14.
Entre Golman y Cruyff.
Somos idiotas.
Y cruyffista.
Es fácil.
Dualidad.
Cemonos.
Semonos otra cosa.
A otra cosa mariposa.
ALLS
Sho soy tan argento como Gardel intentando googlear cómo utilizar ChatGPT para aprender a bailar break dance.
No rap. Ni tango, obvio. ¿Vos qué pensas? ¿Qué soy un mileni…?
Pregunta número 3 de las últimas elecciones:
ALLS
Vos sos un gil.
¿No sabés cómo se llaman si quiera los candidatos?
Pregunta número cuatro es sobre participación política y preparación de los 99 minutos de reflexión sobre la elección de nuestro objetivo colectivo.
Sho aprendí a entender la F1 con un argento precioso que me explicó la analogía de la salida: subís 2 a cero.
La analogía con el futbol es sagrada.
De ahí que Diego lo sea.
El futbol es nuestro Dios, nada nos salvará.
Nosotros sabemos hoy cosas que en 1978 no éramos conscientes.
Y habían unos y otros.
Y milicos.
Y milei.
Entre milicos y milei.
Entre Diego y Lio.
Una vez más la dualidad argentina. Lo tienen crudo el asadito.
Votemos la quinta pregunta del Argentinos Golman.
Vos sabés que un concepto de club de futbolarte lo rompería en la pretensión argentina de conformar un procomún, de facto, puramente del Rio de la Plata hasta sus montañas de origen. Este es el tránsito entre dos lados. Eso es lo que necesitamos aliviar para desempacharnos del hijueputa heteropatriarcado este que nos dejó con el Jesús en la boca, los machos violadores campeones de la violencia esta persistente en nuestra genealogía desde hace nueve generaciones. No tenemos evidencia que nos conecte con el más allá. ¿Qué pasaba por sus cabezas? ¿Qué votaban conjuntamente? ¿Para qué querían un estado fallido? ¿Quién se beneficia de no cambiar nada?
Todo igual.
Nadie se mueva.
Quieto todo el mundo.
Quito todo el mundo.
Ecuador.
Cambio de tercio.
Salta Andrés Calamaro al ruedo. Se trata del espontáneo más ilustre que había conseguido representar al pueblo en el sitio más violento de nuestra humanidad imperfecta. El toro se llamaba Golman y pesaba 666 kilos. Era una mole que resultaría indultado. Y en gran parte gracias a los nueve pases del espontaneo argento.
Hay dos maneras de hacer esta película.
Pero no seré yo quien lo decida.
No tendría gracia.
Sería demasiado fascista.
Yo no voy a lanzar a Andrés Calamaro al ruedo… si no quiere.
Y ahí entra en el maestro.
El espontaneo no avisa. Menos uno así de conocedor de la fiesta del toro. Un poeta de las corridas. Un hombre de la transgresión. Un hombre que no reuye al peligro y sobre a todo a la consagración de un arte de muerte. El toro indultado, gracias a un matador inmortal.
Notas de producción. Un creador de verdad escribe. Inventa. Se imagina historias. O las lee. Y las escribe. Para explicar una historia. Contar historias es un arte. E interpretarlas para el cine es otra. Y cambiamos el mundo con el arte. Con las historias. Con la confección. La industria. Y vos, que lo ves.
Andrés Calamaro en El espontaneo mileni.
Entre Mileni, Meloni y Milei.
Trilogía de lo que podría ser el regreso de cínico descaro del militarismo heteropatriarcal de ensalzamiento militar y su estructura de poder que se mece con los petrodólares que marcan el destino de nuestro pueblos. Esta es la gran falacia de nuestra incapacidad de dejar la violencia por completo. Por la necesidad de entender cómo canilizar toda esa estúpida testosterona que lo solapó todo, por culpa de ËL, no le salvemos a nadie. Vamos a cargárnolo todo. Pero no seamos giles si pensamos que no pensar ha sido buen compañero del populismo más mamarracho de nuestros ilustres blancos de pasta y cara. La cara linda de la vieja América. La nueva América vuelve: NEW américa.
ALLS
Vos igual tenés que escoger a tu personaje relevante de la historia de Boca.
Y podés no votar. No votés. Ni hablés más.
Vos vas a poder votar lo que te de la gana.
O no hacerlo.
Pasar de todo.
Esto no va con vos.
O no temés derecho.
Igual sos boliviano sin papeles.
Y le vas a boca igual.
¿Cómo igual?
Las dos argetinas: Boca o River.
Vos sabés que es así. Igual decís que sos de Independiente o de Rosario Central. De Newells. Posiblemente jugás ahí. Todo el mundo jugó ahí. La escuela de genios. Y Cebollitas. 99 equipos llamados Cebollitas. En cada continente.
Vos sabés que los argetinos tenemos algo distinto que el resto no tiene. Y media Argentina no lo entiende. Es el humor. No la subnormalidad. Y vos tenés como múcho una de las dos. Y no tenés ni puta gracia.
La verdad es que si algo aprendimos de los españoles es a odiarnos. Entre nosotros. Por la gracia de la dualidad que entablamos con el diablo. El demonio nos construye como si tuviera que existir una moral superior a las demás. Y la derecha lo ve clarisimo en cómo en la izquierda se erige en una superidad moral que vamos, uggh. Cayetana se mete el dedo en la boca.
Única indicación del guión. Cayetana es un personaje de ficción. No tiene porqué ser ninguna Cayetana o Cayetano en particular. Pero podría representarlos a todos. Por ser más perspicaz. Inteligente. Preparada. Liberada. De cuello largo. Entra por la puerta grande de la plaza. Directo al ruedo saluda al público con un señorial aplomo. Pinta de azul el cielo.
Se regalan 9 toros. Los nueve finalmente los torea Andrés Calamaro. Tras nueve años de alternativa. El paso del tiempo nos puestra ahora el torero, maestro, en el que se convirtió el esponténeo de la corrida aquella del indulto de Golman. Lo llamaron amnistía. Se cantó en tendido: «Qué te vote Chapote».
Nadie entendió nada. Salvo Andrés. Que salí en hombros por la puerta grande. Y volvió corriendo. Hacía atrás. Hasta la bajada de Santo Domingo. Pobre de mí. Un tipo entra a otro Bar en el que no solía beber nada Hemingway. Ahí Golman escribe una película pamplonica que le da la vuelta a la historia. Nos rebelamos con la contienda de una nueva alteración. La conmoción completa.
Espontáneo Andrés. Saltó al ruedo e indultó un toro: Golman. Nunca antes un espontaneo habría conseguida tal proesa. El pueblo pamplonica se vuelve loco. Le dan un giro golmánico a su historia. Y tiran patrás el tiempo. Desde la centralidad Elizondo. O más bien su dualidad.
El porvenir. Todo se andará. Ya tenemos todo lo que necesitábamos para volver.
Hasta aquí todo está muy bien. Pero entre estas dos antípodas podemos plantear un movimiento resiliente auntónmo agnóstico a sus idiologías. Simplemente no son relevantes. Nadie está insultando. Ni diciendo que no son ciertas. Todas tratan de aliviarnos. Y esta no va a ser menos.
Ya otras religiones han hecho este mismo camino. Nomás vamos a volver para desplegar el tiempo inverso a nuestra historia. Y de ahí planteamos el futuro como necesariamente una bajada de huevos espectacular. Hasta allá dónde sea necesario para quitarnos esta mierda del cerebro. Y será dificil al principio. Pero en un momento dado la gilipollés machista quedará como un extracto de lo que dejamos atrás. Tal día como hoy.
Reversing day.
El día de la campaña NEW.
Elecciones fuera de concurso.
El mismo día que cualquier otra.
Cualquier otra que convoque cualquier nación, comunidad, ayuntamiento, conjunto de países, que diga se abre un periodo de elección. Y nosotrso respondemos. Participamos. Co-creamos el futuro.
Eso es lo que estamos haciendo.
Eso es lo que propongo.
Votemos hacia otra posición fuera de nuestro esquema mental presente. Fuera de nuestro sistema mental posible. Algo que necesarimente necesita un agente externo. Una distorsión. Una disrupción del status quo. Esto para mí es la innovación social más importante del sistema NEW: la autoregeneración.
Sea este un momento Euroka.
EUROKA.
Mi última palabra.
La palabra 99.
Una lengua fluida.
Regida por 99 palabras volátiles.
Se mantinen sobre la votación democrática del Tico Commons.
Esta es mi pregunta de campaña. Y qué tanto vos podés deshacerte de todo, absolutamente todo lo que se ha debatido, y optar por una última opción que se cuela desde fuera: viene de Pamplona. Parece que es en forma de resistencia. Una resistencia antimicrobiana. Pero con un plan de acción. Una especie de conjura. Un giro de guion.
Un final alternativo.
La dualidad.
Una Argentina nueva.
Eso es.
Esa es.
NEWARG.
Última pregunta de las elecciones alternativas del 22/10/2023: Reversing Day!
Pópulo imposible de diregir por una minoría silenciosa del extremo de la derecha.
El mariguano vs al mamador de derechas.
La revuelta de los mamadores de la derecha.
Puros tipos con clencha, sueter de color pastel, sin calcetines, con una especie de Top Siders, claramente fuera de tiempo-espacio. Hello!
It’s 1923.
23.
This year.
That number.
GYAT.
Greatest year aight!
G for greatest.
Y for year.
A for aight!
You motherfucker die right there.
It’s a matter of time.
NEW time.
Emphasis in the NEW.
NEW.
The social brand.
You are in it.
As someone else.
That’s wataitoking about, biechas.
Biechas is the last word of the latest NEW language: Ticatalan.
Praise this NEW language.
You’ll see how funny it gets in 99 postdickdom time.
POSTDICTDOMETIME.
That’s filosofi aight!
One two three. . .
Dualism.
ALSS
Typos.
The wisdom of NEW mistakes.
Harmonizing around somewhere else.
We want NEW.
NEW’s here biechas.
Las biechas son la neta.
Pero son otra cosa.
Otra cosa que no son ahorita.
Ahoritita mismo.
Ahorititita.
Yo le escribo a ustedes.
En otro plano temporal.
En otra historia de una reunión de chamba.
¿Cómo lo vamos a hacer?
Una reunión del colectivo más común.
Me fui.
Y volví.
Mae, me econtré a dos salvadoreños, una tica, un peruano, un argentino, una alemana, una gallega, una catalana, un leonés, un madrileño, un vasco, un castellana de la mancha, un catalán con el que ejercimos el juego de representación de la Radareta. Luis y yo.
Luis y yo.
Les voy a contar una historia de una nuevo lugar.
Un lugar al que vamos a ir algunos.
A la alternativa chingada madre.
Y nos vamos pallá.
Con un argento perfecto.
En cambio, otres argentos me siguieron a mi.
Adiviná las dos naves.
El raid que se tenía en la supranave conservadora: ricos argentinos, patriotas de verdad, la high.
El ride of the NEW argentinos. . . . . . . .
La sortie de l’argento. . . . . . . . .
Nine dots parábola. . . . . . . . .
Los errores como la gracia.
El primer teorame del teorema del NOU. . . . . . . . .
Teorame y teoremas.
Los 9 teoremas NEW.
NEW.
La campaña.
La marca.
El movimiento.
La interpretación.
Una idea nueva.
La creación artística.
El modelo dual.
Las trayectorias alternativas de las antípodas de nueve status quo respecto a los nueve grandes retos del Tico Commons.
AMR
Value-based collective collaborative vehicles to disrupt the status quo bias.
Where do we place the incentives?
Where do I deliver a message?
What’s the calling?
Who’s organizing the collaborative action?
Where did you gather info?
Why is this something relevant?
Where’s the NEW value of what we are going to measure?
This is not scicence: it’s NEW value-based procurement.
En el horizonte un castillo se mantiene firme en lo alto de la colina. Su techo, el cielo, hoy pinta un gris sereno que abarca toda la cúpula superior que nos rodea. El frío por la mañana no evita que los pájaros despierten con la intensidad de sus parvadas ávidas por empezar un día más. El aleteo de la existencia bate en cada giro del grupo. Los silvidos de los cantores amenizan los ejercicios matinales. Las persecusiones y corretizas aseguran que el espíritu del día está presente con su harmonía habitual.
La vida se escucha, pese a no haber persona activa todavía. Los sonidos de mesas y sillas reubicadas dan fe de que algo se comieza a mover. Suben percianas. Ollas se ordenan. Desayunos se perfilan. La vida de pueblo tiene un orden y cadencia.
Tengo la sensación de estar en medio de un valle, en medio de unas montañas, en medio de un camino, en medio de un horizonte, en medio de un territorio, en medio de una península, en medio de una comunidad, en medio de una comarca, en medio de un pensamiento, en medio de una habitación, en medio de una terraza, en medio de un proceso, en medio de una acción, en medio de una pulsión.
No puedo escapar. Estoy aquí. Y no tengo a donde ir. Ni por qué ir. El camino a dónde quiero llegar está descrito en mi pasado, pero se desarrolla, inevitablemente, hacia el futuro. Es la encrucijada del tiempo, que una vez más, me tienta a salir. Es una trampa. Lo se. No puedo ir más allá de lo que habito. Y mi mente ha sabido habitar más allá de donde estoy. Pero no soy capaz de representar aquello que mi mente ha visto. Ni vivido. Ni pensado.
Soy un mal intérprete de lo que fui. Y peor representante de quién soy. No puedo llevar la carga de un ser inerte porque me he movido del sitio en el que finalmente fui. Y ahora no me queda más remedio que buscar. Y encontrarme de nuesvo en medio del vuelo acompasado de la parvada. Vamos a dar una vuelta. Y desplegamos el vuelo. Salimos. Y volvemos. Ha sido un ascenso súbito. Una trayectoria circular. Un estilo propio de familia.
Este valle me recuerda que un día nuestra existencia fue así. En un medio rural de unas montañas que se prestaban al cultivo. De una comunidad pequeña que tenía sus encuentros y desencuentros. Aquí. Allá. En todos sitios. Y descendientes de mi estirpe que fueron agricultores, y familia. Todo lo que ello conlleva. Entender los ciclos. Distribuir el trabajo. Entender los caminos de la vida para subsistir con la familia y el entorno. La convivencia. El bar. El vuelo.
Un aguilucho vuela lentamente suspendido, observando. Da vueltas sobre sí mismo. Parece haber visto aglo. Quizás tan sólo se divierte. Su tención al moverse no es la de los pájaros más pequeños. No tiene compañeros. Vuela con otro signo. En otra dimensión. Engalana el cielo, las nuebes, el horizonte. Se ha ido al valle del otro lado de la montaña.
De pronto se presenta un silencio. Se escuchan voces. Y un tractor. Un motor más lento, carraspeando. SE aleja. Algún pájaro insiste en piolar. Como si su silbido expresara un anhelo. Contesto. Por sentirme parte de la comunidad. Por hacer ver que estoy aquí. Por entonar una parte de esta historia.
Aquí no todos somos iguales. Y sin embargo permanecemos. No se dónde. Ni por qué. Pero en este camino hemos venido a coincidier es este pueblo. El día de hoy. Una mañana de un sábado del puente del Pilar. Huesca. Cerca del frente.
Un pájaro diverge su camino. Su camino es otro. El grupo sigue su curso. El giro le permite observar lo que otros no han sabido percibir. Su visión única e irrepetible le permite extasiarse momentaneamente en un vuelo singular. No es consciente de lo que pasa, pero un palpitar distingue su aleteo. Su mente no lo computa. Silva.
Un par de pájaros coquetean a la distancia. Uno silva una vez, mientras el otro responde dos veces. De pronto cambian papeles. Se saben parte de un hechizo. Es un juego que por siglos se ha jugado. Y sigue aquí. Sin que sepamos dar con una explicación sensata, y pese a ello, seguimos. Siguen. El cortejo de los sentidos. En sentido de existir.
Tengo otras cosas que hacer. Despertar aquí ha sido un llamado a salir. Una vez me encuentro inmerso en un pensamiento recurrente. Vuelvo a imaginar el vuelo. Lo veo todo desde arriba, en un plano zenital. Doy vueltas sobre mis mismo. Giro y giro y llego aquí. Al fin de cuentas es un día más, como todos los demás. Nomás que este día encuentro el hábito, y lo habito con esta singularidad. Presente. El castillo en el horizonte. Se abre una brecha en el cielo, sugerente, como una sonrisa.
Aprovecho para volar. A penas susurro un silvido para avisar a la existencia de mi despegue. No veo más camino que el porvenir. Me desplazo al horizonte. Me ha servido para llegar ahí. Y ahí, sin más, el horizonte se ha movido. A contemplar otro existir.
De un tiempo acá no soy capaz de salir. De salir en el sentido más actual de exponer tu expresión vital, tu pensamiento, tu opinión. No puedo entrar en el río de situaciones que lo alteran todo.
La guerra es un acontencimiento común. De todos lo días. Cada vez peor. Cada vez más. Cada vez menos velado. Cada vez más 1984.
Quizás volver sea volver a eso.
A ese momento.
En 1984 yo cumplí ocho años. De aquí allá hay 39 de distancia. Volver a ese año implicaría todo lo que queda de mi vida. Pongamos 39 años más. Y llegar a los 86. Como México 86. Y ahí desbordar el tiempo previsto. Ida y vuelta. Como una final a dos partidos. Un poco contracorriente. Nadando cuesta arriva, salvando los obstáculos de la inercia, la pendiente, la gravedad, y el impulso del río que corre hacia al mar.
2023 a 1984.
2023 a 2062.
Y ya no más.
Si sólo quedara tiempo para esto, ¿qué será de lo que pase de aquí al final?
La vida. Mi vida. La nuestra.
La comprensión de un estado de la naturaleza emergente que parte de quienes somos. Inevitablemente. Esto. Soy lo que soy y lo que me rodea.
Lo nos rodea común. Lo que nos rodea ajeno. La capacidad de traspasar las fronteras. La mutilación de la violencia como acto de autodeterminación. La necesidad de rebajar la tensión heteropatriarcal de nuestros impulsos, nuestros abusos, nuestros privilegios contrapuestos contra alguien más. Los otros.
Vivo en el día de hoy. Y no se a dónde más hay que ir. Apenas llego a pensar en otra cosa. No me puedo levantar. El tiempo transcurre de atrás para delante. Muy a mi pesar.
La sensación de que la cuestión está concluida no más que otra señal de que todo sigue abierto.
Mi seguridad y mi duda coquetean entre ellas para inhibir cualquier capacidad consciente de saber con claridad: ¿sí o no?
Sólo sí es sí. Y no es no.
No queda tan claro que la gente lo entienda.
Son cosas de un tratado lingüistico muy inicial.
Lo que sí. Lo que no.
Y toda la zona de grises que está en medio.
Cómo se transita por una vida llena de incertidumbres para las que no hemos sido preparados según el paradigma de lo que podemos o no hacer, de lo que debemos o no saber, de lo que tenemos acceso o no, de las puertas que abrir o de las que tenemos llave.
La vida es esta sinrazón que nos ubica allá dónde quisiéramos haber estado, simplemente para joder al individuo sentado en el espacio de dónde estamos justamente ahora. El pringao del multiverso particular al que sólo tú tienes acceso. Ese desgraciado. Alma en pena. Miarma.
Vaya dramas.
Uno es el propio drama de lo que acontece a nuestro alrededor. El drama sólo existe en nuestra cabeza, y es ahí en donde se despliega la más impoluta narrativa de una telenovela que no decide con claridad si ser mexicana, venezolana o colombiana.
Todas ellas son multiversos paralelos. Todas ellas responden a sus propias idiosincracias locales que le dan un carisma particular que llega a la cultura popular de aquellas historias que nos arrean al conductivismo de una clase creativa pagada por el viejo poder blanco heteropatriarcal colonialista ibéricamente peninsular.
Pero análogamente, y en un idioma dificilícimo al que nunca podremos aspirar hablar, la telenovela podría ser brasileña y tendría exactamente el carismo complementario a la trinidad de la historia contada por los blancos españoles y sus herederos en las familias que mueven los hilos de las sociedad dentro de las haciendas, que ahora llaman privadas.
La dualidad nuestra está en esas dos dimensiones familiares que Brasil y Argentina representan en el futbol para todo el contiente/mundo.
Pero no estamos hablando de futbolarte. Estamos hablando de telenovelas, de trinidades y de dualidades. Como mucho de un mano a mano. O de un subordinado pobre saliendo adelante enamorando al hijo heredero del patrón.
La historia aspiracional alrevés nos conduce a los caminos que nuestro sistema ha diseñado para nuestro saber-hacer nos permita revertir nuestras mejores intenciones según el libro sagrado que nos transmite la verdad: constitución/biblia.
Nuestro espíritu revolucionario ha sido entendido a partir de lo que nuestra conexión con la revuelta nos empodera a levantar la mano de quienes dijimos basta. Con el estandárte de una virgen. Eso es. Una virgen nuestra. Guadalupanos hasta la médula. Por intermediación de San Juan Diego. Se habla poco de San Juan Diego en España. Y mira que fueron ellos los que lo inventaron. ¿O habremos sido nosotros?
¿Quiénes somos nosotros?
No sabemos con exactitud.
Seguro que no somos ellos.
Ellos no somos nosotros.
Ellos no son nosotros.
Ellos que no vengan.
Ellas…
La vida del encomendero no es tampoco tan lapis lazuli como la pintan. Había que estar ahí. Pudiendo estar en la península. Con lo bien que se vivía en España cuando eran sólo reinos. Tras haber recuperado la identidad de una buena parte del territorio tras seis siglos de no ser nada.
Seis siglos de no ser nada. Así se pinta la historia de la conquista de los moros de la peninsula. Con una solvencia histórica de nueve pares de cojones. Se pasaron nueve pueblos. Hasta que vino la gente de las Asturias nunca invadidas, de los indígenas vascos, mercenarios épicos de la lucha contra los cátaros, de los aragoneses y cides campeadores, de los hidalgos y sus panzas, o de los escritores sumergidos en la realidad universal de aquellos tiempos que supieron revertir el tiempo de lo que había sido norma.
Nada es lo que parece. Y todo tiene solución. El tiempo impecable nos lo arrebata cuando estamos en el intento, pero qué le vamos a hacer. Seguir. Seguir aquí. En este presente contiuo. Con un latido pausado, que a ratos se acelera, según lo que pongamos en la agenda para animar la incertidumbre a toparse con la bienaventuranza.
Por ahí fueron a parar algunos que otros que cruzaron el charco. Sin pena ni gloria. O dejando la gloria. O quizás buscándola. Sin temor a cruzar el mar porque teníamos la sabiduría suficiente de los mares. De los viajes trasatlánticos. Una proesa de nuestra cultura. De la que sólo los portugueses, aquellos habitantes de la península que desaparece cuando se anuncia el tiempo en los jardines regados por la lluvia escurridiza de Dios. Dios Padre llueve sobre nosotros por lo poquito que podemos ver a nuestros propios vecinos. Los que desparecen con el tiempo. En esa manera absurda de que uno y otros nos damos la espalda. Saudade.
Magallanes no se estudia. Hablemos de Elcano.
Y así todo.
Brasil no existe.
Ni Lisboa. Palos.
Todo tiene un por qué.
Y nuestro sesgo congnitivo también.
No es nuestra culpa.
Hemos sido entrenado a pensar así.
Y yo también tengo los míos.
Como todo Dios.
Es un chiste, dijo el Dios español, español, español.
Los otros dioses no pillaban el humor español. Les parecía un poco tormes. Simplemente no le veían la gracia. En ese sentido eran más monty.
Al Dios español no le gustaba el chiste de la sagrada inquisición. No le habían preparado para el humor autoreferencial. Y se le hacía un lío la cabeza. Tanto así que le explotaba.
El tiempo pasa y uno sigue aquí.
La sagrada inquisición se fue dejando un legado subyacente en el hombre blanco macho que la que la iglesia católica, apostólica y romana profirió la supremacía de la intercolución con el Dios Padre. Muy ünö, Ël.
El temps no té només una direcció. No sóm conscients. Pero la temporalitat temporal ens condiciona amb un biax direccional: anem cap endevant. I no és pas només així.
El temps també pot tirar enrera. I és fins i tot una il·lusió que ens porta, tal dia com aviu, a pensar-hi en les gestes del passat. En com això que va passar, ara ens porta justament a aquest moment. Inevitablement.
I tot lliga. S’ens fa un nus al coll. Pensem que tot està lligat. Que hi sóm aquí per una raó més gran de la que el nostre dia a dia representa. I sí. I no. No ho sabem. No ho podem agafar amb les mans. No podem massejar amb els dits. S’ens escapa quelcom sentit que no tenim. Malaits sentits insuficients.
De totes maneres ens sabem especials. En un moment donat. «Un momento dado».
Tothom diu qué sí.
Tothom diu que no.
Quina representació hi ha ara de lo que hauriem d’esser conjuntament?
Quan i com?
I si anem més enllà?
I si renunciem a quelcome que pensem ara inevitable?
Durant sis anys no s’els ha deixat participar, diuen Junts, que no estàn junts amb el president, sino amb l’altre.
Uns i altres.
Sabem que sóm diferents.
Qué tant diferents?
Això és lo que interesa copsar.
Pero quant?
I en quins terminis?
I com fariem per fer-ho bé.
Hem esperat molt de temps.
I s’ha espallat l’status quo.
Diuen: amnistia imprecidible i inevitable. L’estat ho sap. Governs. Decidir votant el futur politic del pais. Proposta inclusiva de cóm haurà de votar la ciutadania de Catalunya. Accord de claretat. Ens conjuguem, totes, per parlar-ho. Tothom. Sense por sense vergonya. D’aquí a un temps determinat.
El temps és elastic.
I la lituratura ens permet arribar-hi ràpid. O molt lent. Amb pausa.
Pais, llibertat, sobirania, llengua.
Quatre columnes d’un pais que ja ha esperat prou.
Pero que no cal correr.
I això ho diu ún que el seu país va esser tocat per un ticatalà fa molts anys, i ho vam canviar tot.
Gràcies a Josep Figueres Ferrer avui no tenim exercit. Això no hi surt a cap de les quiniles del que esteu parlant, els que representeu la veu del poble, avui dia.
Gustau Muñoz. 1978.
Fa quants anys.
L’acte d’arrancada de l’esquerra jove independentista.
La CUP hi és.
En aquest acte es canta la internacional.
Es la part que més m’agrada després de tants anys cantant-ho.
A TV3 surt la G invertida de Golman. Cap enrrera. Fins a trobar-nos amb en Gustau. Viu. Abans de que un acte de violència d’estat s’el carregués. Al carrer Ferran. A prop d’Avinyò.
Agafem aquell acte de violencia per fer el bucle cap enrera. Mirem-nos al mirall. Des d’alla fins avui. I fem un feedbackloop que ens faci lliures. Per sempre més. Fem-ho amb cap. Amb el cap olmeca.
1714.
Ara: 2023.
1978.
2023.
2023-1714= 309.
2023-1978= 45.
Fem-ho doncs.
Fem-ho llavors.
El temps jugant conjuntament. Encara.
Renunciem a fer una sortida ràpida a un tema que es cou a foc lent.
Soc més aviat un un ós mandrós.
Agafem l’exemple d’un poble llunya, i alhora proper: Ticataluña. Fem el pas que no hem fet encara. Pero amb una temporalitat alterada. Dualitzem el temps que ens queda per arrivar-hi a temps a conjurar un futur inevitablement millor.
Això va ser a 1948.
Això va esser fa 75 anys.
Tenim que reinventar-nos. Tothom ho fa.
Adoptem aquesta visió de temporalitat particular.
No cal correr si ni tant sols sabem gatejar.
Plantejem un horitzó temporal més ample.
Plantejemp una renuncia que ens permeti també renunciar a la violència.
Incorporem un pel de teorìa de jocs. No anem tots a per la dona guapa. Anem a pel camí de las Jennis. I desarticulem la violència que permea al nostre temps, i que no ens cal arrosegar. Siguem valentes. Com ara, elles.
Amb aquesta temporalitat, la reversió d’aquest reducte d’imposició (el temps cap endevant), tirem enrera. Avui. I marquem el futur amb un horitzó temporal dualitzat.
I llavors votem.
I votem dos cops.
Fem-ho bé.
Com ara fa 45 anys, per desfer la violència d’estat que representa la mort d’en Gustau.
Com ara fa 75 anys, per desfer la violència d’estat que representa fer el lloc militarista d’entendre la guerra, l’exercit com un bé nacional irreductible. Un ticatalà ja va marcar el camí. Li posarem una ofrenda amb ell el dia que tot això ens faci caminar cap a un mon sense aquestes violències que a partir d’avui reconfigurem la redenció. Al nostre temps. A poc a poc. Bona lletra.
Pero anem a lo concret. La temporalitat revertida farà dos camins cap enrera. Per tal de construir dues generacions que han estat històriques, de cara a un nou contracte social que es pot dibuixar en aquest camí cap enrera. Ja no només del que ens representa a nosaltres, poble petit. Sino lo que ens representa a tota la societat, per introduir la resiliencia d’un sistema global que compte amb aquest planeta, que està en risc sostenibilitat que cada estiu, quant hi anem a les nostres escapdetes estiuenques ens adonem de que ja no estem tots sols. Sino que sóm part d’un baixell que pluralment mira endevant per fer d’aquests possibles futurs el nostre propi multivers: Ticataluña.
Ticataluña doncs s’escriu en dos referendums d’autodeterminació. Que tindrà dos opcions. L’estatus quo d’un procés que construirem cap endevant. I l’element de futur que representa lo que ara està sobre la taula. Pero tirem el temps molt més enllà. Perque sóm un poble madur. I ja em esperat 309 anys, si seguim la nostra pròpia lògica. No cal ara fer sprints sense pla. Que ja ens coneixem tots plegats. Ja ens coneixem totes, justa ara, quant la feminització de la narrativa ens fa veure que potser tot això també és una mica heteropatriarcal. No només antifeixista.
La no violència com a senyera. Pero ara amb un altre referent sobre la taula. Inevitablement posat sobre una taula de diàleg en la que no he participat mai. Pero perque sou els mateixos de sempre. Les quatre colles d’amics. El model de país que hi veieu vosaltres. A partir de les tradicions que ens fan mirar cap enrera i tenir totes aquests mecanismes identitaries ineludibles. Han emergit d’altres. I jo soc tant sols una veu en el vuit que no ens cansa de cerca un camí alternatiu que sigui viable en el meu petit multivers particular: Ticataluña.
Doncs apa.
Tornem al temps.
Capgirem el temps.
Poc a poc. A foc lent.
2023+Gustau = 2068
2023+Figueres= 2098
Dues generacions. Cap devant. Cap enrere.
Votacions duals.
Construim doncs el futur d’un mon resilient en emergència.
21 dies desprès de guanyar el mundial dimiteix Luis Rubiales
Aquest any el president si que va anar.
Quin president?
Pujol?
Aragones?
Puigdemont?
Mas?
Maragall?
Casanovas va ser president?
No ho se pas. No soc un nouvingut qualsevol. Sóc un nouvingut que no vol deixar de ser-ho. Mai. Potser vosaltres no m’ho teniu en compte. El meu accent. El meu origen. La meva història. La meva visió de regeneració més enllà de lo que vosaltres heu pogut copsar en el conjunt agregat de totes vostres lluites.
No vull dir que el vostre camí no sigui digne. És un poble viu que i diu coses, i fin i tot, fa coses. Ja ho dir un president. No recordo quin.
Pero qué més dona ón som?
Qui som?
Qué som?
On anem?
No se. Però nem.
Bona diada.
Les institucions han passat per Pere IV.
Institucions de tot tipus: politiques, socials, sindicals, partits polìtics, culturals, castellers, esportives, futbolartìstiques. Totes plegades. Totes al seu rotllo. Totes en filera. En columnes.