Justo antes del final: lectura recomendada
Soy un engendro ecléctico. No existo más que en mi cabeza, y ahí, justo, soy único.
No está mal. Tampoco es nada del otro mundo. La gente es así. Toda. Todos. Todas.
No hay porqué ruborizarse de lo que uno es. Uno es así, como una es así, porque la subjetividad de la que provenimos juega esta partida con cartas marcadas. Afortunadamente (para nosotros) a favor nuestro.
Pero no siempre es así. Corremos el riesgo de estar en presencia de un autoboicot. Es así. Somos así. Nos ponemos piedras en el camino que luego fingimos no ver para tropezarnos e indignarnos. Vaya chorrada. Pero es así. Es así. No me discuta.
¿Con quién habla este pavo?
Yo me entiendo solo.
Quizás con esa sea suficiente. Quizás estamos plenos, llenos de gracia, y no necesariamente por tener a ningún Señor dentro de nosotros. Quizás una misma es autosuficiente para tener la máxima gracia a la que aspira nuestro cerebro llegar. Paz.
La paz es una entelequia inventada por los gringos. A punta de guerras. No lo has entendido todavía. No se entiende ni en 1984. Aún menos si no se lee. No podemos progresar a punta de memes. O sí, si estos están concatenados en un hilo.
Los argumentos de una crónica dividos en pequeñas secciones que se rompen y se cristalizan como un ente en el que las cosas adquieren otra dimensión. El juego de estar haciendo lo que otros indagaron, probaron y pusieron ahí, en lo tangible, para que masa se revuelque en Caletilla.
Lo popular, el pópulo y el partido popular no son lo mismo. De hecho beben de distintos guiños sociales que les inhibe entenderse sin juzgarse el uno al otro, con la perpectiva contraria a la razón. Es esta trinidad en dónde se encuentra perdida nuestra humanidad. Y la culpa, es posible, que la tengamos nosotros.
Nunca nadie quizo asumir un error. Casi siempre nos pusimos en la parte en la que no resultaríamos dañados por las circunstancias. La cuestión es poder estar a salvo. Es lo que nos pide automáticamente el cerebro. Huye. Que se coma el mamut al gordo aquél, o a la criatura indefensa, pero que sacié su hambre; no-conmigo.
Egosimo. Nos corroe. Escupimos nuestros sesgos como si fuera nuestro derecho divino. Total fue lo que hizo Jesús.
¿Entre Tamara Falcó y el Papa Francisco?
El 99% del partido popular eligió a Tamara.
Crisis de identidad.
Españoles, EPÑA ha muerto: viva NEW spain.
ALLS