Hoy llovió; refrescó.

Una frase como cualquier otra.

El lenguaje es así.

Poco claro.

Poco pleno.

Poco a poco.

No se rinda.

Nunca llegará.

Ahí está.

Ahí está.

Ahí está.

Viendo pasar el tiempo…

Tú.

Mirate.

Mírate.

Parece lo mismo; no lo es.

El español medio se extravía justo aquí.

Y el español sagaz ríe.

Un tercer español, gilopollas, no lo puede evitar.

Hablemos de némesis.

Aquí los tenemos todos.

Incluso el más patán.

Justo él: el mío.

Fíjense bien. Hay dos él. Él y el. No es lo mismo. Uno, usted. El otro: artículo. Capitalismo.

Un sistema completo defindo de manera completa por siete frases.

Galó al mítico nueve.

GOLman.

Eso retumba en mi oido.

Yo fui nueve.

Yo fui nuevo.

Yo puedo ser esas dos cosas en un nuevo contexto, just for the fuck of it.

I am that guy.

I don things my way.

I will name a few. Just to start:

  1. Alex.

He’s the first nihilist I encountered where you go find them: Europe.

Pinch a song from Europe.

Make Europe likable again!

That a campaign.

Make EU laughable again. On the debut night I was suppose to host a I festival I had the guts to invent out of bloom: right here. Right now. The festival of the belonging to the edge of chaos fatally taking us on an spiral trip around the multiverse of my own desire and will, so shall I walk into it of just digg my own graveyard party.

I am Morrison in Paris.

I need not say Marley goes into motion as soon as the music plays. So there: eternity here, brother.

Let’s analyze if Bob Marley was a macho man in mexican way.

México solves the rythm. Only renouncing of being this México. Become something else. As if Bueñuel came back and portrayed with better actors a solution we had all along these years of insolence that went unheard. Yet insolence took place. Away from the bastards who took this boat, we call this mothership, GOLMAN9, that in English and for ONLY English speaking community. Call that a market.

I am here to break that too.

Only, seriously… wouldn’t you be scared of the inconsistency of the illegal wrongdoings comming from your side of the border. Really, what’s the game?

And let me say, clearly, if I may: the game stinks.

I ain’t taking the game.

I come from the outside of this shit.

I am not free of fault.

#metoo

#asam

Asam ALLS

That character is an insolent soul from nine districts of New Karachi.

I can take any given place on Earth.

As I just walk.

And score goals.

Why wouldn’t I be candidate to be the next 9 of the people. We, the people. The common people.

Play common people.

That’s how you get a mexican celebrating he paid those 99€ he paid for these Mextizo night.

And that night took place. One night. And from those nine days on the place redefined the shape of the future: surreal time.

And counting.

This is why people like my shit.

Because I deliver a new system.

Just read me.

Buy my books.

Buy my soul.

By my multiverse.

Buy my ego.

Buy my trip.

Buy my futbolart.

Buy my social cause.

Buy my highest dream.

Smell and caress the sweetest spot on our lover’s divine and sacred body. Shall I?

You need permission, dude.

You would think that’s reasonable. The normal thing to happen. How sex happens. But no. Some dudes go coocoo. Coocoo, coocoo… Coocoo, coocoo… a raven wacks twice. Life that too. You know. You know. You know. You know. You know. You know. You know. You know. You know. Somewhere we lost confidence. And fell to the inner pit. Where you, too, will fall.

And you fall.

You feel the pain of dragging yourself on the floor. So you have no trouble telling that to a dude that came up today in front of the COIB where we ranted away our vision of the social transformation that Supercuidadoras is going to bring into the table. We’ll all know. That’s the goal. A place to go. A song to sing together, PRIMA VERA. PRIMA VERA. PRIMA VERA. PRIMA VERA. PRIMA VERA. PRIMA VERA. PRIMA VERA. PRIMA VERA. PRIMA VERA. PRIMA VERA.

Una pieza de arte dual. Primero ella, Vera. Sola. Muy como ella quiere ser como ser humano libre. Donde ella quiera ir. Abráncela. Déjenla en paz. Ni se atrevan, pendejos. No quiero ser más explicito porque creo que lo captas, chiquito. Somos niños otra vez. Todos los que hoy ejercen la violencia actual. La vigente. La que nos toca asumir. Como nuestra. Y ponernos en el medio. Como agentes que lo provocan, por algo macho dentro que no es extirpable. Hablamos de un pedo genético. O quizás social. Algo que en algunos casos sí. En otros no. Esta vez esto es un suceso de ascención. Vamos a subir rápido. Y en orden. Se va apuntar quien quiera. Vamos a ejercer un derecho superior a renunciar a todas sus pinches mamadas hijos de su puta madre vengan y cómanme la polla porque soy un puto español, español, español, un puto español, español, español, un puto español, español, español, un puto español, español, español, español… ALLS.

A veces la santidad llega cuando uno es pleno.

Como en un concierto puntual del Prima VERA.

Barcelona lo habría entendido.

Dijo el Sonar desde otra capital de un mundo interconectado al arte que proveemos algunos «creadores».

¿Por qué las comillas?, preguntó una joven periodista con la cosa básica a responder para llevarnos a un nuevo estado de entendimiento, y por tanto, de ser. Ser alguien más. O en alemán: ser-alguien-más. Como pseudofilosofía para alemanes. Y que les den por culo.

Ser español me permite una serie de licencias que de no serlo no me las prodría permitir. Como la autocrítica sagaz de nuestro vil sistema. Y lo digo sin poder ser políticamente correcto porque sino ya directamente comenzaba a insultar a esos hijos de la gran puta. O sino, ¿qué, cabrón?

Uno debe saber ser mexicano. Algunos españoles lo entienden. Y lo intentan practicar. Entran en el camino criollo que siguieron los desplazados nuestros.

Pensemos en salir de donde uno es. ¿Qué nos depara el destino? ¿A dónde llegaremos? ¿Qué habremos avanzado en nuestra misión existencial de ser seres completos únicos e irrepetibles congregados en el tiempo y el espacio de quien sabe ir a los valles y los montes y las playas y las piscinas y los cines y los restaurantes y los bares y las discos y los billares.

Hubo gente que se sintió excluida tras la elección de las nueve tribus que entraban en el reality de la nueva sociedad trnasformada por el juego autoreferencial del «Makebelieve». La última red social: makebelieve.com.

Alguien más podría tener el dominio de supercuidadoras. Pero nadie más lo tiene. Sólo nosotras. Hemos esparado hasta aquí para presentarles lo que va a ser el desenlace de la historia que no supo proveer el buen Hegel. ¿Qué acaso Hegel no es alemán?

¿Por qué no sale en los resultado de Google?

¿Podrá ser que una IA se haya leído todas las ideas de los filosofos alemanes y haya decidido dejar fuera a Hegel por alguna razón? ¿Será austriáco o polaco? ¿Hay referencias nacionales que no se pueden mezclar ni en la ficción, ni novela, ni guion, ni película, ni postcinematografía: esto era una performance narcotizada por nuestra contradicción al volante de una nave espacial que nos permite este sublime vuelo a lo más alto a lo que en realidad tenemos acceso. Llégale. Ahorita, güey. No te hagas el güey. Chécale. Entrale aquí. Ves esa pinche águila comiéndose esa pinche culebra disque sobre un nopal que salió de un pinche saco de café de San Juan de Naranjo, el mejor café que llegó a las Europas ya rechidizadas. Europas plurales chidas sin los muchachos encaminados a la violencia del militarismo de esa simplificación de la existencia. Avancemos de la violencia. Miremos a otro lugar. Un sitio accesible en el bienestar general de un la colisión de fuerzas antagonistas que proveen el equilibrio entre dos grandes polos energéticos. Es evidente que usted será absorbido y atraido hacia un polo natural. No se sorprenda. Ni se limite. Usted es egoista y odia porque algo en el fondo se le ha quedado así. A todo mundo. Y todos odiamos, tantito, al prójimo. Y eso eso un pedo para las iglesias, las mezquitas, las sinagogas, las asociaciones, los colectivos, los colegas, la peña, los parses, la banda. Las güilas fliparon.

Yo soy así.

Así nací, así me moriré.

José José arregla unas cosas.

Nueve canciones para demostrarlo.

La mejor fiesta de la ciudad.

Conquistar en pleno la esperanza.


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