Newven es el nombre de la nueva Venezuela emergente. Lo primero que debió hacer fue crearse un nombre propio. Una cuestión que borrara con toda la mierda del pasado. De los dos bandos. Ustedes ya lo redujeron a un partido entre dos modelos: el suyo, y el otro.
El otro, por decirlo con respeto, y por no cagarse en la puta madre que los parió. Ellos. Los némesis. Dejemos que este caso si utilicemos únicamente el masculino como elemento que nos conecta con el plural. El colectivo representado por los hombres.
Una parte.
Como un primer tiempo. Para ponerlo en términos futbolartísticos.
Mae, mi presidente está en DAVOS explicando nuestro modelo de biodivesidad y cómo Ticataluña tiene que emerger en un nuevo orden general: New Earth.
New Earth University.
Aquí está su pinche proyecto. Esta es mi película. Vamos a presentar esto a una subvención que vence hoy. Y que no tengo bien llenados los papeles. Ni las forma del anexo 2. Una presentación en sociedad como artista emergente. Salir del centro de la ciudad y proyectarte al más allá. Hablar con los muertos. Algo muy alternativo. Muy hasta casa de la verga. Donde La Chingada tiene su hacienda.
Ahí les va una de hacendados.
¿Se había dado cuenta que compra la marca libre de un capo valenciano del país que ha nombrado hacendado por ser él amo? Usted se cree libre. Pura verga. Ya le digo yo. Creame. No lo es. Eso no se lo deja tranquilo o intranquilo. Quizás un poquito más inquietito que de costumbre. Quizás más marica. Quizás más bacano. Quizás más feedbackloopper. Quizás más postsurrealista. Quizás más neodadaista. Quizás más ultranarquista. Quizás más retrometrosexual. Quizás más erotizado. Quizás más director de orquesta en el Liceu, por ser mi teatro de barrio al cual puede asistir un soñador del barrio a presentar su obra artística en la cima de su consciencia megalómana. Cómo retratarse como más afortunado que Dorian Grey y/o Claudio López De Lamadrid.
Uno cuando habla de un marqués debe lavarse la boca con el jabón que ellos indiquen. El marqués nuevo hace el gesto de Dalai Lama infante, de seis años, dictando sobre el conocer según los vedas. Lo descreemos todo. Borrón y cuenta nueva. Su mente en blanco. Meditar es eso. Vaya. Quédese ahí. Blanco. Usted está como su mente. En su mente. En una pausa eterna. Entiende lo que es sentir la eternidad por un momento dado en el que justamente no piensa en nada. Se vacia usted ahí en lo que los hacen meditación trascendental experimentan cada mañana cuando se conectan con la energía que despiden nuestros cuerpos con aquellos que tenemos cerca y con los que nos cruzamos en la calle en diferentes circunstancias en las que este sol, esta luz, este viento, esta ciudad, este paseo por el espacio, la galaxia en las 99 trayectorias de movimiento relativo que se plantean en una última teoría unificada de TODO. ALLS.
ALLS.
ALLS lo es todo. Teoría, teorema, demostración, canto, rito, mito, rezo, ley, comunión.
Creer. Quizás con eso baste. Creer, y ya.
¿Qué más quiere?
Tome.
Chichi.
Aquí se abre el melón.
Y uno, por fin, lo ve todo por dentro.
La experiencia es única.
Sublime.
Flotas.
Solo un poco.