Pintar las paredes

Hoy es hoy.

Domingo. Creo. Muy temprano, muy temprano, muy temprano. Soy Guardiolista. Estoy listo para ganar. Entendí todo lo que transmitió al equipo en esos cuatro años mágicos de nuestro club: el Barça.

¿Estamos listos para més que un club?

Yo digo sí.

Y me afirmo en esa épica local llevada al máximo surrealismo tropical que nuestra merced colectiva nos permita disfrutar. Y le damos play. Jugamos. Ya.

Hoy.

Click.

You are my game now.

I fooled you over there at the entrance. You know it. I know it. It’s the game. I call it a seduction game. I brought you in here cause there’s something here for you. You will never know. Life after tonight will evolve forever.

I have no further promise.

The end.

Short movie script. No logic. No more explanations. Just shot. Actors. Yes. Whatever. If everyone is in on it, ALLS, why bother minning.

Gold. Steel. Diamonds. Cooper. Coltan. Silver. Bronce. Plasma. Grass.

I’m more of a grass person.

You know.
ou
And then I said nothing the rest of the night.

I take out my russian case. The filter of my joint has my name on it. I work with what I have. And if I have a gallo I light up.

9, 8, 7, 6, 5, 4, 3, 2, 1, TICO commons.

Anything you put there at the end is it. And you can make it anything you want. I wanted a way up. Not out. But I was out of the game, and the light was on, like Monaco, and I am raising an F1.

People could see me there.

I can pull that stunt.

I am a great driver.

I taught nine women.

My sister, two girl friends, five lovers, and a wife.

I can teach my own kid how to drive.

Like my uncle Chus.

He taught my cousins at the finca in Puriscal.

He was from there. And he knew how to work the land. And taught my cousins.

They are finca people.

I am more of a national park adventurer and care taker and futbolartist.

My country didn’t ask for my help.

I didn’t offer any solutions.

I couldn’t offer more that what I already have spoken to them. And we have all lived some deliverance at the final level: neverending collective laughter system.

I deliver hope, through a new game.

You buy into the game.

And make it work.

As work here is to cope.

And live.

And laugh.

And listen to Leonard Cohen.

And smoke pot.

And deliver art.

By just being there at joy.

Complete.

Wholly.

Sanidad infrafinaciada. País desarrollado. Presupuesto de país subdesarrollado. Es imposible.

Costa Rica y Cataluña. Igual a… Ticataluña.

No tuve opción. Debí elegir. No era posible en ningún otro contexto legal. Y aquí encontré mi salida. Mi solución. Mi tragedia. Mi comedia. Mi teatro.

Forcé las cosas.

Nueve teatros, decía el guión. Y en esos teatros me fumé un gallo. La policía me estaba esperando afuera.

Los túneles de mi ciudad sólo yo los conozco.

Pero el espacio público es de todos.

Y lo supe hace mucho tiempo. Y salí a su encuentro. Como tantos otros. En la nocturnidad. Y sus transfugas.

La noche nos junta a todos. Ese nueve por ciento que sale esa noche. Esa realidad. Ese riesgo. Esa diversión. Esa posibilidad de alargar la noche. Tener el privilegio.

La noche se alarga por sí sola. Cuando la sabiduría de los santos insolentes se perfila ante una noche cualquiera en la que se estaba ahí. De pronto las cosas se excitan. Y nos enfilamos a la cima de la montaña. Nuestro porvenir se ilumina. Compartido. Los santos insolentes arrastran la noche a sus límites sublimados de la nocturnidad urbana de esta nuestra ciudad: New Barcino.

El hashtag de New Barcino quién sabe quién fue el primero en escribirlo.

El tipo de gloria que aprendiz de autor latinoaméricano se formulaba para crear su literatura de mierda. No se podía ser más fracasado que el latinoaméricano insolente que vino a España a hacerse autor de literatura, buscando por todos los medios ser publicado en Anagrama. Ese es latinamerican dream. Vivir así. Pegarle al gordo. Ser una mezcla irrenunciable entre García Márquez y Borges.

Y dejas fuera a Vargas Llosa.

Por facha.

Risas del respetable.

Por ese chiste se enojó el premio nobel.

Y nos fuimos a los golpes.

El pinche anciano disque muy elegante se me abalanzó.

Y yo pal trompo, piña.

Y tacos.

De pronto ese insulto se pone de moda en una nueva capital que recupera su honorar a los ancestros locales como si los leyéramos por primera vez. Pinches putos incultos. Con un acento que asimile a un topil.

Esa broma es pasada de verga. Es racista. O estamentalista. Pero el resto del mundo que no ha sido la Nueva España no tiene por qué conocer lo que significa ser una sociedad funcionante estamental. La mejor que se ha visto nunca. Un modelo de éxito que es NO ESPAÑOL. Algunos dirían que no español, no español, no español.

Libertad de expresión.

Perros, quietos.

Hijos de su puta madre, patrás pendejos.

Repliéguense a la verga.

Ahí les va la Victoria alada.

Y un mexicano promedio agarraría, nunca cojería, un mini ángel de la independencia de escala 1:9, con el gesto más sútil de su adorable macho ibérico caliente a madres con un objeto convertido en falo erecto apuntando a un carnal al que asocia con ser un puto al que le vas a meter esa pinche vergota por el Chicharite.

El Chicharite no me pudo demandar por esa e.

Si ni siquiera iba con él.

Y Cuahtémoc Blanco con la misma estatua del ángel de la Independencia se lo mete, literalmente, al Chicharite por el cuchifril. Y Chicharite prueba la victoria alada más sublime que hasta ahora había vivido en carne propia.

Como llegar a octavos y ganar.

Como jugar el quinto partido.

Como llegar a penales.

Como ganar en penales.

Como llegar a semifinales.

Como meter un gol en el último minuto que nos da el pase a la final.

Como ganar la final con agónico temple.

Como ganar el mundial.

Con un futbolartista que lo elegís vos.

Ya.

Hoy.

Aquí.

Qué hago.

Cómpreme una pieza.

Le aseguro quee está ahí. Si quiere verla se la enseño. Pero la verdad es que inexplicablemente ha sucedido una cuestión insólita que no habíamos previsto. Las piezas se empezaron a comprar sin fotografía. Lo único que valía era la explicación de cada una. Lo que yo construí con cada una de ellas. Texto.

La obra en sí. Presentadas para su narrativa.

Aquí van las primeras nueve:

1.

2.

3.

4.

5.

6.

7.

8.

9.

Y no hay nada.

No dice. Este. Vean. Esta es la pieza. Pero ya están numeradas. El precio de mis primeras obras será mucho mayor mientras más piezas saque. Y puedo sacar al ritmo que me permita el tiempo y el espacio. Desde mi casa. Desde mi templo. Y desde mi estudio. Y desde mi ciudad. Como quien vive y deja ahí fuera lo que según dice trae con su obra maldita.

No está maldita, cabrón.

Pero es un juego de palabras que gustaba en aquél entonces a cierto tipo de comisarios. Y este fue mi target. Y me arriesgué a venderme. Pero lo hice por las vías propias. Por mis redes de localidad de quienes creamos el nuevo mundo.

Lo que había de venir.

Esto es un modelo no antes visto.

Un paso adelante que, justo este, provoca la emergencia del sistema complejos social única y exclusivamente en este multiverso tiempo-espacial: el nuestro.

La particularidad de nuestra percepción.

Lo humano de la opción.

Las cartas marcadas.

El tablero coronando un peón.

Elizondo.

Golman.

Pacheco.

El peón coronado.

La película con la que debuté dirigiendo a José Coronado.

Eso es tirar alto en las pretensiones de una ópera prima.

He escrito 99.

Esta es una más.

Mi obra está repleta de sí misma.

Es una detrás de otra: lo mismo.

Aquí se desvela. Completa.

Pero mi ficción está en camino.

Mi servicio es ante ustedes: el último pro común.

Los últimos exaltados.

Los pusieron 9€ por la cara bonita.

Los valores de mi retribución exponencial.

La salida del cero absoluto.

La cuestión es romper las normas de lo establecido.

No siempre. Algunas veces. Cuando nuestra dignidad nos lo dicta. Cuando hemos visto que por aquí no se respira un aire de comunidad plena en el regocijo del giro terráqueo.

El sol vino y nos vimos.

El día transcurrió con nuestra evolución continua saciada.

ALLS tiene un comienzo.

Una fecha de salida. Un día radical en el que se despertó el mostruo que leyó:

Mae, ticatalán, de habló a vos, vení a jugar como nuestro futbolartista a nuestra selección nacional, la herencia de lo que fue Costa Rica y Cataluña, en este nuevo híbrido social que se funde en la voluntad entre Nietzsche y Schopenhauer que nos obligamos a entender, con los cursos que le vendí a la Göete, y los recursos que me cayeron por el libro que publiqué gracias de la Ramon Llull. Y con los fondos propios de la Lengua Ticatalana. Como si en este nuevo cortijo, yo mandara con sabiduría y saciedad. La justicia social por delante se soluciona a sí misma tras resolver los esquemas de esclavitud que heredamos de nuestros amos blancos.

Punto y parte.

Pero los amos se ponen careaditos.

Que aporten más.

Y se rebotan 99 empresarios de buena familia que sabido generar el equivalente a 99 PIB de PIGS cualesquiera, por no citar a los pobles, que mejor ni verlos. Ignorarlos, como hacemos.

Y mi salida no consigue resolver el enigma del dinero.

Empiezo por otro lado. Y ponto el juego en el acceso al mismo.

La nueva norma universal.

¿Por qué elecciones primero?

¿Por qué asumir una regla cualquiera?

¿Quién manda en esta norma social colectiva compartida omún?

¿Cuál está vigente?

¿La declaración de derechos humanos?

¿Cuál es nuestra carta magna?

La actualizada. La que nos sale ahora mismo de los cojones. Que nos reinventamos una, papá.

Y tu te tata te cre. Porque está en el plan.

Es uno más de nosotros. Está liderando el cambio desde su servicio social al país. El tipo más preparado para el reto que supone gestionar las infraestructuras de una república tropial dispuesta a un sepukku social que nos pone en contacto con nueve culturas a las que aprovechamos el mundial para saludar con nuestro futbolarte.

Y como mariposas, superamos nuestro tránsito en este juego global de los estados. Pero renunciamos a nuestra incubadora. Nuestra vida está ahí afuera. Y nos vamos a llevar a sus fuerzas colectivas dualizadas en otro juego que ustedes no ven. Nunca.

Y se quedan fuera. Por elección. No cabemos todos en las antípodas.

Ustedes ganan. Nos vamos. Nos resignamos. Caímos otra vez en la trampa. Todos eran Venezuela. Esto ya lo es. Es peor. ¿En qué realidad vives?

Cuestiónate las preguntas de este primer título.

Una carta magna de un país entero que supera a México, por su capacidad de catapultarse a las alturas que sobrevuelan Huitziloptchtli y Netzahualcoyotl.

Yo soy el olemeca más mexicano de todos los futbolartistas ticatalanes.

En Ticataluña caben ALLS.

FIN

Armando Gallo Pacheco

Las cartas del futbolartista nunca se sabía cuál de sus nueve identidades acababa de ser con la que firmaba. Era un juego de último momento. Una especie de giro final, que se convirtió en una fórmula aburrida al llegar al capítulo 99.

Por eso acaba ahí. Para no matar a nadie con el intento de lo infinito.

La complejidad no es el problema. Rehuye a tus prejuicios. Acercate a las matemáticas artísticamente. La metáfora de la literatura matemática en la creación artística de un latinoaméricano en su subsistencia en mierda de la contradicción de los sistemas propuestos por los brillantes accionistas, directivos y gestores de las 99 grandes familias y las 99 grandes empresas.

El país no existe. Dejó de existir cuando el cinismo se apoderó de todo. Y las contradicciones nos pusieron a todos con la mierda en el cuello. Y sufrimos unos. No todos. Pero nos apretó Dios como nunca antes. Y le dimos la espalda. Casi todos. Y de pronto un día, vino desde la izquierda más radical el hermano mayor de Jesús de Nazareth, Pau de New Barcino.

Pau trajo la buena nueva y se viralizó.

Valió verga Pau. En tres días estaba jugando el primer partido del mundial.

Y se convirtió en palabra. Y su ficción brilló. Y se estrenó en los cines. Y se burló de la industria. Y se creó un nuevo género. Y se montó una industria propia. Se fue a Rusia a copiarle a Einseinstein. Y se acercó al precicipio, y se tiró.

Y allá voy. Este mi vuelo final.

Aquí me presento. Este soy yo. Si usted dice, este mae está loco, sí, pero a ese otro le pedimos que se vuelva loco, di, algo debe servir. El mae dice que hace goles. ¿Alquien da fe?

Esa es la pregunta.

¿Alguien daría fe a todo un país para asumirse surrealista posibilista?

El premio: ser campeón del mundo.

Tiende dos opciones. Pa que no falten.

Campeón por ficción o campión por documental.

Vote aquí.

O no. Vote aquí.

Dos opciones. La primera y la segunda.

No hay información disponible.

¿No va votar?

Compre aquí.

Compre a ciegas.

Tengo obras a estos nueve precios:

1. 9€.
2. 99€.
3. 999€.
4. 9999€.
5. 99999€.
6. 999999€.
7. 9999999€.
8. 99999999€.
9. 999999999€.

Ahí está la pirámide. Usted elige. Usted la va a pagar. Como Gaudí se financió para su nuevo templo. ¿Con qué vamos a llenar las iglesias?

El tema es cambiarlo todo. Empezamos cambiando las iglesias por pirámides.

Este es mi tributo a las civilizaciones de mi continente, renovado y asumiendo su estrechez europea como un símbolo de orgullo y servilismo, como si las cadenas todavía nos gustara llevarlas puestas en el cuello. Con los pies atados, y las manos cogidas. La violencia en México está en el límite. La reivención es un mito completo que inunde tode lo demás. Asumiéndo que hay que salir de aquí corriendo hacia una transformación que nos vincule más con el espíritu de nuestro antepasados que ya nos los explicaron en su sabiduría con la tierra que pisamos y la simbiosis de las especies en una actualización continua de Gaía a partir de la conservación que llevamos de la naturaleza que hemos decidido proteger en nuestra humilde y grandiosa capital del último procomún que se presentó a unas elecciones globales de consciencia.

Sean estas, las mías, las primeras.

Como no hagas algo que no exista, que te imagines tú, y que mantenga el espacio que transitas con la certeza de que aquello que soñaste que podía ser cambiado, ahora, gracias a más fuerzas que las propias, que tan sólo sumaban nueve, llegamos al nivel máximo de los placeres: 999999999.

Título de mi libro en mi primer falso Sant Jordi, festejado, como cada año, nueve días después del día de Sant Jordi. El fake se comió al verdadero. La ciudad en pánico.

Ser tomados por alguien de afuera siempre acojona un poco.

No somos revanchistas.

Nos fundimos en el procomún gracias a los antiguos griegos y los filósofos alemanes.

Solo nos centramos en esas aportaciones para nuestra tesis del procomún que se deriva del futbolarte.

El nuevo sistema está en tela de juicio.

Ahora es el momento para juzgarlo.

Se estirarán los límites. Al menos nueve. Al principio. Y luego todos.

Por abarcarlo todo.

Quiero todo: y lo tengo.

Aquí está.

De allá vengo.

Allá voy.

Estoy ahí.

Desde hace rato.

Debo volver a México. La nueva capital me llama. Hay que transformarla. No está en manos de nadie. Es la mejor época para asumir la construcción de una emergencia colectiva de la banda. Nos están viendo las caras. No lo queremos ver porque asumimos que somos unos. Los otros, otros. Pinches nacos.

Ese es el México que veo.

Y no mames.

Es mucho más.

Obvio.

Luismirrey.

Mira qué historia.

Chulada.

Los fresas también somos personas, cabrón.

Y leemos biblias.

Y a veces libros.

Pero no tanto como ellas.

Somos más pendejos.

Mucho más.

Son de la verga.

Y algunas niñas fresas no lo quieren ver.

O lo ven, y les vale verga.

Son guapos y ricos.

O sólo ricos.

O sólo guapos.

O sólo pendejos.

Pero una banda en la ciudad no se cree ninguna de las ideologías y se tira a espacio urbano a liberarlo con su insolencia. Y nadie les tose. Porque son banda liberadora. Son la neta de la ciudad. Y se comen las noches del sur, del centro y del norte. Como si el este y el oeste no contaran. Van en otra liga. Hasta que llegó esta otra banda. La posibilista. La multiversalista. La sociedad artística. La que se vió reflejada en nuestras contradicciones duales que nos acosan por ambos lados, con vívidas historias de nuestros mejores ilustradores y narradores de otra cultura. La nuestra. La chida. Internacionalmente asumida. Revertida a un caos divino que se desborda de los límites abarcándolo todo. Pleno. Orgasmo. Uno ya no existe pero en el colectivo ensímismado todos cupimos entonces. Al menos durante un tiempo infinitamente feliz. La exclavitud esperaba contenida y satisfecha de tenerte de vuelta para producir el capitalismo sostenible que nos permitimos recontraformular.

Meritxell Batet era compañera de Mertixell Cucala.

Entre las dos Meritxell.

La foto de familia.

Mi familia duerme. Y yo creo.

Creo en el futuro.

Creo que el futuro ya llegó.

Hace tiempo que creo.

Y ahora sólo necesito dejar de creer y desvelar.

Como 99 parábolas.

Todas a gol.

Mi única intuición.

GOLman

#golmanselección

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