Nick Cave number 92

Every road comming to Barcelona is marked in the kilometer 92 with a sign: Barcelona 92. It was a marketing approach to a transformation time. An event that would mark this urban capital for good. And for bad. But I really meant for good, in a sense that it changed it completely. Not that it was all entirelly good. I am clearly overexplaining for the ximpler soul. You know who you are.

Barcelona has a connection to serveral numbers. Nou. One of the them. Uno, another one. 14. 4. 11. 9. En fin. 1714. Ya paro. No quiero ofender a nadie. Cosa dificil hoy en día. Este pueblo tiene la piel muy fina. Y tersa. Y salada. De mar. Mediterraneamente malamente. Featuring Rosalia. O Nicky Minaj. O ambas. Reinas. Junto a este nuevo rapero en la capital transformada de sus urbanidades ya sublevadas. Su fuerza me acompaña, y ahora me acompasa con su poesía. Y su delineada estructura de baile y ritmo NEW.

Si el nuevo modelo pretende estar completo debe tener un ritmo propio. Un ritmo NEW. Es un llamado al arte. Al futbolarte.

Nick Cave me mandó un mail. Era su Red hand file #92. No es que Nick me quisiera decir algo, sino que me suscribí a su newsletter. Y a veces me llega y a veces no. Ni yo se por qué. Pero esta vez lo abrí y me quedé con esa paz plena a la que uno puede aspirar. Orar es llegar a concluir un plegaria. Y esa plegaria no es únicamente de los religiosos. Ni siquiera de los que tienen fe. Los que no tienen pueden llegar al mismo climax. Léanlo. ALLS.

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