A veces no tienes nada más que hacer. Y pues te sientas a escribir. ¿De qué? De lo que salga. Y no hay más. Es un cuento que te explicas a ti mismo. Por empezar a relatar sin tener más pretensión que escribir. No contar una historia y una polla. Sólo escribir como ejercicio. Como quién hace lagartijas mentales para tener la mente ágil. Eso es lo que nos decía Gustavo Preciado en la clase de Álgebra Lineal a los matemáticos y actuarios que estábamos intentando entender lo que todo aquello significaba.
El álgebra lineal es el primer lugar inóspito al que aterrizas en las matemáticas avanzadas. Hay quién puede decir que antes está el cálculo. Pero no tiene el mismo grado de abstracción. Es una categoría troncal que amerita un capítulo completo de un abismo que tiene al menos nueve dimensiones dentro de sí. Lo sabré yo que la tuve que llevar tres veces. Una de baja, una reprobada y la buena. En todas ellas entendí una cosa nueva que no se había mencionado en la anterior. Y poco a poco fue cuajando un concepto muy potente de la metáfora del álgebra lineal en mi vida. Y en la vida de cualquier matemático. Para toda equis.
Los médicos pueden tener diferentes momentos en los que se sienten sumamente especiales. Serán las horas que deben atender a aprenderse de arriba abajo la anatomía humana, o las horas de estudio de la biblia que explica toda la medicina, o cuando finalmente aprenden a investigar, el método científico, hacer preguntas y los fundamentos básicos de la estadística. Los médicos tienen momentos de interconexión con toda la humanidad. Todos nuestros órganos, las funciones básicas de nuestro organismo, los procesos integrados de un sistema complejo único: el ser. Tangible como intangible. La salud mental. Dividido en partes como un órgano que no se conecta con ninguno otro. Un saber específico de ese instrumento de la naturaleza para ejercer una función a base de procedimientos repetitivos, autónomos o dependientes. De alguna u otra forma el funcionamiento de nuestras vidas pasa por la base teórica general de un médico, que luego profundiza en el saber acumulado que debemos entender que se encuentra en este punto exacto para el tratamiento y la prevención de enfermedades que afectan directa o indirectamente al funcionamiento adecuado y cotidiano de un subconjunto de sistema complejo biológico que sigue la información de la genética y la adaptación continua a lo que nos sucede a nuestro alrededor. Al mismo tiempo viajamos en el tiempo y el espacio zurcando el multiverso en varias dimensiones distintas, no conflictuadas entre sí, sino en plena armonía y comunión. La plenitud pramática de un nuevo tiempo se encontrará a partir de la autorganización de nuestro sistema complejo social que se debate en la dimensión al otro lado del espejo. La metáfora me supera, pero debo regresar al sitio del que salió inicialmente esta idea.
….noo, no, call… todo vuelve a empezar. Ligeramente dstinto. Mismas dinámicas. Nunca nada es igual. Ni totalmente nuevo. Simpre, sin dedua.
ALLS