El/LA OTRO/A

El/LA OTRO/A es un partido político derivado de un sueño. El partido surrealista de NEW Spain. PSNS. Las siglas van dando vueltas. Se trata de un agente dinámico de la sociedad NEW. Que toda ella, en su conjunto, y en comunión con la vibra sagrada, se funde en una NEW society. O bien, en el NEW world.

Esto no tiene sentido, decían algunos. De ellos también será el reino del presente. El aquí y ahora. De momento es todo lo que tenemos. Ya seas un mendigo en la calle en la que ahora ya no hay gente que te ingnore. Sino pura caridad. O preocupación, ahora sí humana, para que no te de el coronavirus. Y lo puedas contagiar. Hay personas que valen más en estas circusntancias. Y otras, que valen menos. Es juego cambiante de nuestra indiferencia.

DIOS Padre se presentó a las elecciones con este nuevo partido. Al tio le moló la propuesta. Ay, Dios Padre, ya no se dice mola. Eso lo dicen los abuelos y las abuelas. Ahora se dice ________. Los tiempos cambian. O más bien, están-an cambiando. Ya sabes, como la canción del nobel de literatura.

Enrique Vila-Matas le pregunta a un guardia de serguridad de un panteón (al que llama policia), que si está de acuerdo o no con el nobel de literatura de ese año. O quizás le está preguntando si coincide cada año con el nombramiento del nobel, si acaso cada año se indigna de que no se hayan dado a _______, o a __________, que siempre están en las quinielas de los que los han leído, y los consideran unos/unas Dioses/as. Y por tanto, se quejan, en público, o en el Frankfurter hof, para dejar claro, ante las personas que te juegas el tipo para (re)conocernos como la gente culta de este vulgar mundillo.

Vila-Matas asume un riesgo en directo, como todos los autores que han conseguido tener un séquito de lectores: introducir un tema polémico que nadie se espera. A riesgo de parecer un snob que le tira con saña a un policia un clavel envenenado con esa mirada que el otro asimila con recelo, y que ambos, identifican de ida y vuelta: el némesis. El otro también es el némesis. Y eso, de alguna manera, lo debemos asumir. Y hasta cierto punto, los autores, junto con los editores, ya lo han asumido. En su elección vocacional. En la decisión en la que han puesto el dinero donde se encuentran sus bocas.

El/LA OTRO/A utiliza esta conexión en directo del año 11 para ejemplificar a los unos y los otros. Por diferentes motivos. Por un lado, es culta. Es decir, se trata de un video que revela que dos tipos que hablan español pueden tener sus batallitas en Nueva York, aún sin hablar el idoma. Eso pone al culto en un sitio de discontinuidad. Es decir, le da un rol de actor secundario que debe sobreponerse a una situación que está por encima de sus posibilidades. Y desde esa postura, debe asumir el trasncurso del día, con un cansancio que le vencerá en un momento dado, y quizás le mate. Por otro lado, se trata de un trance social: una borrachera en otro contexto psicosocial. Beber en esas circunstancias habría sido asumir un seguidismo que le habría generado un vacío existencial mundano: la anécdota sería más convencional. Lago había prometido que vendría con un amigo escritor que les volaría los sesos. Un tipo verdaderamente fuera de serie, ya lo verían. Los americanos saben que los insolentes que vienen de otras tierras son los que verdaderamente manejan discursos alternativos surrealistas. Como beber agua. Así nomás, sin gas.

Yo tampoco bebo agua con gas. Y también un día me acerqué a Vila-Matas, nueve años antes, la primera vez que acudimos a unos premios Herralde, en el St Rémy, en la calle Iradier. Acudimos Quique, Toni y yo a nuestro primer evento literario en Barcelona, tras haber sido invitado por Paula, a quién había conocido en el primer desembarco de Sexto Piso en Frankfurt. Era el año 2003. Había sido comisionado para establecer un contacto directo con Vila-Matas para coordinar la presentación de un libro que había publicado con Sexto Piso: El viento ligero en Parma.

Nuestra presencia jovial en dicho evento contrastaba con las primeras espadas del mundo del libro que acudían al saludo del patrón, don Jorge, y que se conocían los unos a los otros. Quizás hasta se habían leído. Se percibían otros secuaces pertenencientes a esa calaña latinoaméricana que siempre se cuela en los eventos literarios cuando desembarca en Barcelona, persiguiendo quizás la sombra de los Pitoles y los Bolaños. Bolaño ya había muerto. Sus historias resonaban todavía en el salón. Y nosotros ya habíamos encontrado nuestro lugar en la periferia del Iradier: el segundo piso, del otro lado de la barra.

Mi única obligación laboral esa noche era hacer contacto con Vila-Matas y coordinar los pormenores de la presentación del libro. Recorrí el salón en busca de Vila-Matas y me acerqué a incordiarlo mientras hablaba con Rodrigo Fresán, a quién tampoco conocía. Me presenté como respresentante de Sexto Piso en España para preguntarle cómo le gustaría hacer la presentación. Había pensado que quizás podríamos hacerla en el FNAC. Ignoro por qué en aquél momento aquello me pareció sensato, pero él rápidamente me corrigió y me dijo que debería ser en La Central de la calle Mallorca, que era más apropiada para el tipo de autor que era él. Ante lo cual no tuve ningún inconveniente. Había conocido a Antonio ese mismo año en Frankfurt. Y además me gustaba mil veces más La Central que FNAC, pero en fin. Me preguntaron por el nombre de sexto piso, y fue entonces cuando expliqué la historia tradicional: «fue en una borrachera que uno de los fundadores lanzó una frase categórica: prefiero tirárme de un sexto piso a _______.» O no se si conté la versión que dice que estaba tan crudo que prefería tirarse de un sexto piso. La verdad es que la versión oficial también da vueltas. Pero se sabe su origen: Percio. Percio, Lu-percio.

No hay personaje capaz de sostener frases célebres contundentes con más gracia que Rafa López. El origen nominal del proyecto editorial parte de una de sus frases en esos momentos en los que las amistades se funden. Y son esas relaciones las que se consolidan con gestos únicos e irrepetibles. En la base de un proyecto editorial que acaba de cumplir la mayoría de edad, la frase de Rafa se mantiene en la cúspide de las anécdotas. Vila-Matas y Fresán parecieron satisfechos con mi breve historia fundacional de una editorial mexicana que se abría paso en las grandes ligas. Vila-Matas mencionó que él vivía en un sexto piso. Fresan puede que haya dicho alguna cosa más. Y ya no hubo más que decirnos. Por lo que acabé mi intervención con un protocolario despido y con un recordatorio de que ya nos pondríamos en contacto para coordinar la presentación. Me retiré y nunca más nos dirigimos la palabra.

Cuando no cruzamos él sigue desconociendo quién soy yo. Así es mientras la gente no te conoce. Y en los diferentes mundillos de cada ciudad la gente se tiene vista. Muy vista, dicen. Y así nos damos cuenta de los limitado de las esferas que gozan de los elíxires de la existencia. La denominada «Buena vida». El «éxito».

El éxito de quién consigue dedicarse a su pasión y conseguir flotar en la superficie del mar. Y dejar de perteneces al mundo de los que mantinen la cabeza bajo el agua. No es un salto trivial de nuestra historia. De hecho no es un salto trivial de nuestra sociedad. Es un hecho evolutivo que nos interpone el espacio privado, seguro y familiar, al espacio público. Ese sitio allá fuera. Ese sitio en el que no estamos. La calle. La plaza. La playa. La montaña. El parque. La tienda. El restaurant. El bar. El campo.

Yo quiero salir a estar en esos nueve espacios transformados. Y sólo voy a llegar en la cumbre si el pueblo NEW me sigue al sitio en el que nos acaberemos de encontrar: ALLS.

No es acaso este el espectáculo que estábamos esperando.

Abran sus ventanas. Salgan a las 9:09. Y den la bienvenida a este nuevo tiempo. El mundo de los que transitan YA al mundo de los cielos: presente.

Se oye su nombre.

Usted contesta: presente.

Aquí estamos.

Así.

ALLS

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