En tiempos de Shakira y Piqué

Golman se presenta como futbolartista del Carmelo aterrizado en el monte sagrado renombrado

Un H2 puede ser largo. Inclusive poco claro. Sólo está ahí para llamar la atención. Entre lo que hay y lo que hay que hacer. Leer. Seguir. Persistir.

Efectivamente el 99% de las lecciones sobre el NEW liderazgo serán meros plagios de gente como Guardiola, Cryuff, Marsé, Díaz Álvarez, Monge, Rabasa, Paolini, Felini y Buñuel.

Con esos burros arriaré.

¿Arrear o arriar?

Qué aburrido. Estoy a 9 nanomilésimas de segundo (fuck segundos, imaginar otra medida del tiempo………)

Si queremos algo NEW debemos ir a donde no hemos ido. Es una reflexión idótica. Pero reléala otra vez: si queremos algo NEW debemos ir a donde no hemos ido.

Y de pronto, tras leer la frase……… ahí estamos.

Estar ahí.

Estar aquí.

Presentes.

Las antípodas de ausentes.

Es fácil.

Todos tenemos acceso.

Vívelo.

Re-vivelo.

Soc ticatalàrgento.

Soy múltiples cosas pues.

Y tú, tú mero, así así, tal cual eres ahora, puedes ser-ho.

Como una lengua nueva.

Como un paradigma reconfigurado.

Una nueve medida del tiempo. Por alterar al segundo. Y segundo pica. Ya lo tienes. NEW nemésis.

ALLS

¿Qué sentido tiene?

El pensamiento primigenio de un ser a los 9 años

Pensar. Reflexionar. Tener tiempo para no estar ocupado en la vorágine del día a día.

El día a día funciona. Ha sido así siempre. Es lo que nos sacaba de las cuevas para salir a cazar.

Nos imaginamos a nuestros antepasados con un poco de displicencia.

¿Qué quiere decir displicencia?

A veces hay que tirarse a la piscina.

Usar una palabra que no estás seguro que sea este el sentido establecido por la academia rectora.

La academia existe.

También la uni.

Y mérito.

Y los privelegios.

Y el clasismo.

Y el racismo.

Y el heteropatriarcado.

Y el Hijo de Dios en la Tierra.

¿Quién eres tú para dudarlo?


Fin de la lectura.

Es tirar la bola hacia delante.

Yo me encargo de convertir esas bolas en goles.

Es mi especialidad.

Lo convertí en un arte.

En mi arte particular.

Mi manera más noble de ver-vivir la vida.

Es todo esto que se encuentra ahora en una narrativa autobiográfica que viaja en ambas direcciones del tiempo y unos espacios-temporales multiversales.

Sea la multiversalidad mi tema de estudio.

Y todas mis reflexiones el ÚLTIMO testamento.

Escrito por Dios Padre que lleva 99 días habiendo ocupado mi estructura cerebral para transmitir, siempre según ÉL, que escribe y dicta a la vez, en un acto de desconfianza, de no saber delegar, que lo ha traído a Él mismo a bajar aquí: abajo.

Sean ustedes una de dos cosas.

Usted elige cuál será primero.

Eliga como ser libre o como esclavo.

Usted decide por dónde empezar.

De un lado hay verga.

Pero hay otro.

Ésta, y no otra, es mi innovación social.

Mi momento Eureka.

Me acaba de caer una manzana morada.

La manzana del último árbol NEW.

Si en el momento justo antes a la extinción alguien tiene un botón que nos evite el rídículo, lo único que hay que hacer es activarlo. Hacerlo fácil para que alguien, cualquiera, haga el trabajo. Ni más ni menos que darle a un botón. El botón de Golman.

Cada que usted aprieta usted alimenta mi estámina para acuidir al objetivo: el gol.

Hay historias en Vancouver, Los Ángeles, Silicon Valley, Hollywood, NY, NEW orleans, y darle al botón, y rescatarla todas ellas, a un estadio entre aquí, el presente, el aquí y ahora, el leer esto juntos y juntas, como una plegaria traida directamente desde el cielo que trajo el mismísimo hijo de Dios Padre, que bajó del cielo para jugar el mundial y hacer la épica futbolartística necesaria para cautivar a un pueblo reconfigurado sobre un espacio ulterior unas cuantas dimensiones más allá que sólamente el futbol, y unas otras, no necesariamente las mismas, ese espacio colectivo cocreado de una sociedad dirigiéndose hacia el trayecto hacia nuestra curación garantizada por el acto revolucionario de asistir juntos a una recomposición del noúmeno.

Un noúmeno en minúsculas. Por bajarle de huevos.

Esto lo va a leer todo Dios.

Y por tanto es para todo Dios.

Y Diosa.

Todas las diosas.

Presentes.

En un círculo de poder.

Ellas, solas, juntas, hiperconectadas con la manera femenina de ser-estar en el mundo. Eso que siento acá. Acá cuando soy conscientemente mujer. No por mi simple biología, sino por esta conexión con un género entero que hasta ahora no había tenido la voluntad ni capacidad de unirme en una armonía religiosa que subsiste más allá del plano en el que se le quiera describir, o vivir, intensamente, como un coro aprendido por la repetición de una lectura que nos dio una mujer que sostenía un libro y nos lo leía en el aula del primer tránsito a los nueve años.

Vamos a darnos la vida que nos merecemos.

Permitámonos crear un alter ego pragmático que pueda albergar todo el valor que el sistema promueve que podamos diseñar de la manera más sana y resiliente que pueda educar y dar pie a una comunión y autorealización más allá del egoismo de nuestro ego enfocándose única y exclusivamente en mi puto bienestar más allá de todo, todas, todes, los vecinos, la familia, la pareja, la hija, el hijo, el primo, la sobrina, la prima, la tía, la prima segunda, el abuelo, la abuelita, Vicenç, que estás en el Cielo, Santificado sea tu NOMBRE, lleno es tu recuerdo en cada anécdota que explica lo que vivimos juntos, el viaje a Costa Rica, el viaje con el que habías soñado ir a las antípodas desde esta perspectiva de un ser de luz como Vicenç als nou sortint del numero setzse del carrer Petritxol, per tirar cap l’esglesia del Pi, a fer d’escolaina al pare Chunuk, el jesuita del Pi.

El pare Chunuk era un sacerdot de Mèxic agraciat per esser un soldat de Christ, a més de pertanyer a la seva companya. El llegat d’una religió recau en els sacerdots de la mateixa? Qui ho diu? Es diu molt que Benet XVI fos un gran mestre de teologia. I podria esbrinar fent una lectura crítica de lo que va dir el bon Bent ara que ha arrivat al cel i el DéU Pare Nostra m’ha ordenat que li escrigués un discurs que després vindrà ell i ho vendrà com seu. Això va així. Vos no potser tant inútil per no haver-ho pensat abans, pero el nivell en el que Déu Pare Nostre Senyor va voler demostrar que ÉLL no era només un mascle ibèric heteropatriarca perque li vingués de gust ni res, pero ha estar una gran cop d’efecte en la entesa que he volgut que sintesiu en tota la seva inmensitat, lo que hem estat, no veguis la historia que tenim totes i tots darrera nostre: el pasat eternitzat.

Si el botón aquéll és especial és només per l’efecte de premer aquell botó, just en aquest moment.

Tres días antes del mundial

  1. anunciación
  2. entrenamiento
  3. estamos en la mierda
  4. Mira qué gordo estás.
  5. Claro que no se puede.
  6. Se puede con la versión de la parte románica, apostólica y católica.
  7. Los techos del Vaticano, sus esculturas, sus pinturas secundarias, sus jardines, sus patios, su Ospedale Bambino Gesú, io, a viamo si questo ani guanyavam el mundial.
  8. Supuesto italiano abrazando el lado macho de nuestra herencia histórica romana, para toda equis. Más allá de la capitalidad de nuestra historia común. Roma representa la ciudad a la que españoles que venía de Barcino para hacer pleitesía a la vida mediterranea de esta particular versión de nuestro porvenir universal. Vivos y muertos. La memoria de nuestros derechos adquiridos como familias, instituciones o malnacidos contendiendo el mercado dulce de la perversión de los hombres a cargo de la mascarada. Charades. Cada país con la suya. El secreto de los señores sullitos. Señoros Sullitos. La NEWSS.
  9. Sea Golman de las características que el personaje atienda, a como le dé el cuerpo, a competir los últimos nueve partidos de su vida, para meter los últimos nueve goles que trae en la chistera. Dejemos que Golman nos baile la Peluca, queremos que Golman nos baile la Peluca, queremos que Golman nos baile la peluca, queremos que Golman nos baile la peluca, Golman nos baile la Peluca, queremos que Golman nos baile la peluca, queremos que Golman nos baile la peluca, Golman nos baile la Peluca, queremos que Golman nos baile la peluca, queremos que Golman nos baile la peluca,……… Peluca por aquí Peluca por acá, peluca por delante y peluca por detrás. Se escuchaba en els estadio de Qatar, en perfecto ticatalán, este cántico que se acabó por convertir en religión. Futbolarte. Género y derechos de autoría para su explotación ante un mundo libre en el entendido de entrar a empezar un nuevo pinche juego que le quite el balón de las manos de esos pinches puercos.

La redención del arte. El último libro de Golman. ¿Te lo vas a perder?

La NEW editora de Golman

ALLS

De regalo: Viernes

El libro de Fernando Solana Olivares

En mi infancia México me permitió hacer un chavelo vergas. Me explico: a los seis años mi familia se mudó de San José, Costa Rica, al Distrito Federal, México. Corría el año de 1983. Era un salto cuántico que ninguno tenía previsto. Para todos significó ampliar las miras de lo que hasta ahora era el mundo.

La experiencia quedó marcada por un gesto muy simple: la despedida de un aeropuerto internacional Juan Santa María, al que se dio cita toda la familia Elizondo y toda la familia Cordero. Es posible que algún Morales o algún Trejos (Yeya, sin duda) también hicieran acto de presencia. No menos de 40 personas nos fueron a despedir a lo que sería el primer gran viaje de salida, por aire, que mi familia, y yo, emprendimos.

Al llegar a México la dimensión del aeropuerto ya marcó la pauta. Cuando se atraviesa por primera vez el valle de la Ciudad de México te cambia para siempre la perspectiva de lo que hasta entonces conocías. Sin duda, Cortés tuvo que haberlo vivido, quizás no con la misma inteligencia emocional que Bartolomé de las Casas. Instintivamente, me tira más asimilarme con Bartolomé, porque de manera natural, como lo explica de manera brillante Enrique Díaz Álvarez en su último libro, La palabra que aparece, tenemos tendencia a querer estar del lado bueno de la batalla dual. O de una manera más sesgada: queremos estar del lado del ganador. Nos gusta ganar. Así seamos acarreado por la masa espermatozoica que tira hacia la conquista de la penetración sublime del óvulo que nos trajo a todos aquí.

Para un mexicano no hay duda. Si tienes que escoger entre Hernán Cortés y Bartolomé de las Casas, ¿a quién escoges?

a) Hernán Cortés

b) Bartolomé de las Casas

c) No se quién son. (vale como No vale / No se acuerda)

La opción múltiple es una manera de aprender. Examen tipo test, le dicen en España. A veces nos llama la atención la «Madre Patria». Y la amamos/odiamos como amamos/odiamos a los gringos. México es así. Dualizado por su raza entremezclada: águila y serpiente.

Si la profecía hubiera dado lugar a una cuestión extraordinaria, la serpiente se estaría chingando al águila. Ahí sí entonces podríamos decir que los mexicas se hubieran chingado a los españolitos. Pero no. No fue así. Nuestra historia es distinta. Otra cosa es: ¿qué quieres tú creer?

Al salir del aeropuerto y dar un paso al frío invierno de 1983 percibí una magnitud que nunca antes había experimentado. Frente a mi había un mosaico de espectaculares que anunciaban todo tipo de bienes y servicios de la gran ciudad capital de nuestro continente. Aquello fue un salto a una modernidad que no había visto desde mi perspectiva tropical infantil. Metí la mano en el bolsillo de mi pantalón y saqué un puñito de maíz. Abrí la mano y lo regué tantito en la banqueta.

Mi niñez pues, se desarrolló en este nuevo concepto. Origen tropical, actualidad mexicana.

Chavela Vargas hizo un viaje semejante, años antes. Su transición la hizo en solitario, a otra edad, y sin su familia. Su familia de hecho la empujó a irse. Y el país, mi país, en parte, también. Y en México recibió la acogida de una gran urbanidad capital, en la que un ser que transita en las periferias encuentra terreno fertil para renacer. Y Chavela renació de tal manera, que se hizo mexicana. Porque los mexicanos nacemos donde se nos da la rechingada gana.

Yo también me hice mexicano. Fue sin querer queriendo. Mi primaria me define, como al resto de mis compañeros del Héroes de la Libertad. Primero, como coyoacanense. Luego como miquelangeldequevedista. Y de ahí pal real.

Yo vivía en aquél entonces en el Barrio del Niño Jesús. Y mis amigos vivían en círculos concéntricos que se alejaban del Héroes hasta los límites entre calzada de Tlalpan, Insurgentes, circuito interior y la UNAM (el campus entero), ya que tenía amigos que vivían en la Villa Olímpica. Ese fue mi primer ecosistema.

Uno de mis grandes amigos, Diego, tenía dos casas. Sus padres se habían divorciado. Ambos vivían en Coyoacán. Su padre en una casa colonial, y su madre en una casa en la calle Paris, frente a un campo de futbol municipal de tierra, de esos en los que la porterías no tienen red. Coyoacán es una ciudad en sí misma. Como Tlalpan. Los pueblos de la periferia. La cultura propia de las colonias en México también acarrea lo que aquí se produjo desde que todo cambió.

Cuando eres pequeño, entre los siete y los doce años, vas conociendo los hogares de tus amigos. Esa parte formativa ha sido para mi un deleite insustituible de bondad y acogida por parte de los referentes que marcaban la vida de mis compañeros. Cada uno vivía de maneras distintas, y ninguna era exactamente como la mía. Yo venía de fuera, para empezar, y no teníamos familia. La hospitalidad mexicana, pude aprender, te abraza con sinceridad y te abre las puertas. No me extraña que Chavela haya aterrizado aquí y se haya convertido a mexicana. Quién hace este zambullido queda por siempre transformado.

Al inicio de la pandemia, justo cuando estaba en el ferry entre Barcelona y Menorca, emergió con potencia el grupo de whatssap más grande de los que tengo: el de mis compañeros de generación del Héroes de la Libertad. Nos reecontramos y saludamos en un éxtasis colectivo que fue muy particular.

Diego no estuvo en ese proceso. Hasta hace pocos meses, en los que mi gran amigo Rodrigo Santos, ilustre miembro de la palomilla, lo metió. Diego entró con ese flow potente y singular, con un humor demencial, y una tendencia deliciosa al límite del caos, y como vino, se fue. Nomás conectar, también conectamos en privado, y ahí pudimos reencontrarnos en petit comité. Pudimos reconectar rápidamente y volver a establecer la reconfiguración de cómo habíamos evolucionado, y con ello, nuestra amistad. Le compartí mi página web, cosa que no he hecho, del todo, con casi nadie (hasta el 25 de diciembre del año pasado, en el que renací con el nacimiento de esta página «en sociedad»). Su lectura me volvió en forma de un feedback muy sentido y bonito, lleno de cariño, sorpresa y gratitud, cosa que agradecí muchísimo. Y luego me pidió una cosa: ¿lo puedo compartir? Ya estaba listo para salir, así que le dije que sí. Qué claro. Y así lo hizo.

A los pocos días me contó que lo había compartido con la pareja de su madre, Fernando. Me contó que su madre y él me recordaban de aquellas veces en las que tuve la fortuna de ser invitado a su casa a jugar, comer, en los que uno pone en práctica las lecciones aprendidas que nos han dado en casa para saber cómo actuar en las casas de los demás. De ahí mi predilección por Casas, aunque por esa misma regla de tres, también podría haber tirado por Cortés, porque la cortersía en las casas de mis amigos siempre fue mayúscula.

Diego me contó que Fernando escribe una columna en Milenio cada viernes, y me la compartió con ilusión. Se ofreció a enviármela cada semana, y desde entonces así lo ha hecho. De pronto estábamos leyéndonos mutuamente. Y la conexión ha sido espectacular. Desde entonces estoy viciado a las columnas de Fernando, que me sigue enviando Diego religiosamente. Fernando le pidió a Diego que le enviara mi dirección. Y hace unos días recibí un libro suyo en el que se recopilan los artículos de su columna «Elitismo para todos».

Tras unos cuantos Viernes, el formato me tiene más que ilusionado para explorar lo que sin duda puede ser un portal multiversal a todas las dimensiones que tengo por transitar. Al menos 99.

Mil gracias, Fernando por tan entrañable dedicatoria, y tan suculento libro.