Jo soc un tiu normal que li agrada fer llibretes d’autor. Per que creu, en el fons, que lo que escriu val la pen. I tant. I aquí hi ha un prova. I moltes coses més. Potser aixó tampoc és digerible. Potser voste encara no vegi que hi ha un llibre en aquesta peça. Doncs miri. Aixó és una llibreta d’artista. La primera que poso al mercat. No surt d’ordre predeterminat. Tot i que ara vaig a intentar explicar el faig. I l’objecte d’art: la lliberta. Com objecte de col·lecció. Pel fet d’haver estat escrites per aconseguir omplir d’un sentit particular que porto a dintre durant els dies que m’hi poso fins al final. No hi cap res més. Omplir l’espai vuit. Aquest és el esprit de la meva obra. I té a veure amb lo que tu vols que així sigui. La teva resposta al teu dilema. Per que aquest cop, t’ho fas tú. I estás preparat. Endevant de la cua. Al performance més gran de totes les ciutats despertes al mon amb un nou model global d’urbanitat, civisme i sostenibilitat. L’efecte ós lent.
Mariposa; oso peresoso.
Una libreta es una pieza muy compleja y sencilla a la vez. Todo depende de lo que nosotros hemos introducido en sus páginas en blanco. Pero esto es fácil/complejo. Todo lo que uno quiera. Por tanto, quizás lo más complejo sería dejarla en blanco, pero como resultado de una reflexión. Nos afirmamos en la nada con ese experimento. Y no hacemos nada. Y en la nada, algunos se verán reflejados. Y en ese momento, la pieza respira: respire.
Añado texto o tecleo. Y decido hacer ambas. Sólo porque a veces me gusta cumplir. Mientras que otras, me gusta no hacerlo. Y fui un renegado desde pequeño. Quizás por mi formación como nueve. Puede ser que muchas de esas cosas las aprendí en mi club de futbol. Mi escuela de juego colectivo. Sus valores. El modelo futbolístico de mi sociedad plena y multilibre. Multilibro. Todo inclusiva la vaina. Más femenina que nunca. Feminista. Reivindicando nuestra manera de decirle basta a los machismos que se dan en nuestras playas, en la discoteca, en donde aquí estos papis les dejan claro que aquí la vara es pura vida mientras no vengan hijos de la gran puta a intentarse propasar con una mujer que no quiere nada que ver contigo. ¿Por qué tenemos que aceptar que el rechazo de un macho herido nos haga mudos y ciegos ante la violencia contra la mujer en nuestras narices? ¿Qué pasa ahí? ¿Dónde operamos nosotros como intermediarios de una violencia sin sentido?
Yo soy tico. Es lo que dice mi pasarpote. Bue.. di, más o menos.
El tico es único. Pero no nos pasemos de soberbios porque vivimos más o menos bien porque el trabajo está en el himno y vieras que nosotros cantamos bastante bien nuestro himno y nos regimos por los valores de una república tropical que se sabe potencia mundial en un sentido opuesto al que corresponde a cada uno de esos otros estados que sí tienen ejercito. Nuestro discurso aquí es un ALLIN al botón de la renuncia de las armas y los ejercitos, las flotas marinas, los aviones, los drones, los objetivos estratégicos, las externalidades de la guerra, los números de las armas, las familias que se benefician de esta externalidad en concreto. Los hijos de la violencia. Una de vaqueros.
¿Los indios eran las malos? Pregunta en el examen a toda la generación de niños en primer grado de primaria en toda la urbe. Hay que agradecerle al catoliscismo y a su mecanismo de formación de debotos a la creencia de ser la comunidad religiosa elegida al fin y al cabo. Ojo lo ridículo. Piénselo ahora conectado con todo Dios en la Internet. Y un día, la Internet contesta. ALLS.
Como cuando (¿Se tilda o no se tilda este cuándo?)(De la serie de cuando)(De la serie de los paréntesis pegados)(Tributo a los diez años de una fuente de inspiración por su compleja relación con lo cotidiano de la América que leí)(Algunos americanos leén y ven más allá)(Mi plasticidad entre las nueve maneras de ser parte de los Estados Unidos de América)(Sorprende que ignores la lengua de los demás)(Je suis neotruffautist)(L’insolance de l’artist ticatalá Golman)(Je peux negocier pour ma bouche)(Je suis cete valor)(Regardé le chequé)(Regarde de l’argent)(Je suis jusca l’otre pol: les antipodes) entré en el Héroes de la Libertad. El primer año que dimos paso al edificio principal de la primaria más mítica de toda la magestuosa calle de Miguel Ángel de Quevedo. Haber escrito sobre esta calle te da una entrada por todo lo alto, a la escuadra, a Valladolid, Toledo, Ávila, Cáceres, y la capital del Reino: Madrid.
Un alumno del Héroes de la Libertad era educado para eso: ser libre, pese a estar segundo, era el resultado principal de nuestra aspiración. Pero no de cualquier manera. Sino siendo heróicos. Rompiendo los esquemas. Revelandote ante la respuesta de vehículo en automático. ¿Por qué habría que volver? ¿A qué? Pero yo estoy acá. En el viejo mundo. A punto de estallar en revuelta regenerativa plena para ambos lados del mediterraneo. Primero nos arreglamos adentro. Miramos hacia el centro de nuestro ser. El cuerpo revuelto. Nos envolvemos en nuestra bandera, como si Juan Escutia se precipitara hacia su estómago, sabiendo que en el fondo está el ano. En el Héroes de la Libertad sabemos llamar a ese orificio de no menos de nueve maneras. También conocemos varios nombres para la verga. Y enventualmente nos permitimos realizarnos en la libertad de todo puberto por descurbrirse afirmativos ante su cuerpo desnudo, en compañía de otra persona, que como uno, desnuda también su alma, en la confianza que nos damos mutuamente, al sabernos frágiles sin nuestros ropajes. Nos faltó piel para sobrevivir en las tierras que les gusta a los blancos muy blancos vivir en el norte. La cultura del esfuerzo por lo sufrido que se vive en el frío. Y el tiempo que perdimos hasta que empezamos a snowbordear la montaña. Riders. Free stylers. Yo soy más de bajar follado sin pasarme de verga pero dando la caña. La caña de España.
Yo es que cañas no tomaba. Sólo de azucar, y ya hecha ron. Pero las cañas de aquí me recordaba una negrita modelo. Y me bebí la birra que me pusieron enfrente, como en cada país en la que se puede beber buena cerveza del país.
La industria del alcohol, es decir de las birras, se reinvierte en Costa Rica, porque el bebe guaro es uno, y pagamos nosotros, y eso se va parte a impuestos, que luego riegan a nuestros políticos y los presupuestos para conseguir notar que algo hacen esos caraepichas. Y en cambio uno ahí, tan pancho, sin hacer nada, criticando desde las redes sociales. Qué bonito. Veá. No tensemos la cuerda que veras un día que se rompe. Cómo nos reiremos, sí hija, sí.
La verdad es que puedo asuirme en un trance de un estadio pasado viejo y decrépito, a un estado nuevo de luz cuyo destello encandila. Fresco. Qué vaina. De pronto arriba con todos. Y ahí llegaron los mismos que invitó Cisa a su fiesta. Esta casa no es de nadie. Y mía a la vez. Y esa dualidad duele. Y se resuelve así misma, cuando se llenen los tiempos. Avancemos a trote. Las cosas ahí están. Consúmanse una a una. Con la libertad de no comprometerse mucho a este nuevo juego multiversal.
El juego multiversal
Respirar el texto. Dejar que la gente corte. Que no siga y siga. No pare, siga, siga. No pare, siga, siga. No pare, siga, siga. No pare, siga, siga. No pare, siga, siga. No pare, siga, siga. No pare. Siga, siga. No pare, siga, siga. No pare, siga, siga, siga, siga, siga, siga, siga, siga y sigaaaaaaaaaaa.
Una farsa como el Barça.
Otro gran timo.
Más faltón Pujol.
To cry
Like hell came down in that babies cry. None stop. 99 perfect long cries. People came out to the balconies. And the cry didn’t stop. Ever again. That pain. That suffering.
El lema de Jesús. La vaina que Jesús habría reinterpretado de venir él a caer en esta época. ¡Viéras qué vaina!
Literatura de toque local. Sólo allá me entenderán. Como si mi acción presente no fuera ya una ventana al aire libre para penetrarme a mí y al espíritu santo que también está en estos precisos momentos en mí. Dos espíritus colectivos se encuentran en el interior infinito de mi mismo. Y por siempre lo recordarán. Como si la inteligencia articial fuera eso. Esto. Esta historia. Como si un libro tuviera un fin. O la lectura un formato mejor como historia.
Lector, ¿estás ahí?
Armando Gallo Pacheco
Portada de mi libro
¡Grita!
NEW ORDER
HEARTBOUND
TRIADAS