Golman, servidor: único e irrepetible

La biografía de un futbolartista dualizado entre multiversos ejemplares

Durante unos cursos del master en administración y dirección de servicios sanitarios que cursé entre Madrid y Barcelona en el año 2003, tuve un ilustre profesor que daba unas clases de habilidades directivas, cuyo nombre no recuerdo, y que en su día me inculcó un mantra: cada persona es una biografía única e irrepetible, como una es como una concha en el mar, una ostra, que se abre y se cierra, y que dentro se guarda un tesoro especial, hermoso e invaluable: uno.

¿Por qué hacía esa reflexión? Porque a lo largo de nuestra vida nos vamos a relacionar con otras personas, y en un momento dado tendremos que jugar en el mismo equipo, a veces con roles distintos, complementarios, que requieren de nuestra parte atender al resto de las biografías únicas e irrepetibles que tenemos delante.

La metáfora de la ostra, decía aquél gran profesor, representa que nuestro instinto de defensa nos mantiene protegidos dentro de una concha que solemos manter cerrada, y que no abrimos a no ser que sepamos que podemos hacerlo sin correr riesgos mortales. Toma tiempo. Y ante la más mínima incertidumbre, cerramos la concha. Las personas somos así, y todos vamos por la vida con la sensación de que no podemo exhibirnos del todo. Debemos procurar hacerlo con mesura. Y sólo cuando valga la pena.

Lo que este profesor enfatizaba ya no era sólo el elemento de nuestro caracter especial, único e irrepetible, que era un canto a la afirmación. Sino a pensar que las personas, todas, tenemos esta característica. Y que una habilidad directiva imprescindible es entender de qué manera entablamos relaciones sinceras con cada una de las personas con las que tratamos, de tal manera que consigamos abrir nuestras conchas y presenciar el vínculo que se genera ante dos conchas abiertas, hermosas, únicas e irrepetibles, afirmativas y libres, ante la ausencia de violencia, sin depredadores de los que preocuparse.

Las relaciones humanas son así. Tal y como las describió aquél profesor.

En mi caso, mi indentidad única e irrepetible está periodo de mitosis. Y de entrada comienza con esta dualidad: G(olman).

Golman a punto de chutar un balón mientras emite un multiverso dalineano de su mano derecha y un multiverso tico commons de la izquierda mientras canta el gol.

ALLS

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada.