La democracia del Barça

El submundo de los socios

El submundo de los compromisarios.

El submundo de los que cortan el bacalao.

El submundo de los exjugadores.

El submundo de los exdirectivos.

El submundo de los voceros.

El submundo de la prensa deportiva.

El submundo de los jugadores.

El submundo de las familias del Barça.

El submundo de los currelas del club.

El submundo de los enchufados.

El submundo de los celebrities socialités.

El submundo de los guirirs viendo la experiencia de sus vidas.

El submundo de los tribuneros.

El submundo de la primera gradería.

El submundo de los que nunca se sientan.

El submundo de los que nunca cantan.

El submundo del minuto 17:14.

El submundo de los eternos quejicas.

El submundo de los subnormales.

El submundo de los psicópatas.

El submundo de los mortales.

El submundo de los obreros.

Y luego, por último, está mi submundo personal.

En mi caso, el submundo de Golman.

El nou d’un poble nou: Ticataluña.

Para entender el Barça hay que entender toda su historia. De principio a fin. Se debe ser un erudito de las fases, de las lecciones aprendidas de la historia. De nuestros pecados y nuestras virtudes. También de la falsedad de nuestras épicas. Nuestras, eso sí. Pero tengamos un tantito de verguenza. Nomás tantito. Vamos a sacar los trapos sucios. O qué, sino esto no va ser una campaña lo suficientemente normal. Para desatender la propuesta en sí de lo que podemos hacer como club. La construcción del nosotros que conseguimos alentar en este subconjunto de la sociedad que vota en nuestras elecciones. ¿Ustedes para qué me quieren? ¿Quieren que me presente? Aquí estoy. Mi nombre el Golman y soy un nueve puro. Con capacidad de jugar por la izquierda, por la derecha, de falso nueve, nueve puro, de Xavi, Iniesta, Ronaldinho, Deco o Larsson. Principalmente Larsson. Imaginen que Larsson, el nuevo Larsson, GOLman, tiene una serie de similitudes con el ahora entrenador del primer equipo. Hablan entre ellos en sueco. La prensa local flipa en colores. Nadie entiende nada. Entre ellos parecen entenderse muy bien. El mismo periodista que le preguntó a Frank Rikjaard si fumaba porros se lo pregunta ahora a Golman. Y luego a Larsson. Por el ambiente se corre la voz de que Koeman es holandés. Y en Holanda… ya se sabe. Pero no puedo llevar al club a esa debacle moral. El club está para vuelos más altos, como las propuestas de los otros candidatos. Será sin duda, un proceso apasionante para poner sobre la mesa un candidatura al margen de las reglas particulares de las elecciones que se llevarán a cabon en este 2021. Y voy a proponerme a mí. Como maestro de ceremonias. Como fichaje estrella en tiempos de pandemia. Como presidente disidente residente. Una cargo de confianza que la masa social, y el entorno, han bendecido con una participación ciudadana sin precedentes en la historia de activismo global del club.

Hasta ahora hemos visto cómo evolucionaba la marca Barça en el mundo del marketing global de una multinacional. Pero hemos gestionado el club deportivo como un empresa líder dentro de su sector, lo que nos ha permitido ser competitivos al máximo nivel, con resultados muy favorables comparados con otros clubes. No así con otros de gestión más solvente, como el Bayern Munchen, con los matices de las participaciones de los propios bancos, de allá, y de alguna manera, de aquí, en esa cuadratura con la geopolítica mundial que se tercia en el campo de juego de altos vuelos de los contratos de marketing para el estadio, camiseta, y cocreaciones de branding o innovación social. La razón de ser en la globalidad con la excelencia de la historia del club, aparentemente en manos de los socios, con el poder de acción de las familias trascendentes en la gama alta de los que se estiman al club, apuestan y avalan sus bienes, y les llega para monetizar su visibilidad en un rol emblemático de la gestión en la ciudad. Gestión deportiva de altos vuelos. La dialéctica de la excelencia. La conveniente interrelación entre las escuelas de negocios, el club y las marcas patrocinadoras y proveedoras de servicios y subcontratas. Los satélites del club. Las asignaciones a dedo. El presupuesto de investigadores privados. La seguridad.

Encima trabajar de gratis. Bueno, gratis. Suspicacias del pueblo que se piensa que en la cúspide de la pirámide hay un bacanál de perversión reservada para las élites adineradas: los Harvey Weinsteins o Donald Trumps, grabbing them by the pussy. Those two wouldn’t want to seen together. But inside a private gig where dirty things happen in the exclusivity of a hotel room protected by an exmilitary sniper that is privately working for a security subcontractor. Life after the warrior come back home. Right before obliveon. The status quo dictated by the postworld war by the American expasionism of recurrent war political cycles that somehow pushed the bids on the GIJoes. Marvel cartoonist with storylines that obsessively follow the hand that has been played for them. The game has its checks and balances. And slavery somehow returned, or it never left. And things are not yet untanggled. We are getting there. We are prepare now to jump off the cliff. Switch vehicles. We are jumping the wall down south. Where the NEW world is taking place.

Everything dies. So we are all history. Already. We just get to brand it the way we want. And if we succeed to connect we will generate a movement. A humble movement of who I am and how I connect with people I don’t know. People I’ve never met. People who see me for the first time. You are going to have to decide wether I hit the key note that makes you tickle. That’s where I’m aiming at. I could die tomorrow, you all. And I can be of assistance with my complete strategic plan and operative plan. Map. Goals. Axis. The whole deal. A great one band show. Like Latre, but withouth the singing skills, and less caberet. More of a free style reggae rastaman. Like a feedbacklooper from the Guayabo station. That’s where I’m comming from. I’ve landed in the NEWbar station. At the platform Larsson greeted me to the club. It’s an honor to play for you, mister. I’ll keep us rastafaris in the elite place you left it last time we had you in our discipline.

Discipline. Barça was a catholic club excellence institution. The way like to be here in the city goody goody scene. Money makers. Cultural icons. TV people. Rockstars. Players. Feminist. Revolucionaries. Suffering from minor traits of apperheid. Discriminating nobodies. Minimized macho culture. Open calls to ciniscism. Low balls. Dickheads. Dangerous fools. Rich pretty boys. Bad boys. Business school sociopaths.

Quizás nos debemos fiar más del que viene de fuera, como Gamper, como Kubala, como Johan, como Lio. Algo debemos aprender de nuestra historia es que ninguna idea realmente brillante ha surgido de otro sitio que no sea Santpedor. Todo lo demás nos llegó de fuera. Y nosotros supimos aprovechar esa generación, que Fuentealvilla fue capital de lo que fuimos. Ahora mismo se agotó todo. Todo murió. Ya no queda nada, ni falta hace. No le carguemos más las pelotas a Messi. Si se va se va. Estamos felices. Si lo hacemos feliz, por cómo dibujamos el proyecto de nuestro club más allá de ser tan sólo más que un club. Hay que ir más lejos. Eso nos lo enseño el club mismo. Y el propio lema puede servir para ir más allá. Pero sería más molón cargárnoslo. Porque así lo establece el plan de campaña. Es parte del guión. Para darle un toque subversivo a la surrealidad e un no candidato. Un farsante sin carnet. O bueno… carnet caducado. La pertenencia pretérita al club no vale nada. Res. Niente.

Va fan culo.

Peor fue debatir solo en la cornisa.

Ya de caída el viaje se disfruta más. La efímera existencia se nos va. Y nosotros nos sentíamos infinitos. Y no era así. Nada es permanente. Vamos al polvo de una vez. Que nos vamos a transformar. No voy a pedirte que me votes. Tan sólo que me sigas a tomar por culo. Porque la liberación nos orienta al devenir de inmediato de la gracia a nuestra disposición: aquí-ahora.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada.