David pudo con Goliat
Cierta parte de la sociedad española está dolida por quedar fuera del mundial. Entre ellos, muchos apuntan al entrenador: Luis Enrique. Él acapara las responsabilidades de la selección, que según él hizo lo que se les pidió. Y a decir verdad, viniendo de un ticatalán, no hizo un mal futbol durante el mundial.
Pero los mundiales son así.
Debería ser la nueva frase hecha de un futbolartista. La vida no es sólo ganar. Ni siquiera ganar 7-0, Zapatero.
La vida es ganar como si fueras la última Coca Cola en el desierto, no perder con Alemania y perder contra Japón y Marruecos. No perdieron contra Marruecos, en estricto sentido. No pudieron ganarle. Y a fin de cuentas, no le pudieron ni siquiera meter un penal. Marruecos metió los necesarios para que no hiciera falta tirar más.
¿Qué son las selecciones? ¿A quién representan? ¿Cómo se organizan? ¿Qué tanto influyen en la gente? ¿Es admisible la no afiliación con la identidad nacional a la que pertenezco? ¿Me puede no gustar el futbol, o inclusive aborrecerlo, y aún así sentirme defraudado o dolido por cómo le va a nuestra bandera una competición internacional?
No hay respuestas correctas. Eso que se volvió moda en algún momento en las redes: sólo respuestas incorrectas. Ahora sería el momento de ser sagaz y opinar algo al respecto. Para generar un impacto en el sentir de una población. Una población que se llenó de júbilo el día en que debutó en el mundial. ¿Eran entonces esas personas ese ser hiperexitado seguro de que se comerían el mundo? ¿Es ahora una piltrafa esa sobra de persona que se amarga una semana/mes/año por haber quedado fuera de mundial?
Igual mañana vuelve a amancer. Seguro que amanace, vamos. Hay que mantener el optimismo de que el sol «salga» al día siguiente. Es lo que los ciclos vitales de nuestro planeta nos proporcionan.
De ser un poco más veloz en sus giros nuestra percepción del tiempo sería otra totalmente. No somos conscientes de lo que nuestra regla particular, aplica tan sólo para este planeta. Como todas las palabras y conocimientos que entre nosotros hemos fabricado con el ir haciendo de nuestra especie. Inclusive nuestras religiones a imagen y semejanza nuestra.
No es fácil mezclarlo todo para no ofender a alguien. Aquí, en un momento tan sensible para el ánimo nacional, cualquier cosa es una afronta a la integridad de un ser grande y único. A fin de cuenta, la paradoja de la España Grande y Una es que todos podemos sentirnos ella, simpre y cuando nos demos cuenta de que todos, cada uno de nosotros, somos uno y grandes, y que ahí radica la multiversalidad de nuestra unicidad. Una contradicción que podría romper con ella misma, de la misma manera que un matemática sagaz siempre escogería una demostración por reducción al absurdo que cualquier otra de las opciones.
Llegados a un contradicción me encuentro en el presente: mi ahora. Mi caso es particular. No puede generalizarse. No soy un grande de españa. Sin embargo mi versión de España es Grande y Una: NEW spain. Eh, y tan ancho me quedo. Soy de Costa Rica y de España.
Se trata de una propuesta política. De un acto de campaña. De un gesto futbolartistico. No es una convención. Se trata de una disrupción. Y no hay otra vía que no sea ésta. Por tanto, me reafirmo en que este es mi camino. Y también es la única vía con la que puede atar el resto de mis dimensiones: Ticataluña y el Tico Commons.
Todo aquí permanece en la virtualidad de un mundo nuevo. La posibildiad que esto que aquí explico sea verdad. O al menos creible. Una versión remota de una visión compartida. El acto a cumplir de un deseo.
Marruecos elimina España.