La escritura a partir de la conversación en la pandemia de un poeta chileno en México que saca una novela

Isabel Zapata. Emiliano Monge. Alejando Zambra.

El siguiente texto fue escrito mientras escuchaba el zoom organizado por la librería Gandhi en el que se hablaba del nuevo libro de Alejando Zambra, «Poeta chileno», con la participación de Isabel Zapata y Emiliano Monge.

El mundo de los poetas. El mundo de los narradores. El mundo literario. Pedradas entre narradores y poetas. Familias reconstituidas. Novela nostálgica. La juventud perdida. El pasado. La poesía que se abandona. Biblioteca perdida y reconstituida. Poeta fracasado.

¿Qué es el éxito para un poeta?

¿Qué lector tengo en mente?

Trifulcas entre poetas. Entretenimiento.

Lecturas completas de un libro.

Nostalgia. Me he ido dando cuenta. Lo que más me gusta de la escritura. Olvidarte de lo que estás haciendo. El libro se escribe solo. Reconocer a los personajes. Recuerdo el día que me senté a escribí los poemas del personaje. Corría el riesgo de que los poemas que yo creo que son buenos, son malos, y los buenos, malos. La ficción dentro de la ficción. Entra el poema ficcionado para el personaje menos malo.

¿Cómo es? ¿Qué siente? Escribí la novela muy despacio. La escena literaria local. Soy de ahí. Esos son mis amigos. Esos son mis espacios. Los conocía aunque no existan. Los personajes se parecen a mí. Y a la vez son muy distinto. Los personajes crecen solos. Hay que dejarlos crecer.

Como lector, ese mundo por el que no tengo nostalgia, la tengo todo el tiempo. La lectura nos arrastra a esa perspectiva, la del cronista. La del narrador. La de la novela. El libro nos conduce a sitios en los que nunca hemos estado. Y estamos ahí, en la novela, todo el tiempo.

Camuflar cosas de mi vida. Partir tu vida en dos. Vicente el gran protagonista. Gónzalo lo narra. Quiero escribirlo todo. Es una necesidad. Los poetas, y no los narradores, son los que deben descrubrir los detalles del sentimiento. La distancia entre el poeta y el narrador.

Poesía y prosa. Debate. En contra de la enseñanza de la literatura. Aleja espacios. Se enseña muy mal. La narrativa. La poesía. Como si fueran dos cosas distintas. La novela, el cuento, la novela, en una discusión más general. Un poema se parece a una canción. Una novela toma un ritmo. El ritmo de la novela es importante pero funciona diferente al peoma. El que sabe contar chiste ya saben todo de narratología. No puedes contar el mismo chiste más de una vez. El niño que a los siete años ya lo sabe todo. Se enseña el poema mal. Lo escuchaste, te gustó. Lo vas a volver a escuchar.

Esas páginas en las que se lanza con todo contra el padre, desde el lugar del padrasco. El placer de escuchar una cosa que nos hace feliz. El sujeto. La narrativa está más cerca del mercado. La poesía está mucho más al margen. Mucho más lejos del dinero. Más simbólico.

Chile es un mundo sin FONCA. Chile tiene una calidad muy grande. ¿Qué país tiene mejores poetas? La antipoesía de Nicanor Parra. A los 12 en el colegio estaba Nicolás Parra en el temario. Neruda vs Parra. Titanes del ring. Club de la pelea que todavía funciona. Debes elegir cuál es tu estética. Chile tiene algo especial. El poeta tiene un tema más social. Más que el de los narradores. La fundación para poetas. Menores de 30 años que tengan un taller para trabajar. Buena parte del poeta santiaguino pasa por ahí. Tiene su dinerito y su prestigio. La narrartiva con Bolaño se empezó a mover.

El novelista habla de la poesía con mucha distancia. Yo no leía a los narradores contemporáneos. A los 20 años no me interesaba qué se estaba escribiendo en narrativa. En cambio en poesía sí. Escribir novela es muy de viejo. Todo el rato sentado. La poesía es más como el dibujante de bocetos que decía Baudelair.

Entre poetas se destrozan entre ellos. Nos destrozamos entre ellos. No dejamos que otros se metan. Muy tenaz. Muy alto el contenido. Acá a nadie le interesa Neruda. Nadie le interesa Paz. El mundo editorial: su falsa decisión a qué editorial voy a mandar mi libro. Una parodia. Un apego. El tiempo transcurrido.

Pienso en mis pares, poetas, narradores, familia. Los míos. Hablar con ellos. De sus vidas. Eso es lo que me importan. Hay pasado 20 años. Entiendo que son mi familia. Es un libro sobre Chile escrito en México. Hay varias relaciones que se pueden establecer en la novela con la circunstancia externa de mi personaje. Sentía que escribía en chileno. Es la novela más hablada mía. Escribir en la lengua de cada uno. El narrador en el umbral. A punto de salir. Un narrador de un chileno hablando. Al que más me parezco. Retener a las visitas. No se vayan. Compartamos una historia. Por ahí va. Pieza de la azotea: Chile.

El estallido de Chile. El confinamiento. El encierro de la azotea. Mayor encierro. Un sitio al que ya no se puede ir. Mi hijo aprendió hablar en estos meses. Habla muy mexicano. El chileno que empieza hablar con otro acento. Me está enseñando a hablar. Mi lengua está cambiando. Un extraordinario problema para alguien de 44 años. También había algo de preservar el lenguaje. Sabiendo que voa a cambiar. Todas las palabras se desplazan. Se resignifican. Vivir en la misma lengua con un significado ligeramente distinto. Mi propia forma de hablar se mueve.

Dos momentos fundamentales de la novela. Vicente se convierte en poeta ante sí mismo. La fiesta en la que queda muy claro las formas patriarcales en las que se mueven los narradores y poetas en latinoamérica. Encono, recelo y cariño. Reencuentro en el que la relación se vuelve en padre e hijo. No padrastro. Una familia que uno elige y que contruye a su manera. Va cambiando. Como cambian las familias. Hay una cuestión social. El mito del poeta. Masculino. Binominal. Endogámico. Un componente social. Los poetas son clase baja, media baja. Excepto Huidrobo. ¿Por qué a los 13 años quieres ser poeta? ¿A los 16 años? Experiencias similares de la meritocracia. Mito que tiene que ver con el talento.

En esta familia había alguien como Gabriela Mistral. De la nada. Gana el concurso literario más importante de la época. Los juegos florales. Competencia para poetas hombres para aristócratas. El premio: elegir a la reina de la primavera. Amado Nervo. La repetición de algunos tópicos: la amada incorporea original. Especialista en belleza. Elige ahora la mujer que ocupa el lugar decorativo de ese año. Iba el presidente de la república. Las candidatas. Los poemas que escribían los poetas para la fiesta. Lenguaje modernista. La llegada del presidente. Muy aristócrata. De muy pocas familias santiaguina. Los sonetos de la muerte de Gabriela Mistral. Imágenes violentas y delicadas. Una poesía infinitamente superior que la predominante. Gano Gabriela. Había un poeta que era sobrino de uno de los jurados. No fue a la premiación. Estaba en el público. Su momento de gloria en el que ella no participó. Un mundo tan masculino en el que una mujer lo cambió todo. Escribió mucho para niños. Las rondas de Gabriela Mistral. Una poeta muy potente, muy apelativa. El componente social aspiracional. Es un tema de esa fiesta. Jose Emilio Pacheco, protagonista de un viejo rencor, secuestrado por los poetas pudientes. Justo en los días que se celebraba la fiesta, fines de enero, Pacheco murió.

Jose Emilio Pacheco murió. Que se hable de su muerte. O de su poesía.

La búsqueda o cuestionamiento sobre lo que es la felicidad familiar. Bailar encuerdos juntos. Si alguien nos hubiera visto, eso sería la felicidad. Hablan solos. Hablar con el gato no es hablar solo. Familias felices. Los miembros pueden hablar solos. Nunca sentir que sería mejor estar en otra parte: ser feliz. Las familias felices todas se parecen. La búsqueda constante de la felicidad. Estar donde quiero estar. Muy presente. Una voz en una fogata. Esto es un libro por lo que estamos aquí reunidos. Tuvo el número de páginas suficiente para convertirse en una novela. Alguien habla muy fuerte, tendría que escribirlo en mayúsculas, pero se vería muy mal en el libro. No pasó: soy ficción. Esto no existió. Es un libro.

La división entre los géneros. No tienen demasiada utilidad. El narrador se declara un novelista chileno. En relación con este libro lo soy. Es el único libro mio que sin duda es una novela. La intensidad de las tensiones. Me interesa. Libro de poesía chilena. Libros más raros que el marxismo. Una cosa muy extravagante. Poesía visual. La nueva novela. John Facsimil. Se lee diferente en Chile que fuera. Escribimos esa prueba e intentamos que nos fuera bien. La montaña mágica. En la lectura da igual lo que estás leyendo. No dices: que gran género acabo de leer. ¿Por qué a alguien se le gusta la poesía? Eficacia comunicativa de la poesía. Alguien que se fija en cosas que él también se fija. Ahí hay poesía. Yo también me fijaba en esas cosas. Y alguien escribió en esas imágenes. Esa es la poesía. Es mi novela menos literarias. Las comunidades literarias como grupos humanas. Cualquier agrupación es así. Se atreven a jugar un juego simbólico. Se atreven a construir un sistema autocrítico. La única crítica que me interesa. No disimular el lugar de anunciación.

¿Sigo escribiendo poesía? Escribir es tomar notas. Notas se parecen más a poemas que a un cuento. Estoy más cerca del relato que de la poesía. Fui mejor contando historias que escribiendo poemas. Bonzai. Ideas que tenía que no me llevaba a ningún texto que quisiera escribir. Un libro muy vanguardista. Escribí la superficie de lo que quise hacer. No llego a eso. El mundo muerto del arte y el mundo vivo de la naturaleza. Haber castigado mi propio deseo narrativo. Siempre era bueno para contar historias y para contar chistes. Mis primas siempre me contaron que eran malos mis poemas.

La felicidad. Se vuelve importante a lo largo de la novela. La alegría en general. Hay un frase que se sumaría. La verdadera seriedad es cómica. Esos momentos de felicidad. Atrápela. Los libros. Poeta y narrador. En momentos estoy más de un lado que del otro. La desfiguración del narrador. O su aparición. El primer personaje de una novela. Faxsimil. En esa búsqueda de la felicidad está ese conflicto de si soy poeta o narrador. Instantes atrapados. Momentos de felicidad. Eso es poesía. Esa mezcla no la había pensado así. Esa frase de la felicidad la decía mi abuelita. Ser feliz es querer estar acá, no allá. Asimov: tesis de sabiduría familiar. ¿Dónde quieres estar? ¿Quién quieres ser? En un momento como este todos nos hacemos esta pregunta. Muchos de nosotros estamos donde queremos estar. El hecho de no poder estar en otra parte nos angustia. Que eso no paralice el discurso. Mis poemas eran malos porque quería hablar de lo mismo pero nadie se enteraba. Porque lo ocultaba. En la poema están revelados. Es un truco. La poesía impersonal descriptiva de imágenes muerta que escribes a los 20 años. La imagen de los niños saltando las tumbas como un campo de golf. Un mal poema. No contextualizable. Para mi está relacionado con la perfección. Hablar y relatar tiene que ver con el momento en el que decidí hacerlo. Esa ilegitimidad necesaria. El padrastro elige ser padre y estar en un lugar de valentía. Es un lugar castigado por la sociedad.

Simplificar siempre parece un error. Buena parte de los padrastros son malos. Buena parte de los hombres son malos. Esos temas tienen que ver con discusiones eternas y actuales. Ese hallazgo sufijo. Padrazgo. Siempre ha estado así. Hay una carga del lenguaje que decide el rol del padrastro desde el lenguaje. Se les define. Madrastra. Inventas palabras nuevas. O la resignificas. Te enfrentas con una palabra. Se discute. Hay que hacer algo con la palabra. Eso es poesía.

Ester Viva. Madres afines. Padre afín. Abortos espontáneos. Pérdidas de embarazo. Carga negativa de las palabras. Este es el lenguaje que tenemos y ya está. A la próxima decimos que somos esto. Se vale explorar otras palabra para sustituir a las que no nos valen. La batalla simbólica cuando termina la novela. ¿Qué clase de autoridad tiene Gonzalo? Inventemos otra. Las discusiones sobre el lenguaje inclusivo. Es un debate actual. Enfrentarse a una palabra a golpes. Entender lo que el otro siente. Ser padrastro es una elección contextual. Se enamora de alguien que ya tiene un hijo. Con los niños no se relaciona uno en los mismos términos que con una pareja. No te relaciones con un niño con la intención de que un día los puedas abandonar. La inestabilidad amorosa ya incluye la posiblidad de una ruptura. Con un padrastro hay una custión radical. La vida de cosas cotidianas.

Novelas cortas son brillantes. Concetradas. Son las pregutnas que uno responde mintiendo. Los personajes eran personas que hablaban mucho más que hablaban más que mis otros personajes. Diálogo directo. Las conversaciones en esa dimensión del habla. El narrador también hablaba mucho. Todos hablaban mucho. Todos hablando al mimso tiempo. El libro que quería leer también. Declaración retrospectiva. Lo fui entendiendo sobre la marcha. La primera vez que mostré el manuscrito. Estaba Isabel Zapata en ese grupo. Es una novela que tiene que ver con el final de la novela. Algo que intento comunicar en la escena final de la novela. Las dimensiones del pasado de lo que quería contar, al que llegué en el momento en el que se escribió ese final. Ese momento sin importancia está cargado de importancia. Todo lo que quiero escribir tiene que ver con darle peso a ese momento.

Diálogo con los Detectives Salvajes. Personajes más libres de una épica libresca. Desde Bonsai hay un deseo de contar la forma en la que narras la novela. Soy muy bolañano. Nunca lo relativisiaría. Hay mucha novela de poetas. Marcelo Mellado: noveles en las que escribe mal de los poetas. En la buena/mala literatura está en los best sellers. Es un personaje. Lo exime de algunas cosas que se le piden a otros personajes. De los Detectives Salvajes vi como funcionaba la comunidad. La leí muy pronto. Junto con otros poetas. Me interesó cómo lidiaba yo con eso: que el poeta fuera un personaje. Mucho más que si el personaje fuera un escritor. ¿Son poetas o no? Una cuestión fundamentalista. Lectura al aire libre. Escuchamos a los cinco poetas. Este y este son poetas. Los otros no. Esencia del poeta. Ponerlo en duda; y en práctica. En Chile el mismo diario que escribió crítica literaria. Entrevistar a un poeta. Pero no hablar de su poesía. El tema de la entrevista: cómo está en el encierro. Casi no queda prensa en Chile. Ya no hay suplemento literarios. No se habla de la literatura en esos términos. Entrevista del poeta. Que diga brutalidades. La figura del poeta no es un figura ceremoniosa. Es más un rebelde. Un francotirador. Tampoco es un intelectual. Poetas que escriben crónicas. Cronistas que lo revuelven todo. No es la figura del intelectual. No es Vargas Llosa. Es un lugar más interesante. En Chile se entiende que un poeta es un oficio verosimil. Aunque nadie lee poesía. La figura tiene una legalidad. En Andalucía: este anda de poeta por la vida. En Chile no. Se puede asumir ese rol.

Metaliterarismo. Con Bonsai era muy natural. Eso también me pasó cuando escribí en primera persona. Primera persona: más como poesía que como narrativa. Se puede hablar del monólogo dramático. No se habla de una poesía de no ficción. Si tu lees los poemarios más antiguos. 20 poemas de amor y una… de Neruda. El sujeto que habla cambia de poema en poema. Cambia también la destinataria. Ahí hay ficción. Se manosea la idea de que los poetas no se imaginan nada. Como si todo saliera de la observación.

La conversación. La saludable costumbre de verse desde fuera. Es más importante que estemos hablando, que de lo que estemos hablando. El espacio. La verdadera seriedad es cómica. Para decir cosas lo suficientemente seria hay que recurrir al humor. Y los serios dan risa.

Ahora mismo estoy tomando notas. El encierro nos hacer preguntarnos si hace sentido escribir o no. Escribir es tomar notas. Tema libre, un libro que salió de repente. Facsimil. 2014. Interrumpí todo para escribir: Un poeta chileno. El momento de expansión. En dos años. Tengo muchos libros a medio terminar. El coronavirus me está ganando. Todo lo que he escrito está resignificado.

La palabra paciencia significa otra cosa. La palabra soledad. La palabra familia. La palabra confinamiento. Parte de la angustia es sentir que no tiene sentido lo que uno hace. Escribir hace bien. Es buena terapia. Escribiendo entiendes un poco más. Los escritores saben que entendemos más cuando escribimos que cuando pensamos o hablamos. Nos hace entender desde otro lugar y de una forma distinta. Y eso es importante. Suena muy estúpido: todo lo que está pasando se acerca a lo que la literatura está bombeando desde siempre. Divorcio entre lo colectivo y lo personal. Estamos todos viviendo algo similar. Se parece formalmente. En algunos países no es una decisión. Obligación. Desde Kafka. El incierro es incompatible con la creación. La concentración. La literatura las suele abordar. Es un momento muy espeso. No le podemos poner palabras. Es pesada esa obligación: ¿por qué tengo que hablar de esto? El momento de Chile, de mucha esperanza, que lidiaba con los crímenes de un estado y la autocrítica, discutiendo qué país queremos, momento de catarsis, una cosa política en un sentido muy amplia. Discusión de adultos. De ese momento al encierro obligatorio. Un contraste muy cruel. La gente se siente muy frustrada. Obligado a confiar en la autoridad. Es dos movimientos encontrados. La expectativa. ¿Qué va a pasar? Cuando se pueda protestar de nuevo. Algo tan largo como esto resulta incomprensible.

La gracia es escribir mal. Siempre llegamos tarde. Hay poco tiempo para reflexionar. La escritura. El escritor tipo Vargas Llosa ha hecho mal. Escribir es equivocarse. Echarlo a perder. Ensayo y error. Renegar de un libro. Cambiarlo. Dudar. Es algo que estamos haciendo, obligatoriamente, con angustias.

Gandhi, Alejandro Zambra, Isabel Zapata y Emiliano Monge. Gracias por este diálogo. La nueva informalidad. Interlocusiones verdaderas. Que te lean los que tú lees.

Ya no nos vemos.

Nos veremos.

Aquí la charla:

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