Yo no gané las elecciones.
Eso lo primero.
Tampoco me presenté.
Lo segundo.
Tampoco suelo presentarme.
Lo tercero.
Pero sabía que podía ganarlas si me presentaba.
Lo cuarto.
Si me presentaba se jodía la cosa.
Lo quinto.
He esperado tanto que tantito más no ha pez.
Lo sexto.
Lo que todos queremos es ganar el séptimo partido.
Lo octavo.
Dale boludo con la pelotudez más subnormal que llevés dentro, inspirado.
Lo noveno.
ALLS
Suena gingle.
Esto parece que ha llegado otra vez a ese incómodo punto de no recuento. Nadie prestó atención. Podría haber sido una revolución resolutiva. Una propuesta desde abajo. De otros candidatos laterales. Un pijoaparte en la moncloa. Voy por la grande. De vosotros aprendí: sí se puede.
Clases de futbolarte: GUADALUPEMEX
La historia de México.
La competencia de tú a tú.
Los campeones del 97.
Ver esto en vivo.
Esto hace país.
La épica del deporte.
Ganarle a los gringos en Pennsylvania.
Con los protagonistas de una historia bien contada. Todos los matices. Nunca hay que rendirse. Competir en todo momento. Asumir las vías que nos compensen en cada elección: ¿swing?
No es lo mismo batear que pichar. Son juegos antagónicos. La evolución es distinta de la acción en un juego como el futbol, en el que la pelota marca la acción, el juego está vivo, no son pulsasiones de un timbre. El alma de los juegos queda descrito de manera incomparabla el uno con los otros, en varias dimensiones de los juegos de equipo: futbol, basketball, beisbol, volleyball, field hockey, tennis, squash, ping pong, American football.
El beisbol nos regala un duelo. Un duelo entre el que dispara y el que rebota. Batear es uno de los gestos más sofisticados de la naturaleza humana. Esto lo debemos aceptar como parte de nuestro entendimiento como espíritu mestizo de una afiliación incompleta a la noción armónica respetuosa con los orígines, los otros, los vecinos, los socios, los némesis, los medios, los mercados, los planetas, los multiversos, las ………
Qué curioso, justo cuando empezaban las «las» se va a un nueve puntos suspensivos.
Curioso.
Curioso no es la palabra.
Ay perdón.
No son diálogos. Es pura prosa. Pura ficción. Puro desarrollo de escrivano. Sentarse al teclado. Dejar las palabras soltar su luz sobre la matriz tecnológica que nos propulsa.
¿A dónde pretenemos llegar?
Qué no es esta la verdad.
¿No es acaso ésta la gesta más honorable que nos atañe?
Debo modificiar mis clase de altezas inglesas destronadas.
Reality surreality.
Barry Lyndon with a land from a banlieu inmigrant perspective accross europe. Only this time with an olmecan identity.
Dualism is king. Long live the king.
Dualisms reign is the biggest according to the latest afiliation pole. We are going to ask some questions. Let’s do that collaboratively.
NEW gaia.
NEW landers.
NEW learning
NEW scope
NEW scheme
NEW glow
NEW song
NEW law
NEW game
You winning in Pennsylvania to the very best of the New Américan West to the Mexican National Baseball team. We on, boy.
That’s how step into the plate.
Time has run up. And true: you are up, but hey, we are not out. Wait for what we are worth believing for. This is the only list of outcomes you will get from watching this clip for the first time. But from now on will stay put as a metaphor of a glorious win that establishes de principle of the collective emergence during the tight situation of loosing and having to come back from behind. You either got it or you don’t. You don’t win against any of my teams with a win by the shirt cocky drill. Not saying those kids were like that in any way. But we must admit that first man in base was a ball at size of the head. Any pitcher knows that ball can go anywhere sometimes. And some pitchers learn to hit at will when they are adults. At some age they must have start. It’s a fact. We just don’t know when the will kicks in. Not saying the pitcher who threw that ball then got relieved. And the new pitcher kicked in with an intense situation in his circunstance: first pitch, home run. Three runs in, tied. No outs. Bottom of the last inning. The mexican croud goes right into believing. We will win. You know. It’s a sense you smell. Teams chase that. And the best ones wins because of how they spill a collective effort with a sublime interconectivity to glow right through the goals of our systemic resilient fair development.
We must tell on great story. Best one there is.
It’s a different model. A different thing. A think we like you join. To express the power of us. The action of our future being.