La pureza del barrio

Me encuentro en el centro de una tormenta que mi cerebro inventa. No existe. Sólo ahí. Y por tanto, existe.

La vida es una dualidad. Como mínimo. Pero resulta que hemos vivido en una mentira. O una falasia. O una tautología. O una burda explicación banal. O un culto a alguna fuerza superior. O una sociedad con instituciones super chingonas que ni los propios cretinos más cretinos de nuestro barrio son capaces de aniquilar cuando consiguen, finalmente, acceso al tablero de control.

Un detalle feo. Dar un beso y que se aparte.

Un beso no es de puta.

Un beso no se roba.

Un beso.

Un beso bien dado.

Un beso hermoso entre dos bocas que se buscan hasta que se encuentran en esa afirmación de la pasión. No hay nada más español, pero no por eso se queda aquí. Quizás vino de un moro que cruzó la doble valla, los alambres de púas comprados en Israel y los sistemas de enrejado de las planicies de Arizona que un día fueron México.

Imaginen el drama entre dos vecinos.

Imagines naciones divididas por unos montes; por unos ríos.

Quizás esa dualidad es suficiente.

Y de ahí, de esta nueva teología cosmogónica multiversal: cultura general, valor: 9 kilómetros. Valor nueve. Punto. Y con eso nos conformamos. No damos pa más. Eso también os lo tengo que decir. Dais pena.

O como dicen aquí: fem el ridícul.

Charly, Charly, fem el ridícul!

El primer gran crid d’estadi que vaig fer quant tocava anar a l’estadi a la nostra estimada ciutat: a viure el nostre estimat joc favorit: el futbolart.

Jo vaig veure aixó. Jo vaig viure aixó. El futbolart: la primera lliçon a la nova escola ticalatalana. La meva proposta. Una única candidatura al extrem oposat a la de la diversitat representada a les instituciones de 999 coordenadas al nostre petit i orgullós unoworld: supercuidadoras.

Un mon en el que ens sabem cuidar bé. Per que sóm superheróis. Només fem que cuidar. I d’aquí ho petem. I trenquem el sostre de cristal.

Agajo una de les nou sabates de cristal que vaig anar a recollir a aquella illa mediterrènea. Jo he estat illenc; de Maó, per esser exactes. Pero parlo també catalá, no pateixi. Vosté i jo ens entendrem bé. Ja ho veig venir. Viure bé: check. Com l’illa de la nostra familia. El nostre port natural. El meu pare rebut pel poble d’on jo anclo aquesta nova societat lliure. Com si ja haguesin arrivat a la mística Itaca dels nostres cors de les santissimes mares, totes. Love emoji.

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Those nine places are empty for a reason. Art can transform itself. And you, as a humble artist, may play it in automàtic or may keep an ace under our sleeve, and deliver a move that takes you inside the hot zone where you can score and beat the best golie in this hole big island territory. Why are you locals so cocky?

I take this other island too. As if we were playing risk. Or Monopoly. Or Capitalism. Or art permance society. The APS. The new afterschool activtity in our new education system. I am the designer of such thing, and this is just the start of a new era.

And so humbly put in check for the audience, as a whole, respond.

And we finally connect.

You and the whole.

The ALLS concept in motion. When you just close your eyes and ALLS.

Kiss.

KISS.

Head banguing.

¿Te gusta Paolo Cohelo? Sí. Ese, y otros.

Laughing out loud.

Some spanish bastards are really funny. I have always seen them as the most interesting bit of this crazy Cervantine mad man stories, always supported by women around the scene with ever expanding towards the infinite self in femenine motion of each of one of them angels embracing the trip to edge of chaos, where glory lies. Lie.

El humor español y el argentino se dan la mano. Como si fueran primos. La hermandad diversa de los pueblos iberoaméricanos. New América + Ticataluña. Las antípodas.

El cine español en antena tres. Un beso. Una película española. Un beso de una española. Con un español. Con un argentino. Con un ticatalán.

El tipo que fue tan torpe como para hechar a perderlo todo. Hundirse en la miseria. Perder el amor de su vida. Cuántas veces un tipo normal se fue a la chingada. Y de ahí no salió. Se hundió. Como tantos.

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