Esto debe durar todavía menos. Son las 23:53. El reloj acaba de dar la vuelta. El día que viene se nos viene encima. Un cliclo más. Nos sabemos parte de un juego reiterativo de la esperanza de ser felices: hoy. En este instante. Esa es la humanidad que nos ha tocado vivir, por gracia divina, con absoluta gratitud ante la oportunidad: estar aquí. Todas. Presentes. Y esto es un camino de interacción y amor. Como si hoy fuera un día definito. Me recuerda lo que vi en ese post de facebook de Miguel: las tres primeras palabras que leas de una imagen en la que el texto está amontonado como los ordenadores del 15M en el descampado de Montjuic. Esta es la lógica de nuestro tiempo. No tenemos una mejor versión de la que hemos visto. Pensamos que todo lo que hemos vivido es una puta vergüenza. Y no sabemos muy bien cómo hemos llegado hasta aquí. Tras comer mierda tantos años. Los que nunca se cayeron del sistema han seguido viviendo en el maravilloso elixir que proveé el capitalismo para los que tienen el éxito del fruto de su trabajo. La libertad de quién se puede mantener yendo a trabajar. Cada día. Para cubrir un rol en una empresa. La chamba. Lo que nos hace personas.
Pues en España de los últimos nueve años no tuve más chamba que la que me inventé. En parte porque me quedé descolgado del sistema laboral. Aquello que te dicen los expertos de recursos humanos, esos últimos en ser prescindibles al ser indispensables para contratar en periodos de expansión, y hacerlo bien, porque de eso depende que la empresa sepa crear la percepción de una gran familia con un objetivo común. Tú le crees a la empresa. Y ese mundo te abre la vida en sociedad. Subordinado. Controlado por los esquemas de poder que funcionan en el denominado: mundo real.
Yo viví en la cima de los turons más bendecidos de la ciudad los primeros nueve años de mi vida. Me gané las barras de mi uniforme. Los locales que me conocían me respetaban. Hasta cierto punto. Podría juntar 99. Miro el reloj; molt d’hora, molt d’hora, molt d’hora; zero zero zero ú. El primer minut ja computat. La imatge. Seleccioné los botones al unísono apretando la sinfonía que produce la apareción de la cámara sobre el lienzo que tenemos delante: la pantalla.
El hecho ya era estar frente a una pantalla cuando en el 2000 empecé a trabajar. Yo entendí el sistema completo del modelo social. Muy temprano tuve la suerte de tener que reflexionar sobre la situación social que nos pertoca asumir y resolver. Mi primer proyecto fue elaborar un plan nacional de desarrollo para el México del nuevo milenio. De la manera más honesta. Con las personas con las que formé mi primer equipo profesional del mercado mexicano de trabajo. Yo soy orgullosamente de esta caótica capital chilanga: NEWDF.
Desde aquí movemos una operación. Estén atentos. Nos vamos a posicionar sobre nueve temas que consideramos la onda. Ya le dimos la vuelta a la historia. Ahora vamos a transformarnos de verdad. No tan lentos como estos batos se han perfilado con su surrealismo deambulante. La vida es así. Entre meeting y meeting con el personal de los hospitales de todas las esquinas de mi nuevo país: New América.
No tengo tiempo para replicar lo que nos funciona en un plano muy local, muy mío, como una paranoía personal, un cuento de hadas que me sonrie como las musas le guiñan el ojo a una mucha afirmativa y libre. La musa está ahí. Y la receptora del guiño entiende el rol de la musa. Se inspira. Crea. Como si el tiempo fuera una poesía en la mente de Woody Allen los momentos que no se siente injustamente denostado por unas acusaciones de un comportamiento que no existió. O puede que sí. Según entendamos las versiones de la historia en particular, pero mucho más importante, que entendamos el contexto en el que esas familias se tranformaron en la urbanidad naciente en esas latitudes tocadas por el suspiro de Dios Padre en un baño sagrado bautizando en un nuevo credo a un gran pueblo latente perteneciente a un mismo beat. Tip tip tip tip tip tip tip tip tip… musicalmente un himno de transformación. Un coro de incoherencias. Un beat con vida. Un gesto con liberación sobre la pista de baile. Un momento de gracia entre danzantes. Danzantas y danzantos. Como para complacer a los ortodoxos del desdoblamiento por el respeto de la lengua a su manera de someter a las mujeres, con sus reglas machistas heteropatriarcalmente solapadas. Aludidas. Las buenas costumbres. El ser español católico patriota futboartista. Pero es una visión sesgada de todos. Todas y todos, quiero decir. No voy a dejar de dar la chapa, no se vaya a confundir alguna feminista más puntilloza.
Os lo juro que hay algo que apesta en este puto feminista. Es un nazi. Los puedo identificar con la mirada. Está en la soltura de mantenerse conectados a una mirada. La asunción del sometimiento. El juego de los blancos. Los blancos hombres heteros rubios delgados motivados cotizado en el mercado de las carnes a capturar: la caza femenina. Un tema del cual debemos hablar. Las desinhibición de la mujer. La sexualidad en tiempos del feminismo. La sexualidad de un macho regenerado.
Los españoles lo que verdaderamente quieren es la vuelta de la Sagrada Inquisición. Pero no se atreve a salir del armario.
Las españas multiversadas por no tener más momentos de extrañeza de clases: las dudas de siempre. La bajeza de siempre. La escoria que no se da cuenta cuanto se puede caer en el abismo y la sección más allá que de verdad se delita en las riedas sociales de los mercados y las políticas públicas. Como era antes el juego. Y ahora pues la cosa cambió cuando nos paramos a ver lo que significaba la democracia. Y tener un plan que finalmente resuelve México. Y como me quiero a México más que Chavela Vargas tras la novena interacción con la insolencia de una de esas noches en las que los bohemios de latitudes tropicales se enfrascan a pasarselo bien mientras departimos juntos el momento surrealista de nuestras respectivas bandas. Nuestra noción como mexicanos al grito de alguna cosa más que guerra. Piensen en el origen de la violencia y apuesten a que el catalán que escribió las atormentadas 10 estrofas de nuestro bélico himno nacional, como quien rememora las luchas de los ejercitos europeos más exitosos dentro de la historia de las guerras. Europa como historia de minions con humor forzadamente inglés americanizado. La globalidad del capitalismo la inventó USA. Y en eso los gringos son el Cesar al que hay que otorgarle lo que le corresponde responsabilidad en nuestra sociedad consciente.
Si vamos a mamarle la verga al poderoso hombre newamérican de una de las 99 familias blancas y hetero de la New América a la que pertenemos todo el continente. En un ejercicio de renuncia. Algo que nunca nos han propuesto desde el estatus quo que manda sobre la voluntad de seguir siendo parte de la cultura de la guerra: la dependencia de la violencia.
La violencia tiene que parar. Dejamos las armas todas. Ante la imposibilidad de encontrar un sentido al despilfarro que se enfila a la alza cada año para que cinco países de los 99 primeros que aparecen en el debate público de lo que globalmente nos pertoca a todos asumir como elementos únicos e irrepetibles de la escala humana de integración multiversal en la medida que quien esto leé converja y se una a otra cosa nueva, la emergencia de un orden nuevo que sobrepasa las expectativas con las que se dimensiona la satisfacción del ser humano en aquél anterior mínimo local al que llegó el sistema complejo social que nos revela como individuos y cohabitantes de diferentes convenciones agrupadoras y los vínculos familiares que nos conectan como seres sociales constructores de una sociedad propia con un sentido práctico y proactivo por ejercer la democracia como un movimiento de las personas ante los retos comunes. La idea de la sociedad tan politizada como ahora, en un nuevo camino de entendimiento general en un nivel posterior a la afiliación nacional que nos han vendido como el máximo garante de lo que realmente somos como personas. Ser. Ciudadano. Se levanta un corazón naranja debajo de un grupo de gente sui generis que nunca ha sabido crear nada y ahora quieren opinar y mandar sobre el curso de nuestro autogobierno. Nos dan lecciones de conservadurismo, historia y sociedad. Y leemos autores distintos. Ellos no se si me leerán. No se, siquiera, si lean. Pero en todo caso, no se si podrán aguantar hasta el final. Se rinden en el argumento más simple que no suscite duda. Esta resuelto con un gesto de maquillaje. Perilamos una ruptura dolorosa de lo que ganamos con la suma entre 40 años de Franco más los 40 años más molones de las democracias en las que se hizo cine. Lo más digno a lo que aspira una cultura. Lo más sublime a lo que podríamos llegar todas, siendo Grace Kelly. Actriz, musa de un inglés de 99 historias de actualidad que reflejan nuestra humanidad. La que nos reduce a una historia de cine que se nos desvela por primera vez en la paz de un cine a oscuras con la compañía adecuada para trascender en una historia de una revuelta social que nos conduce a la salida: ALLS.
El tiempo se expande. El espacio se transita. Una ciudad libre, como la nuestra, debe permitir, primero, la libertad de caminar libremente por el espacio público. El tránsito de un espacio común resguardado por nuestra estrategia no invasiva de seguridad. La protección sobre los recurso mínimos policiales necesarios para contener los riesgos latentes de nuestra sociedad colectivizada y redirigida a la capitalidad de nuestra urbanidad reconstituida por un cambio de nombre, y posiblemente sexo, por ser todos los géneros, y el neutro, o como se explique ahora la diversdiad llevada a los multiversos ejemplares que derribarán mis antiguas barreras heredadas de las personas de otras generaciones mayores a la nuestra. Nuestra temporalidad es subjetiva y el colmo es que nos elude. Pretendemos ser conscientemente unidos a una misma vibración interestelar y atemporal. No importa cuándo se lea el texto. El impacto sobre la cosa colectivizada en un estado de ánimo futuro insuperable: el germen de la llegada al paraíso paraterrenal: la gratitud por estar aquí, presentes, como en un rezo programado, cuando una católica nos guía por los caminos de los rezos de las expertas en la conexión estelar con el ejemplo de Jesús.
Yo soy católico confirmado. Ningún Casado puede venir a cuestionar la solidez de mi catolicismo, que se hizo grande gracias a las capacidades expansivistas del proyecto de exploración de los reyes católicos, Isabel y Ferran.
Li diem Ferran de tota la vida. El tiu mai es va dir Fernando. Era aragonés. Pero catalano parlant. O ben bé no, pero potser diguem que era més gracios en catalá i més poeta urbá en castellá. Així de gran era un lider de la nostra historia com a col·lectiu d’un model social hereu dels grecs i els romans que aquí jugavem a esser agora. Uns quants alumnes ho creuen. I ho donen per bó. Lleigeixen, poc, la biblia. I tampóc cap altra lector de la biblia sap ben bé com administrar tantes histories d’aquests 20 llibres sagrats. Els autors importants: 4 apostols. Mira si són importants que tenen un pilar senser, el seu sellell de bestià, com una mena de logo, que en Gaudí va voler reflexar en la versió de lo que en aquest espai aixó representava per a un futur que fariem junts. La nostra ciutat té la seva historia. I ho hem recorregut plegats. Els dels barris nous com els dels barris de tota la vida. Començat pels que vivim aquí al cor de la ciutat: dins la muralla. Com fa 2000 anys. A l’any nou. Un cop més: un cicle que s’en va. Com jo no oblit l’any passat. Li hem donat moltes voltes. I estem més a prop. Pero anereu tots sols als desserts. Sou vosaltres els que heu de trobal al germá gran de Jesús. Ha vingut. I es conecta amb tú al final d’aquesta línea de pensament. Potser no surts mai. No calla aquest tiu. Ideas amb un vincle surreal. Lo que Méxic representa com a estat sagrat i decadent. Es eviden que aixó també lo hem de tornar a transformar. La 4T arrivará fins allá on la deixin. I el temps si hi haurá canviat. pero l’hem de repensar totes juntes: feministes.
Los mexicanos feministas.
El guión para que nos den la lana los inversores. Como si es el propio estado mexicano. No confundas el gobierno. Yo conozco los partidos. Y podemos entendernos de qué manera quiere México que participemos en su transformación. Como un agente externo que de buena fe le pone un poco de salsa a los tacos de tan ilustre pueblo hermano. Respetuosamente desde una conexión multiversal que los tropicosos del caribe entendemos como un canto a lo que representa Bob Marley dentro de nuestra noción de la liberación de la consciencia, cuando finalmente dimos con ella. Entender a Marley es representar la historia de nuestras exclavitudes como una reconfiguración de nuestros roles sociales en el pasado para proyectar una última representación: el output surrealista de uan sociedad posibilista que simplemente se afirma antes los espacios libres compartidos de todas las culturas del bienestar social erotizado en un último amén: ALLS.