¿Qué puedo conseguir el 99 unidades?

No es una pregunta trampa. Tampoco ingenua. Hay un propósito detrás de todo esto. Quizás definir un nuevo códice. Por los que quemaron en aquellos trágicos días de la antigua Tenochtitlán.

Como novo-español debemos sentirnos orgullosos de lo que somos los de aquí. De este tiempo. Como si el pasado les estuviera hablando a la pinche cara. Eso es lo que sucede, cabrón. Esta voz que escuchas, papá, soy yo. Tu antepasado.

La memoria familiar se presenta en esta forma a partir de la capacidad que tenemos de definirnos de nuevo. De nou. El nou del Poble Nou.

Jo vaig arrivar i només tocar terra, ja quan observaba la ciutat complerta des del mar, sa platja, la dualitat de les més gratificants torres bessones. No vull parlar d’aixó. Aquesta historia és justament la contraria: l’arrivada al procomú excels. Excels. Arxius.

El doble sentit de les paraules a Mèxique. Mèxic. México. Distrito Federal; presente.

Yo soy D.F. aquí. Que nadie entre en pánico. Hay una cierta urbanidad que yo aprendí en plenitud de la experiencia vital en positivo, con toda nuestra esencia multiversada entre plumaje de Quetzalcoatl y las pinches pestañísimas del Jah Huitzilopotchtli. La naturaleza golmeca: GOLman. El lugar. El tiempo. Justo. Ahí. Dominar cajetilla con estilo y una gabardina.

Cruyff nos da un consejo. Nos habla de la dualidad. Y de los vicios. El tabaco y el futbol. Uno le dio todo y el otro casi se lo quita. Moralina de TV3. Con la firma de Puyol. Ay, cabrón. Alguien mencionó al doctor. Y los que callaron fueron los otros: los que no estaban borrachos. Sobrios hijueputas. Cretinos incompletos. Escoria de clase media cualquiera sin aspiración a ser más que un clip del trabajo, pero ojalá un mercedes de la compañía: estatus: hiperrealidad en clandestinidad de una última red social. De pronto veremos cómo diferentes rufianes vendrán aquí a ofrecer una narrativa reconstruida y realizable, justo lo que necesitamos. Quimeras de otros lados. No temamos la conquista de las ideas que arrastren nuestras tierras de esta última plaga del nuevo milenio. Lo que somos por méritos propios en la parte baja del juicio social compartido por todas y todos. Ahí nos vamos a ver en una esfera social e hipertextualizada para que pudiéramos imaginar la red que podríamos haber sido desde un principio si nos disponemos a entablar un diálogo sobre la plenitud asumida alcanzada. Datos a tiempo real. Hipotesis validada. Criteria. Indicators rolldown list. Programing architecture. That’s whay I draw in my own language: narrative.

My pen; right here.

¡Tome, chichi!

Si debemos escoger entre las vibras infernales de Brasil o la Ferris Buller Trump impersonation. Once he steps off the office duty. Once he is back to just being a millionaire dick. Zero power. Don’s got the handle of the free world. And let me tell you, he’s beating the odds. Impeachment ain’t comming.

But Maradona in Barcelona, you know. It’s an important matter. Life or death shit. The big dilemas. Argentinians in general tend to ignore what happens to their players once they become the futbolart concept of it all: el club finalment recalibrat. El tucá multicolors. Una campanya tropical. Homenatge al Mágico Gónzalez y a El Salvador. País donde nací.

Si nos dieran a escoger a qué futbolista fichaba para tener el lugar a competir de ser uno de los nueves de nuestro club, creo que desearía tener la opción de que se pudiera presentar una propuesta popular de pseudoarte como bien pueda organizar un muerto de hambre pelotudo que se pone a imaginarse absurdidades del más alto calibre para alguien en esa sintonía justa. Si lo enganchabas se trataba de la experiencia más radical a la que hayas conectado en mucho tiempo. Una plenitud del privilegio sagrado: el lado bien.

México es un sitio bien. Y mal. Muy mal. Esta intensidad dirá Pérez Reverte que tendrá algo que ver con la manía de los sacerdotes locales mexicas cuyos «sacerdotes» ofrecían ofrendas a los dioses sagrados de la naturaleza. ¿Por qué hemos de ignorar la metaestructura de la creencia ancestral de los pueblos que vivieron en estas tierras, de quien somos decendientes. Todavía. Pese a todo. Pero estamos listos para trascender al estereotipo de la subclase que nuestros ricos más cretinos opinan abiertamente en el debate en el que nos sitúan del otro lado de un muro, que saben que saltaremos. Como si le tuvieran miedo a la invasión. Qué cosas. Como girar la tortilla.

De eso se trata. Justo eso. Girar la tortilla con la destreza que toma la coordinación del índice con el pulgar en la cultura bendita de la tortilla. La cultura es mucho más que lengua. No se dejen engañar, grandes señores españoles. A vos dirijo mi palabra. Preferiría interlocutar con el marqués de Comillas quien sin duda sería el mejor filtro para llegar a sus cochambrosas existencias elitistas de las familias urbanas del mundo bien. La cultura y la disidencia de los autores. Las búsquedas de quienes consiguen vender libros. Los héroes de las crónicas del pensamiento universal. Historias. Ficción. Fantasía. Realidad. Surrealidad. O surrealismo. Ya no se sabe. Pero todo cabe. Y todo tiene su repercusión: hasta el murmullo de una mariposa.

El código no es el tradicional. Ni yo tampoco soy así. Pero me permitirán dimitir. Montar un cristo. Yo soy muy histriónico cuando me pongo. Intento no llamar demasiado la atención no sea que ponga a vociferar lugares comunes trotskistas. Lógicamente lo único con lo que sobrevivís en esta urbanidad es conquistándola vos solo. Cuesta arriba. Con los caminos cortados con los que un inmigrante consigue su sueño convergente. No debemos perder la fe. Debemos asumir las pérdidas. Somos un pueblo que está vacunado para estas esperas. El acto más trascendental de amor que realizado para este pais al que también quiero como propio, pese a no ser parte del mismo, hasta hace nueve días, cuando me dieron tras 18 años la nacionalidad española. Tras un noviazgo largo, os tengo que anunciar que ya soy una persona más de este puto desastre de país que se cae en pedazos como el Titanic ya empinado y hundiendo.

El futbolarte es como esa imagen del Titanic con uno dentro. El acto de empatía de estar en la película. Asumirse uno más en esa circunstancia. Filmarlo bien. Hacer un gran set. Pedir que te lo constuyan para la ejecución de un guión y todos los ángulos de las escenas en las que reconstruiremos el glorioso pasado de mi familia en esta ciudad demencial: New Barcino. La mezcla entre futuro y el pasado. En franco desencuentro. Como exhumando un muerto. La momia. La derecha brama contra Franco para aparentar estar encabronado con el Altísimo Excelentísimo debajo de la sombrillita, hermano de Jesús, empalmado pero sin pecado capaz con la sagrada incapacidad de la ausencia del cojón. en cambio, el otro, humildemente, haciendo su familia sagrada también por la liturgia del amor que los generales también nos permitimos sobre el respeto de la mujer en sus dimensiones renovadas y según su santo criterio, que nosotros aquí ya nos pasamos nueve pueblos, como si un mea culpa nos hiciera más dignos, y libres en la crítica de este poder que representan estos, y das la lista de deagravios generales y particulares. Y vamos desnudando la chusma de lo que se tuerce a última hora. Cuando aparece la pasta. Los momentos culminantes de las transacciones monetarias. La pasta pasa manos de notario en notario. Para llegar ahí hay que pasar por un acuerdo inicial de precio. Hasta no estar ahí no tenemos nada. Ni antes. Ni después. Todo es trabajo del que gusta aquí. De gratis. Esta historia es muy triste, pero es la gran historia de este país.

Tenemos problemas para cobrar. Lo de cobrar en el mundo de la intermediación deja algunos cabos sueltos cuando soltamos la operación. Alguien más la controla. Perdemos las riendas. No estuvimos encima. No de la manera en la que se blindan los listos. Las cosas deben proceder por la vía de lo estrictamente profesional. Lo que dicta que firmemos los acuerdos a los que llegamos y partamos de este reconocimiento de honorarios antes de continuar hablando de la transacción. Sino, señores compradores, ustedes están entrando por la puerta con su actitud de hombres que negocian pero no tienen palabra. La mezcla entre acuerdos y regateos fuera de rebajas. Cuando sellas un acuerdo pones las cosas en su traducción al papel, lo redactas con claridad y libre de duda. Se define todo ahí. Como si un abogado tuviera capacidad de darse a entender. Y jugar el rol este del conseguidor del mejor precio. O desbancar a una de las partes. Y seguir dejando rastro.

Alguien opera. Otro lleva el contacto con la operación. Y así se mueven las operaciones. Algunas de ellas las dominan especialistas. Las personas con las que se intermedia la propiedad que busca salir al mercado. Piezas especiales. Historias familiares. Cambios de herencias. Mil y una historias antes de llegar a arras. Nosotros ponemos las bases de intermediación. Ofrecemos la propiedad a nuestros clientes. Que pasan y la ven. Hasta que conseguimos una oferta de uno de los 99 jugadors activos en el mercado. Esta persona está dispuesta gastarse sus fondos en un proyecto de inversión. Un retorno maximizado. Y eso implica saber operar en el tiempo y con personas. Con los equipos que consigan ligar cada uno de los temas que hay que dominar para presentarse al mercado con una operación de promoción inmobiliaria futbolartística. Este es el verdero negocio de un futbolartista: trasncender al dinero y la fama y fundirse en el futbolarte. En la serenidad de pertencer a la ciudad que da búsqueda por terminada: está aquí la felicitat plena: ara, ara, ara, ara, ara, ara, ara, ara, ara.

I res mes. No hi ha res més despres. Un tipic home cap quadrat; gris. Jo soc alliberament sexual complert. Tot s’hi val respectant el cos alié.

Peter thought he’d need a fucking american who wants to rule the world. A superhero. I was right there in front of him. And I didn’t take it. I was not in that role. I was not pretending to be someone else who’s not who he said he was. He lied. Or back down. Or I did. Or we played. And he pulled off the deal. The deal closed in a way in which we were not able to deliver the show. It’s like someone robbing your crunch time. Which happens to be your best tool. I deliver in crunch time. So all I care about is those last nine minutes. You get me in. I’ll deliver last minute goals. Where they are needed to win tittles. It’s a ace under our sleeve that could really proof that we are really something else than just a futbolart club. Something bigger than our brand. We are willing to bet into this unbelievable story. A tale of nine dimensions. A literary role of an actor who’s the author, director and postproducer of his work, only he never finishes anything. But opens a whole bunch of them. And itself is art. And the pieces are there. Somewhere. Somehow.

Before I met Maradona in Coapa, at «El Nido», la casa del Club América. El club más grande de México. Su historia y la ciudad que creció con dicha urbanidad. Mi comic del América me superó. Y a la vez enterró al personaje. O lo mandó a peregrinar por el desierto. Hasta el momento justo para su vuelta. La llegada del hijo del Dios Judio, Padre, de grandes barbas y caireles, ahora sí, hijo mayor, atiende los restos de nuestra sociedad, y encuentra en su rebaño tus pastores.

FIN

ALLS

And go a mess it up at the last minute.

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