Metaestructuras y metanarrativas

La historia que contar

Nunca tengo claro cómo voy a salir de este laberinto. Mis opciones para andar son múltiples: caminos independientes en el que cada una de las nueve puertas abre un desenlace primordial para lo que viene después. Y detrás de cada puerta hay nueve historias complejas que no se entienden de buenas a primeras. Hay un color distintivo en cada una, y un tono, así como una serie de símbolos, y un mito que refuerza la atemporalidad de esta transición.

Historias anidadas que confluyen libres dentro de aquello que soy, o quizás aquello que pienso ser, o puede que aquello que diga ser. Todas estas personas, y estas historias, se intercambian según el estadio mental de cada instante, según la pertinencia del recuerdo que emana de una memoria persistente, que se repite una y otra vez, y que deja sin lugar al resto de presencias atemporales de mi ser. Pero este espacio se va reconstituyendo mientras el caminar de mi pensamiento avanza hacia el mismo sitio de donde proviene la historia primordial, tocando una tecla definitiva en medio de este lenguaje NEW.

El acto final se condensa en un estado de ánimo que persiste, intacto, en el sentido y objetivo de una palabra de llegada. Estas palabras NEW recuperan la leyenda de que tenemos algunos lugares primordiales a lo que queremos aterrizar, por su santidad en-sí-mismas, por la colusión de voluntades que entienden en esa sintonía un objetivo sensible del ser, por sí mismo, y también del ser en su totalidad, es decir, en comunidad: tico commons.

Hay más comunes que se distinguen como la diversidad de multiversos ejemplares que se enlazan con la subjetividad que subyace al pensamiento propio de cada ser. Y en cambio, la vuelta a una escencia primordial, que cada palabra-destino sostiene, parten de un consenso que viene dictado de un presagio sagrado que viene inscrito en el último testamente familiar necesario para concebir un reconocimiento supremo de la gracia divina sobre la base de todas las multiplicidades que la física cuántica sabría explicar, pero que hasta ahora, la representación sagrada de todas las consciencias colectivas últimas nunca había conseguido abordar en cada una de sus ramas tradicionales.

Es partir de esta reconfiguración del sistema operativo que la metaestructura sagrada de un unguento ecuménico impreciso mana de la sabiduría de un libro negro, sumergido en las aguas mentales de uno punto exacto del mediterráneo que confluye con el pensamiento pertinente de la reconstitución trascendental de un circuito cerrado redundante.

El circuito eterno encuentra aquí el volumen de tránsito necesario para creer y poder experimentar el crecimiento atemporal de nuestro sentido humano, y a la vez, desplegar la consciencia colectiva santificada de lo que cada uno de nosotros, humanos, consideramos como motor de nuestro tránsito, en lo personal, y de nuestra acción colectiva, como unidad suprema de consciencia social. El ser-presente. El continuum de energía que fluye a través nuestro, a través de un ejercicio común de meditación trascendental que confluye en una onda mental de la cuál formamos parte, y a la cuál nos podemos reconectar, a través de nuestra presencia dual en la consciencia individual y colectiva, pronunciando el texto completo del último testamento: ALLS.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada.